Las autoridades de Estados Unidos han anunciado este miércoles la salida de la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), Susan Monarez, apenas semanas después de asumir el cargo tras su nominación por el presidente del país, Donald Trump, y su posterior confirmación por el Senado.
«Susan Monarez ya no es directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Le agradecemos su dedicación al servicio del pueblo estadounidense», ha declarado el Departamento de Sanidad en su cuenta de la red social X.
La cartera, que no ha precisado si se trata de una dimisión o una destitución, ha reafirmado la «plena confianza» del secretario Robert Kennedy en el equipo de los CDC, asegurando que éstos «seguirán vigilantes para proteger a los estadounidenses de las enfermedades infecciosas, tanto en el país como en el extranjero».
Posteriormente, la defensa de Moranez ha confirmado que ésta «no ha renunciado ni ha recibido notificación de la Casa Blanca sobre su despido, y como persona íntegra y dedicada a la ciencia, no renunciará».
En un comunicado difundido en redes sociales, los abogados Mark Zaid y Abbe Lowell han atribuido la destitución a que su defendida «se negó a aprobar automáticamente directivas poco científicas e imprudentes y a despedir a expertos en salud dedicados (y) prefirió proteger al público antes que servir a una agenda política». «Por ello, ha sido blanco de críticas», han asegurado.
Asimismo, han denunciado que Kennedy y el Departamento que dirige «se han propuesto convertir la salud pública en un arma para obtener rédito político y poner en riesgo la vida de millones de estadounidenses».
Monarez, quien ha desarrollado su carrera profesional tanto en gobiernos republicanos como demócratas, fue directora interina de los CDC entre de enero a marzo de este año, fecha en la que pasó a encabezar el organismo después de la Casa Blanca retirara la nominación del doctor Dave Weldon, según ha indicado la cadena, ante sus escépticas manifestaciones en torno a las vacunas.
Kennedy dijo de ella cuando prestó juramento al cargo que tiene unas «credenciales científicas impecables» y manifestó su plena confianza en la capacidad de Monarez para restaurar la confianza de los ciudadanos en el organismo.
Tras el anuncio, al menos cuatro altos cargos de los CDC han presentado su renuncia alegando que los recientes cambios y el liderazgo del organismo les impiden cumplir con sus deberes como autoridades de salud pública, según ha indicado el diario ‘The Hill’.
En particular, el director del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias, Demetre Daskalakis, ha asegurado en su correo de dimisión que «ya no puedo desempeñar este cargo debido al continuo uso de la salud pública como arma».
También han dimitido la directora médica de los CDC, Debra Houry, quien ha advertido de interferencias políticas en su trabajo: «por el bien de la nación y del mundo, la ciencia de los CDC nunca debe ser censurada ni sujeta a interpretaciones o argumentos políticos».
El Departamento de Sanidad anunció a finales de marzo una «reestructuración drástica» con la que decidió suprimir unos 10.000 empleos a tiempo completo para ahorrar unos 1.660 millones de euros al año.