Barbi y Nico tienen retraso madurativo, se conocieron estudiando cocina y sueñan con un emprendimiento propio

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Del otro lado del mostrador y llenos de harina están Nicolás Lorenzo y Bárbara Galleazzi, que se conocieron mientras cocinaban en la Asociación Civil Peldaños, de Munro, que capacita, acompaña y potencia a jóvenes y adultos con discapacidad para que puedan entrar al mundo laboral.

A los dos, que tienen 34 años y retraso madurativo, la vida les cambió cuando empezaron a trabajar: mientras compartían las mañanas fabricando pastas frescas o haciendo repostería artesanal, se enamoraron, se pusieron de novios y ahora sueñan con su propio emprendimiento.

Nico vive con sus padres en José León Suarez. Después de terminar la primaria en la Escuela 501 de San Isidro, estudió para ser auxiliar de gastronomía y cocinero en el Centro de Formación Integral “Javier Durlach”, una institución de nivel secundario especial y gratuita de Olivos. Es grandote y cuando habla, con mucha dulzura y una sonrisa en los labios, se emociona y los ojos se le humedecen con lágrimas que contagian y conquistan empatía de manera inmediata.

Barby, por su parte, estudió en la Escuela Especial “Carolina Tobar García” de Villa Urquiza y, cuando su mamá Liliana murió, se mudó con Hugo y Olga, a quienes ella llama cariñosamente sus tíos, aunque Olga era la mejor amiga de su mamá. Gracias a ese matrimonio, que no tenía hijos propios y hoy posee la curatela para cuidarla, llegó hace tres años y medio a Peldaños.

Del mismo modo que Nico, que había ingresado en 2016, hizo una pasantía de tres meses y logró el puesto, por el cual cobran un peculio a través del Programa de Asistencia a Talleres Protegidos de Producción de la Provincia de Buenos Aires y un complemento del Ministerio de Trabajo de la Nación.

Además de pastas, producen empanadas, chipá, sándwiches de miga, budines, alfajores, cookies, panes dulces y huevos de Pascua

El trabajo consiste en cocinar, de lunes a viernes de 9 a 14 horas, en alguna de las dos cocinas que hay en la sede de Munro donde funciona la organización social gracias a un comodato.

En total hay 38 operarios, que se dividen en los sectores de pastas y repostería, y cambian cada tres meses. Todas las preparaciones, que también incluyen empanadas, chipá, sándwiches de miga, budines, alfajores y cookies, y panes dulces y huevos de Pascua, son tan deliciosos y se hicieron tan famosos que empezaron a venderse con mucho éxito en restaurantes, bares y con clientes del barrio y CABA.

“Me gusta armar pizzetas, aunque prefiero la pastelería, sobre todo los budines”, cuenta Nico. A Barby, en cambio, le encanta bañar los alfajores con chocolate. “Además, empezamos a ofrecer budines, alfajores y pastafrolas en eventos y ferias, y descubrí que lo que más me gusta es armar ofertas y vender”, agrega la cocinera.

Una historia de amor

“Nos pusimos de novios el 3 de septiembre de 2022”, recuerda Barby con mucha exactitud. “Yo me enamoré de ella y le escribí por WhatsApp que me gustaba mucho. Mensajito va, mensajito viene, así empezó nuestra historia. Vamos al cine, a almorzar en el buffet del Club Unión de Munro o a tomar mate en la plaza los fines de semana”, agrega Nico durante un descanso en la preparación de ravioles de calabaza, queso mozzarella y verdeo que se ven muy bien.

Debajo de los delantales de jean donados por un vecino, que personalizaron con sus nombres, los dos lucen colgada de sus cuellos una cadena con la inicial del otro, que se intercambiaron para el último Día de los Enamorados. Fue una idea de Nico, que se define como el romántico de la pareja y se emociona por estar siempre cerca de su novia.

En el taller de Peldaños trabajan para que personas con discapacidad intelectual, leve y moderada, desarrollen competencias laborales y vínculos sociales

Ambos ya tienen planes para el futuro, cocinando juntos y vendiendo sus producciones dulces en ferias de plazas. “Se nos ocurrió cuando fuimos a un evento y resultamos un buen equipo, porque a mí me gusta ofrecer los productos y Nico sabe manejar el dinero y una billetera virtual. Entonces conversamos para que yo cocine con mi tía en nuestra casa pastafrolas y budines de naranja, limón, vainilla, chocolate y marmolados, y luego los vendamos en ferias y eventos. Todavía nos falta pensar un nombre y decidir cómo vamos a presentar los budines y alfajores en lindas bolsas o cajitas”, cuenta Barby.

