Marcelo Tinelli: de líder de la TV abierta a novato del streaming

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“El otro día estaba con Lolo y un amiguito suyo en la puerta del colegio. Tienen 11 años Mi hijo me señala y le dice al amigo: ‘¿Sabés quién es él?’. El pibe me mira así como diciendo ‘no sé’. ‘¿Tu papá?’. ‘Sí, sí’, le contesta Lolo, ‘pero miralo bien’. Así que el nene me mira otra vez, se queda pensando un minuto y dice: ‘Ah, vos sos el de TikTok’”. La anécdota tiene como protagonista a Marcelo Tinelli, “el señor de TikTok”, según el compañero de colegio de su hijo menor, y uno de los íconos de la TV argentina hace más de tres décadas para casi todos los demás.

El conductor cuenta la historia riéndose, sabiendo que hay toda una generación que no sabe que hubo un tiempo en el que la pantalla chica local giraba en torno a su figura, a sus programas, a un estilo de humor que comenzó a forjar hace 35 años desde las medianoches de Telefe, un tiempo en el que nadie imaginaba que la televisión tendría la competencia que tiene ahora. Que los teléfonos serían la nueva -y preferida- pantalla chica de la mayoría y la tele un artefacto del pasado que se resiste a apagarse del todo, asediado por nuevas formas y tecnologías como las omnipresentes plataformas de streaming. Esos servicios que, aunque sean los causantes principales del éxodo de espectadores de la TV abierta, también necesitan de sus figuras. Como Susana Giménez y como Tinelli, quienes por primera vez en sus exitosas carreras comparten la conducción de los últimos episodios de LOL Argentina, el ciclo de humor y competencia de Prime Video que hoy estrena los tres últimos episodios de su segunda temporada.

Susana Giménez y Marcelo Tinelli en LOL Argentina

-Tu participación en LOL junto a Pablo Granados, Pachu Peña, Fabio Alberti y Nazareno Mottola parece un regreso a las fuentes. Un volver a vivir el humor de los noventa desde un contexto completamente distinto…

-Sí, y la verdad es que me encantó la propuesta. Por el elenco y porque conducía Susana. Ninguno de los humoristas que compiten en el programa sabía que yo iba a estar. Ellos siempre me hicieron reír y esta vez yo tenía que hacerlos reír a ellos. Además, ese set tiene una adrenalina que yo nunca había experimentado. Son seis horas ininterrumpidas donde tenés que estar mirando todo el tiempo atentamente para ver si alguien se ríe y tiene que ser expulsado.

-¿Cómo fue compartir la conducción con Susana?

-Bueno, ella fue la conductora y yo me sumé para acompañarla y que me pasara la posta para la tercera temporada. La verdad es que fue muy loco porque aunque fuimos figuras de Telefe durante muchos años, nunca habíamos hecho algo así.

-Parte del juego de LOL, a diferencia de lo que suele pasar con el humor de este estilo, es que las risas tienen que ser contenidas.

-Claro, el juego es no reírse. Lo que, teniendo a Pachu y Fabi Alberti en el elenco, es imposible, porque ellos son los primeros en largar la carcajada cuando están intentando hacer que los otros se rían. Que fue exactamente lo que pasó en los primeros episodios.

-Cuando entraste en escena para intentar hacer que larguen la risa los competidores en un momento dijiste “yo no soy gracioso”. ¿Creés realmente que no sos gracioso?

-Creo que no soy gracioso. No soy gracioso. O sea, puedo ser cómico desde el lugar del loser. En el sentido de que no sé bailar, no sé cantar, no hablo inglés. Soy el que se mete tres alfajores en la boca al mismo tiempo. Es algo que salió de VideoMatch: un escritorio chiquito y todo el equipo reaccionando a lo que pasaba ahí. Te metías tres alfajores, medías 36 puntos. Probá con un pancho, dos panchos, tres panchos. Tirale al aro. ¿Cuántos puntos hacés? No sé si yo era gracioso. Por ahí me ahogaba, una vez me pasó con unos alfajores de maicena, casi me sacan del aire. Casi muere el conductor. Me fascinaba eso de no saber lo que iba a pasar. A mí lo que me gustaba era la sorpresa, ¿entendés?

Pablo Granados y Marcelo Tinelli en uno de los episodios de LOL Argentina, el ciclo de Prime Video

-Algo de eso ahora se ve a veces en algunos programas de streaming, ¿no?

-Sí, totalmente, es la nueva generación de alguna manera. Igual yo veo muchas cosas parecidas… Digo, no es que yo lo haya inventado. Yo también cuando empecé en la tele me veía cosas parecidas a Juan Alberto Badía, por ejemplo. Todos hemos mirado otros. Y hemos inspirado a otros también.

-En este regreso al humor, además de tu participación en LOL el martes estrenás Estamos de paso, un programa en el canal de streaming Carnaval.

