A punto de celebrar su cuarto aniversario de relación, Nieves Álvarez y Bill Saad han disfrutado de unas vacaciones inolvidables entre Ibiza y Saint-Tropez de las que la modelo ha compartido algunos detalles -además de sus sofisticados looks siempre sinónimo de elegancia- a través de sus redes sociales, con post en los que no solo ha revelado algunos de los momentos más especiales de su verano, sino en los que también ha presumido de su belleza al natural y su impresionante figura.
«Después de un año lleno de momentos inolvidables, por fin… pausa. Sol, mar, descanso… y cero alarmas. Empieza mi época favorita del año: donde lo único urgente es disfrutar» publicaba en Instagram hace tres semanas, confesando sus «ganas de desconectar» en compañía de su pareja para coger fuerzas de cara a los proyectos profesionales que le esperan con el inicio de este nuevo ‘curso’.
Y es que a sus 51 años Nieves continúa siendo una de las top models más cotizadas de nuestro país y, sin planes de bajarse de las pasarelas por el momento, compagina a la perfección su trabajo en el mundo de la moda, con su propia firma de belleza, y su faceta de presentadora del programa ‘Flash Moda’ de TVE.
Tres semanas de vacaciones en las que no solo ha descansado, sino que también ha recorrido la exclusiva localidad francesa de Saint-Tropez, ha pasado unos días surcando las aguas de Ibiza en un exclusivo velero y, sobre todo, ha confirmado que su historia de amor con el empresario libanés -al que conoció en septiembre de 2021- está en su mejor momento.
Relajados, felices e inseparables, la pareja ha regresado este domingo a Madrid tras poner punto y final a su cuarto verano juntos. Y mientras Bill se ha mantenido en un discreto segundo plano, una espectacular Nieves sin gota de maquillaje y empujando una maleta de grandes dimensiones nos ha contado que «por supuesto» que ha disfrutado y desconectado, revelando que sus vacaciones han ido «muy bien». «He cargado muchísimo las pilas. Ahora de vuelta a trabajar, con ganas de comenzar, por supuesto» ha apuntado con una gran sonrisa, confirmando cuál es la actitud ideal antes de volver al trabajo.