Siete años después de su última visita, Katy Perry (40) desembarcó nuevamente en Buenos Aires y demostró, una vez más, su fervor por nuestro país. La cantante, que por estos días recorre Latinoamérica en el marco de su gira internacional The Lifetimes Tour, llegó el pasado domingo 7 para presentar sus nuevas canciones en el Movistar Arena el 9 y 10 de septiembre, y enseguida organizó su agenda para disfrutar de un show de tango y probar algunos típicos platos locales. En su breve recorrido, se llevó de regalo un cuadro de Eva Perón, con el que posó con sus fans.
Separada de Orlando Bloom (48) después de nueve años de amor y una hija en común, Daisy (5), Perry se mostró decidida a aprovechar a pleno su estadía porteña. Tal como lo hizo en ocasiones anteriores, la estrella pop reservó un lugar en el Faena Hotel de Buenos Aires para ver el nuevo show de Rojo Tango junto a todo su equipo.
31 invitados acompañaron a la intérprete de Firework a ver el espectáculo de Carlos Copello y Karina Piazza y allí se deleitaron con un menú que ella misma eligió: una entrada de terrina de langostinos con puré de arvejas y chips de batata y un plato principal de bife de chorizo con puré de papas al carbón, vegetales grillados y chimichurri de tres tomates. Como postre, un flan de tres leches con vainilla, dulce de leche y crema que la artista encantada pidió repetir.
Tras el show, Perry hizo una breve escala en la Boutique Kovacs Shoes, donde se enamoró del modelo “Margarita Grey”, un diseño exclusivo con horma italiana que pidió enviar a su suite. El flechazo, sin embargo, llegaría con un retrato de Evita que estaba en el lugar. Si bien su intención fue comprar el cuadro, la gente del lugar no dudó en regalárselo como gesto cordial de bienvenida.
Enamorada de su más reciente trofeo, Katy Perry posó con el retrato junto a sus fans. Ya lo había dicho en su visita de 2015. “Me encanta venir a Buenos Aires porque los argentinos son los fans más felices que conozco. Aman la música”.