Durante décadas los padres advertían a sus hijos sobre los peligros de hablar con desconocidos en la calle. Hoy la situación se ha vuelto mucho más complicada cuando los desconocidos acceden a nuestros hijos a través de los dispositivos digitales, dentro de sus propios dormitorios o en las aulas de las escuelas, a cualquier hora y con fines tan diversos como peligrosos.
La Asociación Argentina de Lucha contra el Cibercrimen (Aalcc) ha advertido sobre los riesgos que enfrentan quienes se sumergen inocentemente en plataformas de juego de fácil acceso que no presentan restricciones. Es que son estos también los espacios en la mira de adultos que solo pretenden interactuar con niños y adolescentes con fines sexuales. Ocultos en el anonimato que ofrecen las redes, adulterando edad e identidad, los chats abiertos permiten que los criminales más perversos establezcan contacto con menores, simulando ser alguien como ellos. Especialistas en acechar a niños y adolescentes, convierten así en víctimas a millones de jóvenes dispuestos a “jugar” por largas horas.
Una de las plataformas de entretenimiento virtual más exitosa es Roblox. “Un campo minado de groomers”, advierten desde la Aalcc. Con unos 380 millones de usuarios mensuales, no solo propone jugar y hablar con desconocidos, sino que también incita a los jóvenes a trabajar creando contenidos. Más recientemente, la app incorporó “Moments”, que permite publicar videos breves como en TikTok. Para acceder a más opciones de juego y mejorar sus performances, los usuarios utilizan Robux, la moneda de la plataforma. Encendida la codicia, los participantes caen con mayor facilidad en las redes y promesas de quienes prometen dinero a cambio de material con contenido sexual, principalmente fotos en ropa interior o desnudos, y luego son sometidos a la extorsiva amenaza de difundirlos.
Otro peligro asociado es que los criminales tomen los números de teléfonos de los menores, abriendo la puerta a más asedio personalizado, y los sumen a grupos de Whatsapp en los que los exponen a materiales de alto contenido sexual. Así, varias familias de la localidad de Barrancas, provincia de Santa Fe, denunciaron días atrás la existencia de un grupo que, a través de esa aplicación de mensajería, y con la denominación “Septiembre para chicas”, sumaba niñas de 10 a 12 años, entre quienes hacía circular videos y fotografías de índole sexual.
Cambios de conducta, ansiedad, depresión, trastornos del sueño, confusión respecto a la sexualidad y los límites se adueñan de los menores. La falta de confianza en los adultos de su entorno silenciará muchas veces sus sufrimientos. Es necesario intensificar la educación digital en las escuelas, incorporando talleres sobre seguridad online y prevención de delitos en redes.
Hablar sobre estos temas, educar sobre límites y privacidad en las redes para que no compartan información personal ni material alguno con desconocidos es tan importante como supervisar su actividad. Generar ámbitos de confianza que aseguren la posibilidad de diálogo ante situaciones incómodas o que los menores no sepan cómo manejar será el mejor antídoto. Además, denunciar resulta clave para cargar contra las redes de pederastas, respaldando los esfuerzos internacionales en la materia.