El asesinato de Charlie Kirk aumenta el temor a un estallido de violencia política en EE.UU.

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NUEVA YORK.- Ya antes del asesinato del influyente activista de derecha Charlie Kirk hubo señales de una inminente crisis política: la creciente polarización y el endurecimiento del discurso público dejaban poco margen para el entendimiento, y los actos de violencia contra figuras de la derecha y de la izquierda ya se venían acumulando.

Pero el asesinato de Kirk poco después de que empezara a dirigirse a un grupo de jóvenes en el campus de una universidad en Utah hace pensar que Estados Unidos puede haber ingresado en una fase aún más peligrosa de ese proceso.

En las redes sociales abundaron los posteos de la izquierda que celebraban la muerte de Kirk y daban a entender que había tenido lo que se merecía. Desde la derecha, las expresiones iniciales de dolor y consternación fueron reemplazadas rápidamente por abiertos reclamos de represalias y venganza. Y hasta hubo ominosas declaraciones de que el país estaba al borde de la guerra civil, o de que debería estarlo…

Esos exabruptos preocupan a los expertos, que advierten que la tolerancia de los norteamericanos a la violencia política viene creciendo a un ritmo vertiginoso.

Un memorial improvisado en la sede nacional de Turning Point USA después de la muerte a tiros de Charlie Kirk, su cofundador y director ejecutivo, el miércoles 10 de septiembre de 2025 en Phoenix, Arizona. (AP Foto/Ross D. Franklin)

“El país es básicamente un polvorín”, apunta Robert Pape, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chicago, que viene realizando encuestas periódicas para medir la actitud de los norteamericanos frente a la violencia política desde que los partidarios de Donald Trump atacaron el Capitolio, el 6 de enero de 2021. “Lo que se observa es una radicalización política y un apoyo mayor a la violencia que en cualquier otro momento de los últimos cuatro años, desde que empezamos con este relevamiento”.

El asesinato de Kirk, de 31 años, fue grabado en video desde múltiples ángulos y las cruentas imágenes de la sangre brotando de su cuello se viralizaron de inmediato. Pocos días antes, los norteamericanos habían visto imágenes igualmente perturbadoras de un joven apuñalado a muerte por un desconocido, sin mediar provocación, en el transporte público en Charlotte, Carolina del Norte.

El asesinato de una refugiada ucraniana en un tren en Carolina del Norte que conmociona a Estados Unidos

Ese asesinato había quedado envuelto en un creciente debate nacional sobre el deseo de Trump de desplegar fuerzas militares en ciudades gobernadas por demócratas para combatir la inseguridad. En un país donde el presidente califica de “lacras” a sus opositores y estos lo acusan de fascista, muchos norteamericanos ya estaban convencidos de que el debate público se había resquebrajado irremediablemente.

Kirk, un usuario muy prolífico de las redes sociales, se había metido de lleno en el debate sobre la inseguridad. Pocas horas antes de ser asesinado, había publicado en la red social X que era “absolutamente necesario politizar el asesinato de Charlotte”.

Charile Kirk, momentos antes del asesinato

“Creo que se está librando una guerra civil cultural”, declaró Newt Gingrich, expresidente republicano de la Cámara de Representantes, en una entrevista del miércoles por la tarde. Gingrich aseguró que apoya plenamente los esfuerzos de Trump por cambiar drásticamente el statu quo en Estados Unidos, pero reconoció que esos esfuerzos generaban zozobra y desestabilización.

“Hay diferencias muy profundas sobre los aspectos más elementales de la vida, y el país aún no ha encontrado la forma de zanjarlas”, dijo Gingrich en referencia a las divisiones partidarias. “Nosotros nos sentíamos bajo enorme presión por el ciclo Obama-Biden, y la izquierda se siente bajo una tremenda presión por el ciclo Trump. Y nadie sabe qué deriva puede tomar todo esto”.

El llanto de sus seguidores en el campus

Entre quienes estudian el apetito de la gente por la violencia política —un tema cada vez más preponderante en el mundo académico de Estados Unidos—, el miércoles el ambiente era sombrío.

En la encuesta más reciente de Pape, realizada en mayo, casi el 39% de los demócratas coincidió en que destituir a Trump por la fuerza era “justificable”. Al mismo tiempo, casi una cuarta parte de los republicanos afirmó que era justificable que Trump utilizara el ejército para reprimir las protestas contra las medidas de su gobierno.

