Se produce sobre la base de lo que se piensa que se va a vender; no sobre la base de lo que se va vender, porque esto último no se puede saber con exactitud.
En el caso de las mercaderías, la diferencia entre lo que se pensaba que se iba a vender y lo que terminó sucediendo acumula o desacumula stocks. Con la consiguiente corrección en la producción futura. Ajuste casi instantáneo en el caso de los panaderos, multimensual en el de los fabricantes de autos.
¿Desde cuándo se razona en términos cíclicos? En los textos sagrados se habla de “los años de vacas gordas y de vacas flacas”; en el análisis económico, desde mediados del siglo XIX.
A punto de finalizar agosto, en la Argentina contamos con información estadística referida a la producción hasta junio. Ajustado por estacionalidad, entre mayo y junio pasados, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), aproximador del PBI, cayó 0,7% ¡en un mes!, luego de haber aumentado 1,4% en abril y de haberse estancado en mayo. Por lo cual conviene prestarle atención a la denominada estimación de “tendencia ciclo”, la cual venía descendiendo, y desde abril pasado se estancó en 0,3% mensual (crecimiento de 3,6% anualizado).
Recordemos que la realidad siempre es heterogénea: entre sectores, dentro de los sectores; entre regiones, dentro de las regiones. Sectores, regiones, mercados, son todas ficciones que sirven para un primer análisis, pero la macro no es otra cosa que la sumatoria de millones de decisiones individuales.
Por su naturaleza, las reactivaciones comienzan con ímpetu, el cual va perdiendo fuerza con el paso del tiempo. El desarrollo uniforme y sostenido sólo existe en los modelos económicos más simplificados.
Pero, en la Argentina de 2025, a esta dinámica se le agrega el reciente aumento de las tasas de interés. Que probablemente no impacte en las decisiones de comprar una máquina, pero sí de adquirir en cuotas bienes durables de consumo. El Poder Ejecutivo se juega a que estamos delante de una pulseada de índole electoral y, por consiguiente, “tira con todo”; como los bomberos, que tienen prioridades a la hora de apagar un incendio.
Luego del 26 de octubre sabremos si el diagnóstico oficial es correcto. Si lo es, las aguas no digo que se van a calmar, pero al menos las olas se morigerarán. Si no es correcto… veremos. Aquí y ahora, como de costumbre, no hay tiempo para aburrirnos.