Las autoridades iraníes han ejecutado este sábado a un hombre vinculado a ataques contra las fuerzas de seguridad durante las protestas organizadas en 2022 a raíz de la muerte de la joven Mahsa Amini, fallecida bajo custodia tras ser detenida por llevar mal puesto el velo islámico.
El condenado, identificado como Mehran Bahramian, había sido juzgado por participar en el asalto a un vehículo policial en la localidad de Semirom, situada en la región de Isfahán. El suceso se saldó con un agente fallecido y varias personas más heridas, informa el portal de noticias jurídicas Miznan.
Bahramian fue condenado inicialmente por un tribunal de Isfahán y ahora el Tribunal Supremo ha reafirmado la pena, razón por la cual este sábado las autoridades han procedido a ejecutarlo, según el citado medio.
La oficina de Derechos Humanos de la ONU denunció a finales de agosto que Irán ya había ejecutado este año a más de 840 personas, entre ellas 110 ajusticiadas sólo en julio. Para Naciones Unidas, se trata de «una herramienta de intimidación» al servicio del régimen de los ayatolás.