Le disparan a Charlie Kirk

Garen Wintemute, médico y director del Programa de Investigación para la Prevención de la Violencia de la Universidad de California en Davis, señala que la espiral de violencia no es una conclusión inevitable.

“Ahora nuestra tarea es no permitir que quienes se ubican en los extremos nos arrastren con ellos al abismo”, apunta Wintemute. “Tenemos que dejar en claro nuestro rechazo a la violencia política”.

Kirk tenía un fuerte compromiso partidario. Inmediatamente después de su asesinato, Matthew Dowd, analista político de la cadena MSNBC, lo calificó de figura “divisiva” que había incurrido en “discursos de odio”.

“No podés lanzar esos pensamientos y palabras espantosas y después esperar que no ocurran cosas horrendas”, dijo Dowd al aire. “Y ese es el lamentable clima político en el que vivimos”.

Rebecca Kutler, presidenta de MSNBC, calificó los comentarios de Dowd de “insensibles e inaceptables”. La cadena despidió posteriormente al periodista por las críticas que generaron sus declaración.

En Fox News, un medio conservador, el popular conductor del prime time, Jesse Watters, habló con vehemencia sobre el ataque y la necesidad de contraatacar de alguna manera.

Charlie Kirk reparte gorras antes del evento

“Estamos hartos, tristes, enojados y decididos, y vamos a vengar la muerte de Charlie como Charlie querría que se lo vengara”, declaró Watters el miércoles, y a continuación enumeró varios actos amenazantes o violentos perpetrados por la izquierda en los últimos años: el hombre armado que fue arrestado en 2022 y que quería asesinar al juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh; el asesinato en mayo de dos empleados de la embajada de Israel en Washington; el vandalismo de vehículos Tesla como protesta contra Elon Musk, antiguo aliado de Trump; y el asesinato del representante republicano por Luisiana, Steve Scalise, en 2017.

“¡Nos guste o no, están en guerra contra nosotros!”, exclamó Watters. “¿Nos vamos a quedar de brazos cruzados? ¿Cuánta violencia política más vamos a tolerar?”.

Incluso antes de que las autoridades federales identificaran a ningún sospechoso, la activista de extrema derecha Laura Loomer, sin presentar pruebas, ya salió a calificarlo de “atentado profesional”.

De todos modos, una prominente figura de la derecha como Nick Fuentes, conocido racista y antisemita, instó a sus seguidores a mantener la calma ante los persistentes llamados a la violencia. “La violencia y el odio tienen que cesar”, escribió. “Hoy más que nunca, nuestro país necesita a Cristo”.

Ruth Braunstein, profesora adjunta de sociología de la Universidad Johns Hopkins y una estudiosa de la polarización y la violencia política, expresa su preocupación por la posibilidad de que el asesinato de alguien a quien describe como “una figura clave” de la derecha norteamericana pudiera movilizar a grupos que ya venían esperando un catalizador para pasar a la acción.

Trump con Kirk en 2018

“La derecha cuenta con grupos bien organizados y entrenados, incluyendo milicias, que básicamente están a la espera de ser llamados a la acción en defensa de lo que consideran la nación”, dice Braunstein. “Y para eso alcanza con la más mínima señal de los dirigentes políticos, incluido el presidente, pero también de cualquier otra persona, de que ha llegado el momento en que son necesarios”

Aunque la retórica de Trump ha sido más incendiaria que la de cualquier otro presidente de la historia reciente, su reacción inicial a la noticia fue moderada. Ordenó que las banderas de todo el país ondearan a media asta hasta el domingo.

En la red social Truth Social, elogió a Kirk, lo calificó de “legendario” y les ofreció sus condolencias a su esposa y familia. Más tarde, sin embargo, Trump culpó del asesinato a los medios de comunicación y a la izquierda radicalizada por demonizar a quienes no están de acuerdo con ellos.

“Hay norteamericanos maravillosos como Charlie a quienes desde hace años la izquierda radicalizada viene comparando con los nazis y los peores asesinos en masa y criminales del mundo”, escribió Trump. “Ese discurso es directamente responsable del terrorismo que estamos viviendo hoy en nuestro país, y debe cesar de inmediato”.

Traducción de Jaime Arrambide

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