La madrugada del jueves volvió a exponer el costado más oscuro de la noche porteña en Palermo. Frente al boliche Ink, en la avenida Coronel Niceto Vega al 5600, la vereda quedó tapizada de botellas de vidrio rotas, papel higiénico y extensas manchas de sangre a lo largo de la cuadra, mientras una cinta de precaución rodeaba la escena. No fue un hecho aislado: vecinos y comerciantes describen este escenario como “insoportable”, y aseguran que esa imagen se repite cada fin de semana, entre peleas, gritos, música ensordecedora, personas tiradas en la calle, trapitos que acosan a los conductores y una suciedad creciente en las veredas. Desde el Gobierno de la Ciudad explicaron que la zona cuenta con refuerzo de controles y que el primer móvil policial llegó en menos de tres minutos tras el llamado al 911.
Las riñas son el denominador común. “Siempre hay disturbios acá, se agarran a piñas casi todos los días. Hacen falta controles de parte de la Ciudad. Acá no hay policía a la noche. El sábado pasado me fui al campo a las 6 de la mañana y tenía a toda la gente borracha en la puerta de mi casa. No pude ni cargar nada en el auto”, relató Gustavo, vecino del club nocturno, en diálogo con LA NACION. Su puerta grafitada es la evidencia de un barrio que se siente desbordado. “Hace tres meses se cagaron a palos un grupo de minas, pero todas las semanas son los hombres los que se agarran. Es un descontrol”, relató otra vecina que pidió reserva de identidad.
Al amanecer, los frentistas dicen que la cuadra queda irreconocible y aseguran que muchos de los que asisten al club nocturno aprovechan la salida para robar a quienes todavía están ebrios o para asaltar quioscos de la zona. “Los que salen del boliche rompen cosas, intentan robar los quioscos, mean las veredas, escabian en la calle, gritan, se pelean entre sí y dejan toda la calle sucia”, se quejó una kiosquera de la zona en diálogo con este medio, que asegura que, aunque baldeen una y otra vez, el olor a orina y vómito vuelve con la misma velocidad con la que se vacían las botellas en la madrugada.
El contraste más brutal ocurre al lado del boliche, donde funciona un centro de rehabilitación que recibe a diario a personas con discapacidad. Los pacientes suelen ingresar en sillas de ruedas esquivando vidrios rotos, “viajeros” [botellas de gaseosas cortadas por la mitad que se usan como vasos para las bebidas alcohólicas] y ropa íntima tirada en la vereda. “Están siempre hasta las 7 o 8 de la mañana, incluso días de semana. La señora que viene a limpiar me cuenta siempre los escándalos que ve antes de empezar su jornada. Ve peleas, gente tirada, olor a pis y vómito en la puerta de los edificios. ¿Te parece que alguien en silla de ruedas pueda entrar con botellas de vidrio rotas en la vereda? Ya estamos cansados, denunciamos 20 veces y no hacen nada”, manifestó a este medio una profesional de salud que trabaja en el lugar.
El problema aumenta con la suciedad y la presencia de trapitos que intimidan a los conductores. Héctor, trabajador de limpieza de la cuadra, describió a este medio la escena con crudeza: “En vez de divertirse, salen a matarse. Los fines de semana hay muchas peleas. Ya salió la ley para sacar a los trapitos, pero siguen estando y generan un clima picante. En la basura encontrás de todo: ratas, ropa, botellas rotas, vómito”.
Los llamados al 911 se repiten, pero las respuestas nunca alcanzan. “Como vecinos llamamos constantemente al 911, te dicen que vienen, pasan y después se van. Necesitamos más seguridad”, coincidieron todos los consultados por LA NACION.
Incluso, muchos residentes de edificios aledaños tuvieron que invertir en la instalación de un doble vidrio en las ventanas de sus hogares para soportar los decibeles de la música y los gritos.
El episodio de la madrugada
Un nuevo hecho de violencia volvió a poner la zona en el centro de la escena. En la madrugada de hoy, a la salida del boliche dos jóvenes de 19 años fueron apuñalados durante una pelea que comenzó adentro del boliche y siguió en la vereda. El origen habría sido el presunto robo de una cadena a uno de los asistentes.
Según advirtieron fuentes oficiales a este medio, el altercado involucró a unas diez personas que se agredieron con golpes de puño y botellazos. En medio del enfrentamiento, una de las víctimas recibió cortes en el rostro y otro joven sufrió cortes profundos en una mano, por lo que ambos debieron ser trasladados de urgencia al Hospital Fernández, donde permanecen internados bajo observación, tras ser sometidos a suturas y estudios de tomografía. Ambos están fuera de peligro.
Videos difundidos en redes sociales mostraron escenas de brutalidad: manchas de sangre sobre la vereda, jóvenes tendidos en el asfalto y empujones frente a los testigos que intentaban escapar del tumulto.
Personal de la Comisaría Vecinal 14B de la Policía de la Ciudad desplegó un operativo que incluyó el corte total de las calles Niceto Vega y Bonpland. En medio del caos – a una cuadra y media del local – cinco personas fueron detenidas tras ser señaladas por las víctimas y por personal de seguridad del local. Se trata de cuatro hombres —tres de 23 años y uno de 19— y una mujer de 25. Dos de ellos debieron ser asistidos por el Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) por escoriaciones y cortes.
El titular del SAME, Alberto Crescenti, confirmó que ambos heridos fueron estabilizados en la calle antes de ser trasladados al hospital: “Fue una riña entre aproximadamente diez personas. Uno de los jóvenes presentaba una herida de arma blanca en el rostro y otro múltiples lesiones. Ambos se encuentran fuera de riesgo”, señaló en diálogo con TN.
Fuentes policiales de la Ciudad de Buenos Aires explicaron a LA NACION, que el despliegue fue inmediato y que el personal que estaba en la zona arribó en menos de tres minutos tras el llamado al 911. “El primero en llegar fue el móvil que cubre ese sector, esa patrulla recorre la zona a la hora de la salida de los locales bailables y hoy fue el primero en llegar ya que estaba a 200 metros del local”, detallaron.
No era la primera vez que la presencia policial se reforzaba en ese punto: apenas diez días atrás, efectivos habían recuperado un inmueble usurpado en Juan B. Justo y Jufré, señalado por los vecinos como foco de venta de drogas y en riesgo de derrumbe. Durante ese procedimiento, dos hombres fueron detenidos por resistencia a la autoridad.
Respecto de la cobertura habitual, remarcaron que “la zona está bajo la órbita de la Comisaría Vecinal 14B y en la esquina de Niceto Vega y Bonpland hay un efectivo de lunes a lunes”. También subrayaron que, más allá de los incidentes internos de los boliches, “en los últimos meses no se reportaron hechos de estas características”. Y sobre Ink, el local en cuestión, aclararon que “se encuentra habilitado como boliche clase C y fue inspeccionado los días 23 y 31 de agosto sin que se detectaran irregularidades ni quedaran denuncias pendientes”.
La investigación judicial quedó en manos de la Unidad de Flagrancia Norte, que ahora busca establecer con precisión, en base a testimonios y registros fílmicos, cómo se originó la pelea dentro del local, de qué manera escaló hasta la vereda, y determinar qué rol desempeñó el personal de seguridad del boliche.