-Estamos armándolo, la idea es un poco combinar el humor nuestro. Van a estar Sebastián Almada, Pachu, algunos integrantes de mi familia, dos de mis hijas, pero no quiero adelantar mucho más. Tendrá algo del espíritu de los 90, gente nueva, humoristas mujeres, un par de imitadores. Vamos a hacer una mesa ecléctica pero que tenga que ver con mi ADN. Es un formato para hacer martes y miércoles de 20 a 22. Voy a tener una rutina, pero viste que en el streaming empezás a hablar de una cosa y después se va el tema y terminás hablando de otro.

-El streaming te pide hacer un ejercicio nuevo en la conducción, ¿no?

-Sí, pero creo que algo me traigo de los tiempos de VideoMatch y, sobre todo, de la radio. De los años que estuve al aire hablando. Igual siempre digo que a mí se me va a exigir un poco más que a otra gente que está en el streaming. Lo que me gustaría es poder hacer algo distinto, contar cosas que nunca he contado, responder a cosas que se han dicho de mí, con humor. Me parece un buen momento porque no tengo nada para esconder, entonces por qué no lo puedo decir. Y me van a gastar mucho.

-¿Te vas a reír de vos mismo?

-De eso se trata. De volver a las fuentes de los noventa, de VideoMatch. Ese era mi lugar en el formato original y después pasé a ser el showman televisivo y ya no estaba eso de gastarme a mí. Pero esa es mi esencia, el tipo de los noventa, el de los comienzos. Es un poco lo que vamos a tratar de recrear.

-En ese tiempo ustedes se manejaban de manera instintiva: lo que a vos te causaba gracia, lo que a tu equipo le causaba gracia, funcionaba. Ahora está el algoritmo para decidir esas cosas.

-Sí, totalmente. Por eso cuando a mí me preguntan si le doy bola a las redes yo aclaro que trato de no darle bola a los comentarios de las redes, pero si es una tendencia de las redes, algo que le interesa a la gente y bueno, es obvio que en algún momento te va a llegar. Yo no estoy pendiente de si subo una foto a ver qué comentarios tengo abajo, no estoy mirando. Por mí, decí lo que quieras. No estoy pensando en eso. Pero sí le presto atención a las tendencias. Es como pasaba antes. Me acuerdo de actores que cuando nosotros hacíamos 40 puntos de rating sus programas hacían 3 y decían: “Yo no trabajo por el rating”. Yo siempre les contestaba: “Trata de trabajar por el rating porque si no te vas a quedar sin laburo”. Uno quiere que mucha gente lo vea. Incluso en el teatro. Flaco, si no te va a ver nadie, un día te levantan de la sala. No les creo ese cuento, a todos nos gusta que nos vea mucha gente.

Tinelli y Granados, un dúo que vuelve ahora en versión plataforma de streaming

-¿Cuál es tu mirada sobre la TV abierta actual?

-Creo que la televisión de aire está lejos de estar muerta. Está muy viva y forma parte de la oferta de las tantas ventanas para consumir contenidos que hay ahora. Antes era la única. El teléfono cambió todo, pero sigo pensando que la tele tiene una llegada y una fuerza única, distinta al resto. No genera el mismo impacto lo que dice en la TV abierta que lo dicho en un canal de streaming. No se trata de desprestigiar a ningún programa, de hecho yo voy a hacer un ciclo de streaming también, y Nico (Occhiato) y, Migue (Granados) lo hacen muy bien, pero más allá de los cortes que se viralizan no sé si todo el mundo ve el programa completo.

-En este contexto, ¿te imaginás haciendo televisión abierta en un futuro cercano?

-Obvio que quiero volver, pero entiendo las circunstancias actuales de la televisión de aire en Argentina. Hoy parecería ser que estamos en la era de la tele de los formatos como Gran Hermano, La Voz, MasterChef, el Bailando, formatos grandes para los que necesitás invertir mucho dinero y son costos que a la TV le está costando poner. Entonces, me parece que hay que intentar algo que tenga ese estilo de show, pero que sea una cosa más pequeña.

-Bueno, ya que hablamos del regreso a los 90, en ese momento VideoMatch era un programa de pretensiones modestas y de popularidad enorme…

Sí, exactamente. La ambición era chica y hasta nosotros mismos nos sorprendimos con todo el éxito que tuvo. Me acuerdo de salir a la calle al día siguiente de una emisión sin saber cuánto rating habíamos hecho. En ese momento no existía la medición del minuto a minuto de un programa. Aquel día, a las 11.15, de la mañana, cuando llegó la planilla de rating, vimos los 38, 40 puntos. Ahí entendí por qué me saludaban en la calle, todo el mundo estaba mirando el programa. Era la época en la que Carlín Calvo y Arturo Puig hacían 55, 60 puntos de rating. Todo el mundo miraba la tele y todo el mundo veía nuestros programas.

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