La casona señorial convertida en un art hotel con espíritu boutique

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Una casa señorial de la década del ‘20, un arquitecto francés, una dama archifamosa de la élite porteña y el pueblo más chic del valle de Punilla. El cóctel no podía ser mejor. Algo de eso deben haber pensado Santiago y su hermana Guillermina Seisdedos, cuando decidieron lanzarse a la aventura: abrir aquí un hotel boutique, único en la zona.

Toledo fue la mansión de veraneo de María Unzué de Alvear. Y, aunque muchos dicen que la dama apenas visitó la casa por considerarla demasiado sencilla, lo cierto es que hoy es una verdadera joyita. María provenía de una familia de ricos hacendados, vivía en un palacete de la actual calle Alvear y quizás Córdoba no le resultó tan atractiva.

Bife de chorizo con salsa harissa, berenjena y yogurt

Toledo está ubicada en la zona de Cruz Chica, un paraje en las afueras de La Cumbre. Fue concebida en estilo pintoresquita, en este caso hispano-andaluz, por el arquitecto francés León Dourge, el mismo que diseñó el palacio Duhau en la ciudad de Buenos Aires.

La silueta se reconoce desde la ruta de acceso. Techos de tejas musleras, ventanas en arco, rejas ornamentales, balcones en volado y una lindísima entrada con vidrio repartido de colores. Hoy, alberga el novedoso emprendimiento que abrió sus puertas a principios de 2025: el hotel boutique Casa Toledo.

Una de las 13 habitaciones de Casa Toledo: aunque fue reciclada con toques modernos, conserva su balcón y aberturas originales

El edificio fue remodelado por dentro para adaptarlo a los tiempos que corren. Sin embargo, se conservaron las estructuras originales y los detalles que le dan carácter. La fachada permanece intacta, con ese aire distinguido y relajado que le quiso imprimir su creador, la misma atmósfera que hoy disfrutan los huéspedes.

Dos hermanos, un hotel y el arte

“Me enamoré de la casa y de La Cumbre”, cuenta Santiago Seisdedos, artífice del proyecto Casa Toledo, al recordar cómo descubrió la propiedad. “Encontré mi propia cumbre –bromea–, es que yo hago montañismo”, explica, jugando con el lenguaje.

El hall con piso de mosaico y mayólicas antiguas es de los primeros tiempos

Seisdedos trabaja en turismo desde hace 25 años, pero este es su debut como hotelero. “Mi hermana y yo queríamos iniciar un proyecto con espíritu de pueblo. Es que nosotros venimos de un pueblo de mil habitantes (Facundo Quiroga en 9 de Julio), añade. A esta altura de la vida, eso nos sedujo”.

Trabajar con las comunidades locales, contribuir al desarrollo del destino y apuntar a la exigencia que implica el turismo de alta gama, resultó para los Seisdedos un desafío más que interesante. Así se pusieron manos a la obra.

Los ventanales de vidrio repartido conectan el restaurante con el espléndido parque

A Casa Toledo se accede por la puerta original, un hall con piso de mosaico y mayólicas antiguas, que es de los primeros tiempos. Un preludio breve para viajar al pasado en un instante.

Una vez dentro, algo cambia. El estilo contemporáneo de la ambientación se funde con los techos de doble altura en bovedilla, con las aberturas originales, los pisos de madera y algunos sectores con mosaicos calcáreos, esos que ya no se consiguen y nos hablan de épocas lejanas.

La casona conserva techos de tejas musleras, ventanas en arco, rejas ornamentales, balcones en volado y una lindísima entrada con vidrio repartido de colores

Los cuartos, que son 13, se reparten en las dos plantas. Distribuidos en cuatro categorías, tienen detalles de tecnología como la automatización de las cortinas, el cerramiento digitalizado de las puertas y el modernísimo manejo de la calefacción. Cuentan con buenas dimensiones y los de planta superior tienen balcón propio que da al gran parque y más allá a las sierras. La master suite se destaca por un doble balcón y jacuzzi exterior para disfrutar en verano.

Casa Toledo es un art hotel, una característica que permite disfrutar de la obra de múltiples creadores cordobeses, especialmente cumbreños. Las colecciones se renuevan por temporadas y pueden verse en las paredes de la habitaciones y en diferentes sectores del edificio. De este modo el hotel funciona como una gran galería con obra cuidadosamente curada. El límite entre el hotel y el espacio de exposición se va desdibujando.

Como art hotel expone las colecciones de diversos artistas, que se renuevan por temporadas y pueden verse en las paredes de la habitaciones y en diferentes sectores del edificio

La muestra actual Encuentros naturales reúne las propuestas de Mariela Galliussi, Guillermo Daghero, Lucia Barchi, Pilar Maharbiz y Martín Kovensky, artistas que abordan la relación entre el cuerpo y el paisaje. Según apuntan los curadores, “las obras buscan explorar las resonancias, tensiones y correspondencias que emergen de este encuentro a través de la cerámica, la pintura, el collage y la fotografía.”

