Ya cerraron las 38.788 mesas habilitadas para la elección en la provincia de Buenos Aires y los primeros resultados oficiales se conocerían a partir de las 21, según informó la Junta Electoral bonaerense. La participación había superado el 50% del padrón de 14.376.592 a las 16 horas, en una jornada en la que hubo algunas demoras en la apertura de las escuelas, pero que se desarrolló sin incovenientes ni polémicas.
En una elección con impacto en todo el país, que marcará el rumbo del Gobierno y de la oposición rumbo a las legislativas nacionales del 26 de octubre próximo, se renuevan 23 bancas de senadores y 46 de diputados de la Legislatura bonaerense. Además, en los 135 municipios se votan concejales y consejeros escolares. Al margen de los cargos electivos, el comicio tendrá un fuerte simbolismo porque se enfrentan las dos principales alianzas políticas: La Libertad Avanza y Pro contra Fuerza Patria, el conglomerado de agrupaciones peronistas.
Dada la complejidad de la elección, habrá lecturas disímiles sobre el resultado. Por ejemplo, el gobernador Axel Kicillof apuesta a exhibir que le puso un “freno” al modelo de Javier Milei en el distrito más decisivo con un triunfo del peronismo. En esa narrativa influirá más la diferencia en la cantidad de votos que obtenga cada fuerza en toda la provincia.
El Gobierno, en tanto, se entusiasma con vencer al peronismo en su bastión o demostrar que su hegemonía está en duda. Sembró en la previa la teoría “del empate técnico”. Si en la cantidad de votos termina por debajo del PJ, la diferencia será clave. En el boca de urna, Fuerza Patria se imponía en la primera y la tercer sección electoral, las dos regiones más pobladas de la provincia.
A su vez, Milei procura mostrar que amplió su poder de fuego en la Legislatura bonaerense y que el resultado en bancas es casi idéntico para cada una de las fuerzas. Sin embargo, los libertarios estarán pendientes de la diferencia global, porque asumen que el resultado marcará la carrera hacia octubre.
Más derrotas que triunfos
La de hoy fue la décima elección que se desarrolló en el país. Esta fue la cosecha de puestos de La Libertad Avanza en órden cronológico: en Jujuy, 2°; en Salta, 2°; en Chaco, 1°, en alianza con el gobernador radical Leandro Zdero; en San Luis no compitió con sello propio; en la Ciudad de Buenos Aires, 1°; en Misiones, 2°; en Santa Fe, 3°; en Formosa, 3°, y en Corrientes, 4°.
Los dos frentes principales se preparan para una guerra interpretativa de los resultados.
El peronismo planteó desde un primer momento que la lectura correcta debería ser que el ganador es quién consigue más votos en toda la provincia. El histórico predominio kirchnerista en la tercera sección electoral (La Matanza y el sur del conurbano) y la posibilidad ganar o quedar muy cerca en la primera (oeste y norte del GBA) hacen que ese objetivo sea muy probable. Esas dos circunscripciones aglutinan el 70% del padrón provincial. Al cierre de los comicios, en el PJ también se entusiasmaban con una buena performance en La Plata (octava sección) y también en la cuarta.
En el gobierno de Milei, en cambio, tienen la expectativa de imponer una lectura alternativa: la cuenta de bancas. Efectivamente lo que está en juego en términos institucionales es la renovación de las dos cámaras de la Legislatura bonaerense. Las secciones del interior, con muchísimos menos electores, aportan números similares de diputados y senadores.
En el búnker de La Libertad Avanza, situado en la periferia de La Plata, se espera para esta noche la presencia del presidente Javier Milei, que llegó ayer de su viaje relámpago a Estados Unidos para reunirse con empresarios y potenciales inversores. Su hermana Karina, involucrada en la trama de la presuntas coimas en la Agencia de Discapacidad, votó este mediodía en una escuela en Vicente López a donde llegó con una fuerte custodia y evitó responder consultas de la prensa.