¿Por qué las sanciones a Rusia no han detenido la guerra? El dinero sigue fluyendo

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Durante décadas, las empresas temían estar en el lado equivocado de las sanciones estadounidenses. Eso ya no es siempre así.

¿Qué tipo de poder puede ejercer Estados Unidos para castigar a otros países por sus fechorías? La respuesta, en la era de las armas nucleares, ha sido el poder económico. La idea es imponer sanciones y cortar el acceso al dólar estadounidense, y el insoportable dolor económico obligará a un país canalla a jugar limpio.

Y, sin embargo, Rusia –según algunas mediciones, el país más sancionado del mundo– muestra poca urgencia por hacer lo que Estados Unidos y las naciones europeas quieren: poner fin a su guerra en Ucrania.

Desde la invasión a gran escala de Rusia en 2022, Estados Unidos ha incluido en la lista oficial de sanciones a más de 6000 personas y empresas vinculadas al esfuerzo bélico ruso. Para que estas prohibiciones funcionen, las instituciones financieras que mueven dinero a través de las fronteras deben examinar las transacciones y cortar las actividades ilícitas. Si no lo hacen, podrían enfrentarse a fuertes sanciones de Estados Unidos, incluidas multas o ser ellas mismas exiliadas a la lista de sanciones.

No obstante, Rusia ha conseguido realizar cientos de miles de millones de dólares de comercio transfronterizo. Una de las razones podría ser que las instituciones financieras necesarias para facilitar ese comercio no están siendo localizadas ni castigadas.

Un análisis de The New York Times descubrió que ocho de los 10 mayores acuerdos por violaciones de sanciones globales desde 2014, cuando se impusieron por primera vez sanciones a Rusia por su anexión de Crimea, fueron contra instituciones financieras. Pero solo dos de esos casos implicaban a Rusia: uno contra una empresa de capital riesgo que gestionaba dinero para un oligarca ruso que estaba sometido a sanciones y otro contra Binance, una empresa de intercambio de criptomonedas. Y Binance no fue multada principalmente por ayudar a Rusia; también había preparado el camino financiero de otros países sometidos a sanciones, como Irán, Corea del Norte, Siria y Cuba.

En cuanto a las más de 6000 entidades incluidas en la lista de sanciones rusas, la mayoría son particulares y pequeñas empresas fantasma; menos de 30 son grandes empresas con sede fuera de Rusia, y solo cinco de ellas son empresas financieras.

Tomar medidas severas sobre las empresas financieras que ayudan a la maquinaria bélica rusa se ha vuelto solo más complicado a medida que ha avanzado la guerra en Ucrania. Aislada de gran parte del mundo occidental, Rusia ha estrechado sus lazos con India y China, grandes economías que le proporcionan un sustento económico.

«Hay muchas empresas en todo el mundo que han violado las amenazas de sanciones secundarias», dijo Edward Fishman, investigador de la Universidad de Columbia y exfuncionario del Departamento del Tesoro. Pero, añadió, «¿realmente quieres tensar tu relación con EAU o China?».

Si se impusieran sanciones a los principales bancos chinos, el comercio internacional se ralentizaría considerablemente. Muchas empresas estadounidenses no podrían pagar a las fábricas chinas por sus productos ni recibir pagos por sus propias exportaciones. Las cadenas de suministro de todo tipo de productos, desde electrónicos a farmacéuticos, podrían congelarse, lo que dispararía los precios para los consumidores estadounidenses. Este cálculo ha hecho que los bancos chinos sean casi «insancionables», según Martin Chorzempa, investigador principal del Instituto Peterson de Economía Internacional.

«Sancionar a una gran institución financiera china», dijo, «podría provocar una inestabilidad financiera mundial».

Exenciones y evasiones

Hubo un tiempo en que estar en la lista de sanciones era como una sentencia de muerte financiera. La lista, un documento de 3000 páginas en el sitio web del Departamento del Tesoro, se remonta a la década de 1960.

No solo se prohíbe a las entidades hacer negocios con Estados Unidos, sino que no pueden interactuar con bancos que utilicen dólares estadounidenses. Dado que el dólar estadounidense es la moneda más utilizada en las transacciones internacionales, esta prohibición las aísla del sistema financiero mundial.

Hace veinte años, la Oficina de Control de Activos Extranjeros se ocupaba sobre todo de los infractores de poca monta e imponía multas de unos pocos miles de dólares en promedio por delitos como el contrabando de puros cubanos, según un análisis de los registros del gobierno.

Pero entonces el programa de sanciones de Estados Unidos pasó de ser una herramienta de nicho a una pieza central de la política exterior. De 2002 a 2019, el importe promedio de las sanciones se multiplicó por 400. Las sanciones multimillonarias contra instituciones financieras mundiales que facilitaron la evasión de sanciones –incluso inadvertidamente– se convirtieron en algo normal. En 2014, el banco francés BNP Paribas pagó a Estados Unidos casi 9000 millones de dólares por haber procesado transacciones en nombre de entidades sudanesas, iraníes y cubanas.

Sin embargo, se han impuesto pocas sanciones importantes desde 2019, cuando Estados Unidos multó al banco británico Standard Chartered con casi 1000 millones de dólares por infringir la normativa contra el lavado de dinero. Con temor a multas enormes, los bancos mundiales invirtieron miles de millones en departamentos de cumplimiento, que cortaron la actividad de transacciones sospechosas y rompieron lazos con países enteros que se consideran de demasiado riesgo.

