El partido en Arroyito ya entraba en los últimos minutos cuando, a los 27 del segundo tiempo, Carlos Palacios vio encenderse el tablero electrónico con el número 8 en rojo. Esa señal indicaba algo claro: iba a ser sustituido. Claudio Úbeda, a cargo del banco xeneize, apostó por una variante ofensiva: dispuso el ingreso de Alan Velasco en reemplazo del chileno, de discretísima labor. De hecho, debió salir antes.
Pero lo que parecía ser un movimiento táctico lógico terminó derivando en un gesto que no pasó inadvertido. Palacios caminó hacia el borde del campo con gesto de disgusto, las manos en alto y la mirada clavada en el cuerpo técnico. Su cara lo decía todo: incredulidad primero y fastidio después. Molesto por la decisión técnica, el delantero dio claras señales de querer seguir en la cancha. Apenas chocó sus manos con las de Velasco volvió a enfocarse en Úbeda. El diálogo fue mínimo, pero en el rostro se notaba su disconformidad.
Antes de sentarse en el banco el chileno pasó bien cerca del ayudante de Russo e intercambió una mirada intensa con él. No hubo gritos ni discusiones abiertas, pero sí gestos claros de desacuerdo, de esos que se perciben en la atmósfera aunque no logre identificarse qué fue lo que dijo.
El cruce de palabras de Palacios con Úbeda tras ser reemplazado por Velasco
Viví el Torneo Clausura 2025 por TNT Sports Premium y disfrutalo también en HBO Max 👉 #Suscribite https://t.co/rq6sQOr7sM pic.twitter.com/7mV6zXiZaC
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) September 14, 2025
Lo llamativo es que hasta ese instante, su rendimiento había sido intrascendente. En 73 minutos, registró 29 intervenciones y un 96% de precisión en los pases (22 de 23), aunque la mayoría hacia atrás.
No fue el único encontronazo del chileno. Antes, en pleno partido, Palacios había tenido un intercambio fuerte con Rodrigo Battaglia, en la previa de un córner al que el zaguero fue a buscar al área y el mediocampista debió quedarse como relevo. Y también se cruzó con Cavani, a quien le tiró una pelota larga, que el uruguayo no corrió porque no lo entendió y, ante el reclamo, lo miró de lejos con rostro serio.
La discusión de Palacios y Battaglia en medio del partido 🔵🟡
Viví el Torneo Clausura 2025 por TNT Sports Premium y disfrutalo también en HBO Max 👉 #Suscribite https://t.co/rq6sQOr7sM pic.twitter.com/cchnDQ23o6
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) September 14, 2025
Cabe recordar que Palacios había perdido crédito ante este cuerpo técnico y el anterior, comandado por Fernando Gago, y sus compañeros por varias muestras de indisciplina que astillaron su vínculo puertas adentro. Sin embargo, él mismo declaró haber entendido la magnitud que implica ser futbolista de Boca y desde entonces exhibió un buen nivel en los últimos tres partidos, justamente en los que el Xeneize pudo volver a ganar después de una racha de 12 sin victorias.
El mediocampista chileno, resistido por su irregularidad y sus problemas de conducta, encontró en los últimos tres partidos antes del duelo con Central una especie de renacimiento. Sus asistencias, su entrega y, sobre todo, su actitud dentro y fuera de la cancha coincidieron con el resurgir colectivo: Boca hilvanó tres triunfos consecutivos (ante Independiente Rivadavia, Banfield y Aldosivi), recuperó aire en el torneo local y volvió a instalarse en la zona de clasificación a la Copa Libertadores 2026.
El momento bisagra se dio en Mar del Plata, hace dos domingos, en la visita a Aldosivi. El encuentro estaba cerrado, incómodo. Hasta que Palacios apareció en una acción que resume su transformación. Primero, cortó con sacrificio un contraataque que podía costar caro. Y en esa misma jugada envió un centro desde la derecha que pareció teledirigido a la cabeza de Lautaro Di Lollo para anotar el 1-0 sobre el final del primer tiempo.
En la semana posterior, en diálogo con El Canal de Boca, declaró: “Boca te exige ser un jugador más completo, la verdad que me he preparado para eso, me lo han pedido y obviamente que me ayudan un poco en ese tema. Estoy feliz de haber recuperado la pelota y dado la asistencia, me pone muy contento haber ayudado al equipo. Fueron momentos difíciles, turbulentos. Se dijeron cosas feas e innecesarias”.
Un empate entretenido
Central y Boca regalaron un partido intenso y entretenido, aunque contó con demasiadas interrupciones que impidieron que el desarrollo sea más fluído. Rodrigo Battaglia, con un frentazo preciso, abrió el marcador para el Xeneize a los 19, pero apenas cinco minutos más tarde Ángel Di María sorprendió a Brey con un golazo olímpico.
Más allá de su responsabilidad en esa jugada, el joven arquero fue clave para que el Xeneize no pierda en su excursión a Rosario, con al menos cuatro atajadas clave. Las dos grandes figuras fueron Di María y Leandro Paredes. Fideo, por el imán que lo rodea y lo que contagia en sus compañeros y en el público, y el mediocampista de Boca por la jerarquía y claridad conceptual que tiene a la hora de jugar y hacer jugar, con pases filtrados que sólo él ve.