La posibilidad de acceder a un anticipo de medicamentos representa una solución para quienes deben ausentarse de su lugar de residencia por períodos prolongados, ya sea por viajes o cambios temporales.
Esta alternativa, dirigida principalmente a pacientes con tratamientos crónicos, permite recibir con anterioridad la cantidad de medicamentos necesaria para cubrir el tiempo fuera, aunque su implementación y condiciones varían según la entidad prestadora de salud.
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En Colombia, las EPS tienen la obligación de garantizar la entrega oportuna, completa y continua de los medicamentos incluidos en el plan de beneficios.
La normativa vigente, como el decreto Ley 019 de 2012 y la resolución 1604 de 2013, establece que la entrega debe realizarse en un plazo máximo de 48 horas tras la solicitud.
Para personas mayores de 62 años, la ley 1171 de 2007 dispone que, si no es posible la entrega inmediata, la EPS debe llevar los medicamentos al domicilio del afiliado en un máximo de 72 horas.
El anticipo de medicamentos surge en este contexto como una opción para quienes, por motivos justificados, no podrán reclamar sus fórmulas en las fechas habituales. Aunque no existe una regulación uniforme a nivel nacional, algunas entidades han desarrollado protocolos específicos.
Colsanitas, por ejemplo, permite a sus usuarios solicitar un anticipo cuando planean ausentarse por vacaciones o viajes. El procedimiento exige diligenciar un formato electrónico o realizar la gestión en las ventanillas de servicios médicos, con al menos 15 días de anticipación a la fecha de salida. De este modo, la entidad entrega los medicamentos antes del viaje y ajusta el cronograma de entregas para el regreso del afiliado.
El beneficio tiene restricciones claras. Se puede solicitar un anticipo de medicamentos crónicos por un período de hasta 60 días, con un máximo de dos veces al año en periodos no consecutivos.
Si la ausencia se extiende entre tres y cinco meses, es posible pedir un anticipo por ese lapso, aunque solo una vez al año.
Para quienes residen en el exterior, Colsanitas contempla una única entrega por seis meses de tratamiento, hasta dos veces al año, siempre que el paciente sea valorado por el Médico Puerta de Entrada en ambas ocasiones.
Este beneficio incluye anticonceptivos, pero excluye medicamentos de control, y requiere la presentación de una carta de solicitud acompañada de la copia del tiquete de salida del país y la copia del pasaporte que demuestre la entrada y permanencia en el extranjero.
Otras EPS, como Nueva EPS y Famisanar, también implementaron procedimientos para la entrega anticipada o programada de medicamentos en casos de tratamientos crónicos.
Sin embargo, la ausencia de una regulación nacional uniforme implica que cada entidad define sus propios requisitos, tiempos máximos y condiciones para acceder a este servicio.
Ante esta diversidad de criterios, los pacientes con tratamientos crónicos que prevean ausencias prolongadas deben consultar directamente con su EPS para confirmar la disponibilidad del anticipo de medicamentos y conocer los pasos específicos a seguir.
Industria y pacientes advierten colapso sanitario por falta de medicamentos en Colombia
La escasez de medicamentos en Colombia se ha convertido en una preocupación central para la industria, las EPS y los pacientes, que alertan sobre la asfixia del sistema de salud debido a deudas, falta de recursos y problemas en la distribución, lo que deja a miles de personas sin acceso a tratamientos.
Durante el foro ‘Innovación farmacéutica: más oportunidades para Colombia’, realizado en la Universidad EAN, se destacó que la crisis actual no solo responde a factores coyunturales, sino que refleja fallas estructurales en la sostenibilidad financiera del sistema.
La gerente general de Capital Salud EPS, Marcela Brun Vergara, advirtió que la falta de liquidez está incrementando los costos y reduciendo la eficiencia: “Estamos en una encrucijada en la que por un problema de liquidez nos estamos haciendo más costosos y menos resolutivos y eficientes. Esto no dejará de serlo si no planteamos soluciones estructurales de sistema a mediano y largo plazo”.
El presidente ejecutivo de la Asociación de Industrias Farmacéuticas Nacionales (Asinfar), Carlos Francisco Fernández Rincón, precisó que la escasez y el desabastecimiento son fenómenos distintos, aunque en el país se han confundido.
Fernández subrayó que la principal causa de la escasez es la falta de recursos: “Los medicamentos no están llegando a la gente y hay que entender que la escasez y el desabastecimiento son dos cosas diferentes. En el país las dos cosas se han mezclado de manera desafortunada”.
Añadió que “los medicamentos no llegan porque la plata no existe, porque definitivamente dependemos de las importaciones”. Además, criticó el gasto público en el sector: “Este país gasta muchísima plata en medicamentos, casi 29 millones de pesos, y la gente no está mejor. Cada vez hay más quejas”.
Desde la perspectiva de los pacientes, Luz Victoria Salazar, presidenta de la junta directiva del Observatorio Interinstitucional de Enfermedades Huérfanas, denunció el deterioro en la calidad de vida y la ineficacia de los recursos judiciales: “Las tutelas y los procesos jurídicos no les están sirviendo a los pacientes, esto se volvió paisaje. Pueden pasar meses y no están siendo efectivos como antes y pedimos que sean más rigurosos porque esto está costando vidas”.
Salazar enfatizó la vulnerabilidad de quienes dependen de tratamientos especializados: “El tema real para los pacientes es que ellos no tienen plan B, ellos tienen que esperar los medicamentos que les han recetado. Hoy, por la falta de recursos, esto no se está dando”.
El panel coincidió en que, sin reformas urgentes y soluciones estructurales, el sistema de salud colombiano continuará sin garantizar el acceso a los tratamientos esenciales.