No son muchas las estrellas de Hollywood que están dispuestas a hacer “sacrificios” físicos para conseguir un papel. Algunos aceptan ganar o perder peso, otros, afrontar profundos cambios estéticos. Amanda Seyfried es parte de ese grupo de celebridades y, según contó, su último protagónico la obligó a tomar una decisión muy especial.
En The Testament of Ann Lee, Seyfried interpreta a Ann Lee, la líder fundadora del movimiento Shaker, que establece, en el siglo XVII, una sociedad utópica en la que es proclamada como Cristo femenino y adorada mediante cantos y bailes. El film, basado en hechos reales, fue recientemente presentado en el Festival Internacional de Cine de Toronto, y con tal motivo la actriz reveló cuál fue el “sacrificio” que debió realizar para interpretar a esa mujer de carne y hueso.
Mientras se encontraba en la alfombra roja, la actriz le dijo a Etalk que debió abandonar durante un año la aplicación de bótox y el maquillaje, y aclaró que el “sacrificio” valió la pena.
“Soy actriz. Este es mi trabajo y es lo que me encanta hacer”, declaró al medio. “No necesito necesariamente todo eso en mi vida. Simplemente, me gusta”, indicó, refiriéndose al maquillaje y los procedimientos cosméticos. “Puedo sacrificar un poco lo que me gusta. Claro que puedo”, aseguró. Y añadió: “Hicimos sacrificios, y valió la pena. Cada día era divertido. No solo sobrevivimos, sino que prosperamos”.
La actriz ya se había referido anteriormente a su renuncia “momentánea” al bótox y la incluyó dentro de un estricto protocolo establecido por la directora del film, Mona Fastvold, que también incluye la prohibición de cualquier tipo de maquillaje.
“No pude ponerme bótox durante un año”, declaró a en agosto a la revista Vanity Fair. “Fue una tarea enorme… Cuando me pusieron bótox por primera vez, pensé: ‘Esto es increíble’, porque frunzo mucho el ceño. Pero cuando dejé de hacerlo, todo volvió a la normalidad, y eso era absolutamente necesario para el trabajo que estaba haciendo”, agregó.
Si bien la película todavía no se estrenó comercialmente, tras su proyección en el festival de Venecia, el drama musical histórico recibió una ovación de pie de 15 minutos; la más larga de este año, superando los 13 minutos que cosechó Frankenstein, de Guillermo del Toro. En un video compartido por Variety se ve a la actriz emocionada por la reacción de los presentes, mirando a sus compañeros de elenco y a la directora.
“Nuestra película es un relato especulativo de la vida de Ann Lee, una de las pocas líderes religiosas del siglo XVIII. Ella y sus seguidores, conocidos como los shakers, adoraban mediante cantos y movimientos extáticos, actos de devoción temblorosos, exuberantes y físicamente expresivos», indicó Fastvold en una de las ruedas de prensa del festival.
Allí, explicó por qué eligió a Seyfried para interpretar el papel principal: “Amanda tiene mucho poder. Es muy fuerte. Es una madre maravillosa. Es un poco loca. Así que supe que podía acceder a esas cualidades: a la bondad, la dulzura, la ternura. Y también a ese poder y a esa locura”.
La directora, de 39 años, añadió: “Y creo que, a nuestra edad, es realmente emocionante explorar la combinación de todo eso. Y vi que Amanda lo tiene todo y que estaba lista para dedicarse por completo a ello”.
La película se rodó en Budapest, hacia donde Seyfried se trasladó con su familia, incluido un perro de casi 15 años. También acaba de firmar contrato para sumarse a La asistenta, la nueva comedia de Paul Feig (Spy, Damas en guerra, la reciente saga de Un pequeño favor) junto a Sydney Sweeney, pronta a filmarse en Nueva Jersey.