Alma, cocina imperdible

Desde el ventanal de Alma (el restaurante) se puede ver la piscina climatizada. Aparece al final de un terreno aterrazado y es el sitio ideal para los días de calor. Las tumbonas dispuestas para desperezarse al sol y el jardín que mantiene el espíritu serrano sin perder el color con los canteros recién florecidos completan la postal.

Mollejas con puré de limón y hojas de radicchio

Es la hora del almuerzo y el chef Alejandro Castro se luce con los platos de entrada: repollitos de Bruselas asados con un queso raclette, pickles, cebolla morada y unas mollejas con pure de limón. A la hora de los principales, llega el bife de chorizo con salsa harissa y una trucha a la plancha acompañada con un guisadito de porotos con puerros y tomates secos.

El cremoso de chocolate nos deja los paladares maravillados y se deshace en la boca con cristales de sal, pistacho y trocitos diminutitos de zapallo en almíbar.

Cremoso de chocolate con cristales de sal, pistacho y trocitos de zapallo en almíbar

La carta apunta a los platos elaborados con producción local y de estación. Son alternativas que demandan procesos más largos y dan como resultado platos complejos y atractivos a los sentidos. Todos son resultado de la imaginación de Alejandro quien, antes de dedicarse a la cocina, se recibió de perito criminalista. Y sí, algo de ese interés por la investigación se nota en la propuesta.

En la cava sorprenden las etiquetas nacionales con un espacio especial para las cordobesas. Además hay algunos vinos españoles y franceses curados por la sommelière Micaela Gata Ferrero.

La carta de Casa Toledo apunta a los platos elaborados con producción local y de estación

El hotel sólo recibe adultos. Aquí la idea es disfrutar el complejo, pero también sumarse a las experiencias diseñadas para el huésped : catas de vinos, cabalgatas, picnics, masajes, clases de yoga.

Muy pronto comenzarán las obras del spa que otorgará un plus a la estadía. En un tiempo más, se iniciará la segunda parte del proyecto que consiste en convertir a Granada, una residencia lindera también diseñada por León Dourge, en un destino para familias

Un arquitecto francés

León Dourge, el hacedor de Toledo, fue un arquitecto francés formado en la École des Beaux-Arts de París. Llegó a La Cumbre para construir una serie de villas serranas, casi todas a pedido de personajes de la élite argentina.

La Gitanilla, una de las casa diseñadas por el arquitecto León Dourge a principios del siglo XX.

Las casas, concebidas para el ocio y el placer, permanecen todas en pie. El Paraíso (casa museo, residencia de Manuel Mujica Laínez ), Sevilla (hoy Hostal Alcázar de Sevilla), la casa Naso Prado (hoy hotel Fonda de Cruz Chica), Toledo (hoy Casa Toledo), Granada y La Gitanilla. Todas invitan a un interesante recorrido arquitectónico.

Con algunas variantes, básicamente presupuestarias, las residencias se corresponden con una mirada pintoresquista. Dourge asoció el paisaje cordobés con la geografía del sur de España. De ahí el uso de la arquitectura árabe-andaluza para sus proyectos en esta tierra.

Naso Prado, una de las casa diseñadas por el arquitecto León Dourge a principios del siglo XX, es hoy La Fonda de Cruz Chica

Para tener una idea de los ocupantes originales de estas casas, basta recordar que en Sevilla vivió Renée Oster, casada con el príncipe francés Charles de La Tour D’Auvergne Lauraguais.

A su vez, María Unzué de Alvear, quien mandó construir Toledo, estaba casada con Ángel Torcuato de Alvear, hermano de Marcelo T., presidente argentino. Fue una mujer de fortuna y una gran benefactora. A lo largo del tiempo fue nombrada por el Vaticano Marquesa Pontificia, título que conservó toda la vida.

La Cumbre fue durante las primeras décadas del siglo XX el destino de verano elegido por las familias adineradas de la élite nacional. Llegaban con su séquito de empleados y permanecían en este idílico mundo serrano durante los meses de calor. Toledo es uno de los tantos recuerdos de aquellos años.

Datos útiles

CASA TOLEDO

Bartolomé Jaime 1090. T: (3548) 52-3392. IG @casatoledohotel

Aquí las estadías se ofrecen como experiencias con temáticas, tailor made, pensadas para diferentes tipos de viajeros. La estadía exprés de 2 noches con media pensión es la más breve. Luego hay propuestas de 3 noches enfocadas a diferentes temáticas: Arte culinario y Vino, Aventura, Cabalgata, Wellness, Arte y Cultura y Golf. Cada uno de estos programas fue diseñado para el huésped con actividades organizadas que permiten dejarse llevar por la mano de especialistas y disfrutar sin complicaciones.

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