El nuevo entrenador del Baskonia, el italiano Paolo Galbiati, se mostró «muy emocionado y muy entusiasmado» de ocupar el banquillo del equipo vitoriano, para el que tiene «un montón de objetivos» y el deseo de «hacer feliz a la gente», por lo que demanda a sus jugadores poner «el 300 por 100».
«Estoy muy emocionado y muy entusiasmado de sentarme en un banquillo tan precioso. Es un sueño», apunta Galbiati en una entrevista publicada este lunes a los medios del Baskonia, donde ha firmado por las próximas dos temporadas y al que seguía cuando era niño cuando «tenía un equipo increíble» con figuras como Luis Scola, Andrés Nocioni o un Igor Rakocevic que fue uno de sus «jugadores favoritos».
El italiano, que confiesa una emotiva conversación con su compatriota Achille Polonara, exjugador baskonista, de cara a su fichaje, reconoce que el Baskonia en un equipo que tiene su «identidad» y en el que quiere «ayudar a los jugadores a ser mejores» y que den «un paso». «Mi mayor reto es darlo todo en la cancha, sin miedo, para hacer feliz todos los baskonistas. Y al mismo tiempo, con humildad, competir en una liga preciosa como la Euroliga y también en la Liga Endesa», afirma.
«Estoy lleno de objetivos, individuales para los jugadores, para el club, para los fans, para mi equipo, para toda la gente que trabaja por aquí», prosigue Galbiati, que quiere «hacer a la gente feliz». «Eso significa que tenemos que ganar un montón de partidos. Mi objetivo es ganar el máximo de partidos posibles para así tener una mejor noche y dormir mejor. Para mí es importante mejorar algo cada día y soñar, pero tener los pies en la tierra. Quiero ser la mejor versión de mí mismo cada día y si es posible ganar un trofeo», admite.
Por ello, pide a sus jugadores «corazón, pasión y respeto». «Esto no se negocia», advierte. «Mi deseo es un equipo que haga que los fans, el club, la gente que trabaja con nosotros y por nosotros, sean felices y orgullosos de vernos competir en la cancha y poner el 300 por 100. No prometo nada, solo que le daremos el 300 por 100 cada día para tener la mejor temporada posible», sentencia el técnico, al que le gusta «mucho todo tipo de baloncesto» y que no considera como un trabajo a lo que se dedica. «A veces es estresante, pero no lo es, es mi pasión», zanja.