Una costumbre al volante puede ser un foco de gastos. Muchos conductores realizan durante años maniobras, gestos o movimientos con el coche, sin conocer que pueden suponer una pérdida constante y progresiva de efectividad que acabe desembocando en un problema mecánico y exija acudir a un taller.
Un especialista en automoción, conocido por sus vídeos en TikTok bajo el nombre de FRpassion (@frpassion.com), advierte que acciones cotidianas al volante pueden provocar reparaciones costosas. Según explicó el técnico a través de uno de sus vídeos, estas rutinas afectan tanto a modelos diésel como de gasolina.
Las prácticas incorrectas al arranque y apagado del motor, así como ciertos hábitos al conducir, impactan en la durabilidad de los componentes y, en consecuencia, en la economía de los conductores en España. “Estas tres cosas que haces están vaciando tu cartera en el taller y ni te estás enterando”, alerta el especialista.
Principal consejo: evitar arranque inmediato
El especialista insiste en la necesidad de modificar la rutina diaria de uso del coche para evitar consecuencias que derivan en visitas recurrentes al taller. La primera de las advertencias que subraya FRpassion consiste en no salir inmediatamente tras arrancar el vehículo.
Recomienda esperar aproximadamente 30 segundos desde que el motor enciende, para asegurar que el aceite llegue a todas las piezas móviles del motor antes de poner el coche en marcha. La falta de lubricación en estas piezas puede generar un desgaste anómalo que, con el paso de los kilómetros, termina facilitando la avería de partes costosas.
El especialista advierte que este error afecta por igual a vehículos diésel y gasolina, ya que ambos motores requieren que el fluido recorra sus sistemas antes de iniciar la circulación. “Si sales a lo loco, al final habrá muchas piezas que no tienen lubricación y estarás provocándole un desgaste prematuro”, explica FRpassion.
Otros errores habituales
Otra de las recomendaciones clave es dejar el coche encendido unos segundos antes de apagarlo, sobre todo tras recorridos largos o trayectos exigentes para el motor. Esta simple acción protege el sistema del calor residual y evita averías de alto precio en el futuro.
Según detalla FRpassion, bajar la temperatura progresivamente permite que componentes internos, como el turbo y el sistema de refrigeración, regresen a un estado óptimo, disminuyendo el riesgo de fallos mecánicos. El hábito de apagar el motor de inmediato se asocia con la posibilidad de sufrir daños en piezas sensibles.
Acelerar cuando el motor aún está frío es uno de los hábitos contraproducentes según el especialista. En esos momentos, el aceite y el líquido refrigerante aún no alcanzan la temperatura de trabajo, lo que puede afectar a la lubricación adecuada y puede generar cambios térmicos bruscos en el bloque motor y sus piezas más delicadas.
“Esto ni para el bloque motor ni para piezas muy delicadas y caras viene bien”, recalca FRpassion, quien señala que esperar a que el vehículo alcance la temperatura de servicio es fundamental para evitar gastos inesperados. El experto anima a los conductores a modificar estas rutinas cotidianas para reducir visitas al taller y proteger la inversión en su vehículo.