La pareja participó del primer capítulo del nuevo programa “Unidos por la cocina”, que celebra la inclusión en la gastronomía con la conducción de Felicitas Pizarro y la participación de las asociaciones San Francisco de Asís, Andar, Pertenecer, Nosotros y Peldaños, en el canal elGourmet (todos los martes a las 19.30). “Para mí fue un sueño hecho realidad, porque nos maquillaron y nos filmaron mientras preparábamos sorrentinos y fideos al huevo, que salieron muy bien”, relata ella. “Yo me siento famoso, porque salí en las publicidades del programa, tanto en la tele como en carteles en las calles, y muchas personas me reconocieron y felicitaron”, dice Nico entre risas.

“Quiero trabajar de verdad”

Peldaños nació hace 25 años gracias a esta frase, que un hombre con síndrome de Down de 42 años le dijo a Perla Martínez, socia fundadora y presidenta de la asociación civil. “Mi hijo Pablo nació con una discapacidad y falleció a los 4 años, después de quedar en estado vegetativo por dos años y medio. Hace cuatro décadas había mucho desconocimiento sobre este tema y, después de mi duelo, decidí volcar socialmente lo aprendido y me hice catequista de personas con discapacidad en la Iglesia Nuestra Señora de los Dolores de Parque Centenario”, recuerda Perla.

“Un día de lluvia llegué tarde por un problema en mi trabajo como cajera de un banco y, para explicarles a mis alumnos de qué se trataba, jugamos a los bancarios –agrega la fundadora–. Después de eso, cada persona contaba que su mamá era maestra o su papá era gasista u oficinista, y pedían jugar a eso en lugar de aprender Catequesis. Entonces hablé con el padre Pablo Molero (hoy coordinador del Foro Permanente de Discapacidad), que me dijo que estaba bien enseñarles a trabajar, sobre todo cuando Jorge Denda me pidió: ‘Seño basta de jugar a trabajar, yo quiero trabajar de verdad’.

Perla Martínez, socia fundadora y presidenta de Peldaños; el tesorero Rubén Mantillay; y Alejandra Fisz, directora comercial

Esa fue la semilla que hizo germinar esta idea de una organización social para ayudarlos a insertarse en el mundo laboral, junto a personas amigas y la UTN de Pacheco. Empezamos con ruedos de camisones, empaques de camisas de vestir y tarjetas para la ropa en un taller que funcionaba en el primer piso de esta casa y ahora estamos reactivando.”

A fines de 2003, la invitaron a brindar una charla en el Centro Laboral de Vicente López para los padres de los jóvenes que terminaban el curso de cocina y se les ocurrió empezar a hacer chipá, que tenía mucha salida en la pandemia. Luego, tanto los rotarios del barrio como una panadería que cerró y una pizzería que se renovó, les donaron varias máquinas.

La directora comercial Alejandra Fisz explica que Peldaños se sostiene gracias a la venta de las pastas frescas y la repostería artesanal que realizan en el Taller Protegido de Producción. Por un lado, son proveedores del Municipio de Vicente López -que les encarga el cátering para algunos eventos- y algunos restaurantes y bares -entre ellos El Bodegón de San Isidro, el Café Notable El Buzón de Nueva Pompeya y el restaurante Don Bosco, en Almagro-, mientras que sus clientes más fieles del barrio hicieron correr la voz de la calidad de los productos y ahora el delivery de los viernes llega hasta CABA.

La pareja participó del primer capítulo del nuevo programa “Unidos por la cocina”, que celebra la inclusión en la gastronomía y se emite por el canal elGourmet

Además, a medida que la asociación civil fue creciendo, también sumó un programa de voluntariado de triple impacto, que coordina actividades entre empresas privadas y ONGs. “Por ejemplo, para las fiestas de Navidad y Año Nuevo los empleados de varias empresas vienen a hacer panes dulces, que luego no solo regalan al personal sino también donan a quienes los necesitan para que también puedan celebrar”, dice.

El tesorero Rubén Mantilla, por su parte, cuenta: “Varios de los operarios están con nosotros desde el comienzo, por eso quienes entraron con 25 años ahora tienen 50. Algunos no pueden trabajar en la cocina, con cuchillos y fuego, entonces decidimos reactivar el taller de armado junto a una fábrica de objetos de plástico que trabaja con talleres protegidos. Estamos felices porque nos pidieron armar bolígrafos”. Él también ocupó el cargo de director técnico del equipo de fútbol de Peldaños. Y Nico, que fue el goleador y escucha atentamente, aprovecha para mostrar los numerosos trofeos ganados y p edirle que también vuelvan los partidos, por favor.

Cómo ayudar:

  • La organización civil Peldaños está ubicada en Virrey Olaguer y Feliú 4664. Munro, donde los operarios trabajan de lunes a viernes de 9 a 14 horas. Para conocer más o comprar algunos de los alimentos, llamá al +54 (011) 7365-2398 de 9 a 16 horas, escribí al mail [email protected] o entrá en la web. Los envíos se realizan los viernes, pero se puede retirar todos los días en la fábrica.
  • Para sumarte a los voluntarios, ingresá acá, y para colaborar con una donación bancaria, podés hacerlo en esta página.

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