El 15 de septiembre de 2025 se escribió un nuevo capítulo en la historia de México, pues por primera vez una mujer, Claudia Sheinbaum Pardo, encabezó los festejos por la lucha de Independencia como titular del Poder Ejecutivo, y al exclamar las arangas en Palacio Nacional, rescató el nombre de heroínas Gertrudis Bocanegra y Manuela Molina Medina.
A lo largo de dos siglos, caudillos como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Vicente Guerreo, fueron reconocidos como los padres de la Patria, dejando en un papel secundario a las mujeres que participaron en el movimiento insurgente.
Este martes, durante su discurso en el Desfile Cívico Militar, la presidenta Claudia Sheinbaum reiteró el reconocimiento a los mujeres que ayudaron a dar forma a la independencia mexicana.
Gertrudis Bocanegra, heroína fusilada por las fuerzas reales
El 11 de octubre de 1817, Gertrudis Bocanegra fue ejecutada en la plaza de San Agustín en Pátzcuaro, Michoacán, tras ser acusada de rebelión y conspiración contra la autoridad real durante la guerra de Independencia.
En 1810, tras conocer el levantamiento de Miguel Hidalgo en Dolores, Guanajuato, Bocanegra convenció a su familia para sumarse a la insurgencia desde Pátzcuaro.
A partir de entonces, Bocanegra actuó como portadora de correo, informante y organizadora de recursos para los insurgentes. Mantuvo canales de comunicación seguros y colaboró en el reclutamiento de seguidores. Pese a la muerte de su esposo e hijo en la batalla de Puente de Calderón en 1811, continuó su labor como espía durante casi siete años, aportando información clave y participando en la organización de un levantamiento para tomar Pátzcuaro.
En 1815, tras la toma de la ciudad por Ignacio López Rayón y la posterior recuperación del control por el general realista Agustín de Iturbide, Bocanegra recibió la misión de fortalecer las comunicaciones insurgentes.
En 1817, fue delatada mientras investigaba las fuerzas realistas, detenida y sometida a interrogatorios. Se negó a revelar información que comprometiera a sus compañeros y fue condenada a muerte por sedición y conspiración. Tenía 52 años al momento de su fusilamiento.
Tras la consumación de la independencia en 1821, las hijas de Bocanegra —María Hilaria de Jesús, María Ignacia Laureana y María Magdalena Faustina— recibieron un reconocimiento oficial por la participación de su madre en la causa insurgente.
Desde 1993, el Ayuntamiento de Pátzcuaro otorga la Presea Gertrudis Bocanegra a mujeres destacadas por su labor social.
Manuela Medina, la capitana que impresionó a Morelos
En abril de 1813, Manuela Medina, también conocida como María Manuela Molina, lideró un grupo armado que se unió al sitio de Acapulco durante la guerra de independencia de México.
La llegada de Medina, indígena de Taxco y reconocida como capitana por la Suprema Junta, sorprendió a parte del ejército insurgente, aunque muchos ya la conocían por su participación en combates previos contra los realistas.
Durante el asedio, los realistas se atrincheraron en el hospital y en el fuerte de San Diego, mientras los insurgentes ocuparon posiciones en las lomas y la playa.
En los primeros días, algunas mujeres indígenas capturaron a insurgentes que intentaban entrar al pueblo y, tras golpearlos y arrastrarlos, les arrojaron zacate ardiendo.
Al encontrarse con José María Morelos, Medina expresó su determinación: “ya moriría gustosa, aunque la despedazara una bomba de Acapulco”.
El escribano de Morelos registró la admiración que generó la capitana, deseando que “la décima parte de los americanos tuviera los mismos sentimientos”.