La lista de sanciones se engrosó en 2022 con los nombres de oligarcas, yates y jets privados rusos. Cada actualización se añade instantáneamente a las bases de datos que mantienen las instituciones financieras de todo el mundo, lo que les permite bloquear las transacciones.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros es buena encontrando empresas y personas fantasmas impías y añadiéndolas a la lista de sanciones, dijo Kimberly Donovan, directora de la iniciativa del arte de gobernar económico del Atlantic Council y funcionaria del Departamento del Tesoro en el gobierno de Biden. Pero presentar demandas contra grandes bancos por violar esas restricciones «es mucho más difícil», dijo. «Francamente, todo se reduce a los recursos».

Este ha sido el caso bajo gobiernos demócratas y republicanos.

Durante décadas, «había una franja significativa de la humanidad que estaba aterrorizada de encontrarse en el lado equivocado de las sanciones», dijo Daniel Tannebaum, exfuncionario del Tesoro que ahora dirige los esfuerzos contra la delincuencia financiera en Oliver Wyman, una empresa de consultoría. Pero, añadió, «las empresas tienen poca memoria y han olvidado parte del dolor».

Un portavoz del Tesoro culpó de la caída en la aplicación de sanciones al gobierno de Biden, pero no ofreció ninguna explicación de por qué no se abordó en el primer mandato del presidente Donald Trump, y no dio ejemplos de cómo ha cambiado la aplicación en el segundo mandato del presidente Trump.

Estados Unidos puede investigar a los bancos sospechosos de violar las sanciones, un proceso que puede tardar años en completarse. Tales casos pueden acabar en multas elevadas, pero la amenaza mucho mayor es el poder del Tesoro para dejar a un banco sin dólares.

En febrero de 2022 se impusieron sanciones al banco ruso VTB, y se le expulsó del sistema de pagos interbancarios denominado SWIFT. SWIFT es la red mundial de mensajería que permite a los bancos de todo el mundo comunicarse y procesar transferencias internacionales de dinero, y sin acceso, VTB debería haber quedado aislado de las finanzas mundiales.

Sin embargo, el banco, que ha ampliado su presencia en China en los últimos años, parece haber encontrado al menos una solución: anunció que los titulares de cuentas podrían transferir diariamente hasta 1 millón de rublos, unos 10.000 dólares, a sus cuentas en Alipay, una gigantesca plataforma de pagos china. VTB dijo que habría «matrícula instantánea» y que los fondos estarían disponibles en un día hábil.

Esto podría crear una puerta trasera al sistema financiero mundial. Los clientes rusos trasladan rublos de VTB a Alipay y, una vez en Alipay, esos fondos pueden fluir a cualquier lugar del mundo, lavando eficazmente los rublos en la economía general y neutralizando una importante sanción occidental.

Ant Group, propietaria de Alipay, negó tener vínculos con VTB. Después de que el Times solicitara comentarios a Ant y VTB, las referencias a Alipay desaparecieron del sitio web de VTB, que ahora dice a los clientes que pueden transferir dinero a «populares monederos chinos». VTB no respondió a las múltiples peticiones de comentarios y no respondió a las preguntas sobre si el banco recurre a intermediarios chinos para facilitar las transferencias a Alipay.

En sus últimas semanas en el cargo, el presidente Joe Biden puso en el punto de mira algunos canales de pago entre China y Rusia, y añadió a la lista de sanciones nueve empresas chinas implicadas en la facilitación de transacciones. Pero en su mayoría eran empresas fantasma y pequeñas casas comerciales, no gigantes de los pagos como Alipay.

Todo sigue igual

En Moscú, el pasado mes de abril, los negocios iban viento en popa. Las fotos de Expo Electronica, una gran feria de electrónica en la que participan más de 600 empresas, mostraban estands de exposición en los que se exhibían semiconductores avanzados, con pantallas LED que anunciaban exactamente los chips cuya exportación a Rusia Estados Unidos ha intentado bloquear. Una delegación del Ministerio de Defensa ruso, encabezada por Vasily Elistratov, jefe del programa de desarrollo de inteligencia artificial del Kremlin, recorrió el recinto de la convención y charló con los vendedores.

Entre los expositores se encontraba Allchips, con sede en Hong Kong, un distribuidor de semiconductores que había sido incluido en la lista de sanciones estadounidenses ocho meses antes. Allchips vende componentes utilizados en los misiles de crucero que Rusia dispara contra ciudades ucranianas.

Cuando se le preguntó qué formas de pago aceptaba la empresa, un representante de ventas de Allchips, cuyos datos de contacto figuraban en la página de LinkedIn de la empresa, dijo vía WhatsApp que la empresa aceptaba pagos en dólar y renminbi chino a través de Alipay, o mediante transferencia bancaria a la cuenta de VTB de la empresa.

Ant Group negó que Allchips fuera cliente de Alipay cuando se le preguntó sobre su relación. Allchips no respondió a las solicitudes de información sobre cómo facilitaba la empresa las transferencias en dólares mientras estaba sometida a sanciones.

En los últimos meses, la Unión Europea ha impuesto sanciones a dos bancos regionales chinos por facilitar transacciones con Rusia.

Pero Europa carece de la influencia financiera necesaria para imponer sanciones a escala mundial, dijo Maria Snegovaya, investigadora principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. «Realmente no disponen de muchos mecanismos para asegurarse de que se cumplen las sanciones», dijo.

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