El pintor italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743), nacido en Bérgamo y procedente de una familia de artistas, también conocido como Fra Galgario, es uno de los mejores retratistas de la última etapa del movimiento barroco. Su Retrato de dama, pintura del siglo XVII expoliada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial a un coleccionista holandés, se busca en Mar del Plata, aunque la justicia no la ha encontrado en la casa donde originalmente se habían detectado pruebas de su existencia.
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La formación de Ghislandi estuvo a cargo de Giacomo Cotta y, después, de Bartolomeo Bianchini, con quien permaneció cuatro años. En 1675, tras viajar a Venecia, se ordenó como fraile en el convento de San Francesco di Paola. Salvo una breve temporada en Bérgamo, permaneció en Venecia hasta 1701. Trabajó en el taller de Sebastiano Bombelli, un especialista en retratos. De esa etapa de aprendizaje y de sus primeros años en Venecia no se conserva ninguna obra.
Ghislandi regresó a Bérgamo en 1702 e ingresó en el convento del Galgario, de donde tomó su apodo. Sus primeras pinturas conservadas datan de esta etapa, cuando ya tenía 50 años. Del alemán Salomon Adler aprendió el estudio minucioso y realista de los personajes, que combinó con la elegancia y la artificiosidad del retrato veneciano.
Sencillos, los retratos de Ghislandi se distinguen por sus fondos neutros de tonos oscuros, donde los modelos se suelen presentar de medio cuerpo y, a veces, con un formato oval. Con realismo, Ghislandi captura la psicología de sus clientes. En su galería de retratos, figura la nobleza de Bérgamo, especialmente las familias Secco Suardo y Rota, protectores del pintor, jóvenes artistas, personajes de la aristocracia y también personajes más populares.
A pesar de haber vivido aislado en un convento, sus pinturas eran conocidas en Italia y gran parte de Europa, señala el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid. En 1717 viajó a Bologna, donde le otorgaron el título de académico honorario de la Academia Clementina, puesto que le permitió establecer contacto con los destacados círculos artísticos de la zona.
En sus últimos lienzos Ghislandi abandonó la objetividad que había caracterizado el tratamiento de sus personajes e incorporó una impronta más subjetiva. Ese período final también se evidencian significativos cambios técnicos, al punto de que el artista abandonó el pincel para pintar en muchas ocasiones directamente con los dedos de la mano. Con este procedimiento, podía difuminar los contornos, y lograr composiciones ligeras y vaporosas.
La mayor y mejor colección de obras de Fra Galgario se encuentran en la Accademia Carrara de Bérgamo. Allí está el Retrato del abogado Giacomo Bettami de’ Bazini; el Retrato del conde Gerolamo Secco Suardo (1711); Giovanni Secco Suardo con un criado (1720), y Autorretrato con muchacho, (1732). Esta última es una de sus obras más famosas: en ella se pinta a sí mismo con hábito de monje, delante de un caballete con un lienzo.
Fundada en 1796 por Giacomo Carrara, la Accademia Carrara está considerada como el museo más representativo del coleccionismo de arte italiano, ya que se basan íntegramente en legados de mecenas ilustrados que querían poner sus obras a disposición del público en general.
También hay obras de Ghislandi en la Galería de la Academia de Venecia; en el Museo Walters (Baltimore); Museo del Louvre; Museo Poldi Pezzoli (Milán); Museo del Hermitage (San Petersburgo); Pinacoteca de Brera (Milán); Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid), entre otros.