El líder del partido opositor Bhumjaithai, Anutin Charnvirakul, ha sido elegido este viernes primer ministro de Tailandia en una votación que se ha celebrado en el Parlamento tan solo dos días después de que el Partido del Pueblo (PP) anunciara que apoyaría su candidatura.
Charnvirakul ha logrado así hacerse con más de los 247 votos necesarios para lograr el cargo, si bien entre las principales demandas del PP –formado a partir de los restos del partido Avanzar, que ganó las elecciones de 2023 pero no pudo gobernar y posteriormente fue disuelto– para apoyar su nombramiento se encuentra la disolución de la propia Cámara en un periodo de cuatro meses.
El candidato opositor ha quedado por delante de Chaikasem Nitisiri, candidato del gubernamental Pheu Thai, que tuvo que elegir a su propia opción para el puesto después de que el Consejo Privado del Rey (el órgano de asesoramiento del monarca tailandés) se negara a disolver el Parlamento aludiendo problemas legales –dado que esta solicitud únicamente puede realizarla un primer ministro electo y no uno que ocupe el cargo de forma interina, como era el caso–.
Charnvirakul, que ha obtenido finalmente 289 votos, había sido nombrado por el secretario general del Bhumjaithai, Chaichanok Chidchob, y su nombramiento como primer ministro ha sido aprobado por los diputados tras un intenso debate que se ha alargado durante aproximadamente una hora en la que se han puesto sobre la mesa las virtudes y defectos de los dos candidatos.
El líder del PP, Natthaphong Ruengpanyawut, ha asegurado que esta es la «mejor oportunidad para que Tailandia avance hacia la redacción de una nueva Constitución» y ha destacado la importancia de que el país asiático se dirija nuevamente hacia unas elecciones anticipadas.
Tailandia se ha visto sumida en una nueva crisis política después de que la ahora ex primera ministra Paetongtarn Shinawatra fuera destituida de forma definitiva por el Tribunal Constitucional.
Shinawatra había sido suspendida a principios de julio por una «negligencia ética grave» por afear la labor del Ejército durante una conversación con el ex primer ministro de Camboya Hun Sen, una llamada telefónica que tuvo lugar en medio del conflicto desatado en julio entre los dos países que se saldó con decenas de muertos.