El viaje de Estado de los reyes a Egipto ha dejado grandes momentos. No solo las fotografías de Felipe y Letizia posando frente a las pirámides de Guiza y la Esfinge, también las que se tomaron frente al impresionante templo de Hatshepsut, donde el rey se convirtió en un turista e hizo fotografías con su propio móvil.
Además, el rey ha aprovechado la visita al país norteafricano para referirse a la situación de Gaza y señalar que se trata de una “crisis humanitaria insoportable” desencadenada por “el brutal ataque terrorista a Israel de hace ya casi dos años”, en octubre de 2023.
Al margen de este asunto político, también ha acaparado titulares la reina Letizia, quien, como en cada aparición pública, ha conseguido llamar la atención gracias a su vestuario. La asturiana no ha dejado nada al azar y durante los cuatro días que ha durado el viaje ha logrado transmitir mensajes con su vestuario, haciendo guiños al país anfitrión casi con cada look.
Todo comenzó en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde optó por una combinación más cómoda para viajar conformada por un traje de chaqueta en color blanco, una opción que reformularía días después. En concreto, Letizia lució un dos piezas de Hugo Boss que llevó anteriormente durante el 40 aniversario de la jura de bandera de Felipe VI en Zaragoza, recordado así ese día tan importante en la vida de su marido.
Lo conjugó con unos zapatos de tacón negro, el bolso Doma Insignia Satchel de Carolina Herrera y los pendientes dorados con pequeños brillantes de Bárbara Goenaga.
Si bien era un estilismo más que válido para reaparecer en El Cairo, esa misma tarde Letizia descendía del avión con un vestido largo, ajustado y de escote Bardot. Lo combinó con kitten heels negros destalonados de Massimo Dutti y un bolso de mano tipo clutch de Max Mara, el icónico modelo Pasticcino, con cierre clásico y detalles dorados. Como complementos, optó por pendientes de botón en diamantes y oro blanco, logrando una figura elegante y sobria.
Tras descansar, los reyes reaparecieron junto al presidente Abdel Fattah Al-Sisi en el Palacio Al-Ittihadiya, en Heliópolis, donde participaron en una ofrenda floral en el Monumento al Soldado Desconocido y un almuerzo oficial en el que la primera dama, Entissar Arme, ejerció de anfitriona.
Letizia se vistió de novia y llevó la moda española a El Cairo gracias a un vestido de estreno de The 2nd Skin, una firma made in Spain que lleva tiempo formando parte de su vestidor.
El diseño, al que la firma ha dado el nombre de Lady White, es una oda a la sofisticación y al romanticismo más elegante. Confeccionado en organza de seda natural y bordado en guipur, presenta un cuello caja, mangas largas y una falda midi de corte evasé con volumen, que le aporta movimiento y presencia. El look se completa con un cinturón ancho que enmarca la cintura y realza la silueta, aportando un aire majestuoso al conjunto.
Como complementos un bolso de mano blanco con asa corta que estrenó en la misa de inicio del pontificado del Papa León XIV y unos kitten heels en tono nude de Magrit.
Esa misma noche, por sorpresa, Felipe VI y Letizia realizaron una visita que no estaba en la agenda oficial a las pirámides de Guiza por invitación del presidente El-Sisi y su esposa. Para disfrutar del símbolo de Egipto, la consorte estrenó un elegante vestido azul medianoche de la firma británica Joseph, concretamente el modelo Leila, una pieza que destaca por su sencillez refinada y silueta envolvente. Confeccionado en crepé de seda, el diseño presenta un cuello redondo, delicadas mangas abullonadas y un corte fluido que cae hasta los tobillos, realzando la figura con naturalidad y aportando dinamismo en cada paso.
Completó su estilismo con unos salones plateados de tacón bajo de la firma Magrit y una cartera a juego y, en cuanto a las joyas, Letizia lució unos pendientes de oro blanco y diamantes con forma romboide.
Llegó la jornada del jueves, y con ella la vuelta al trabajo. La reina arrancó el día con una visita al centro cultural de la Fundación Sultán en la Ciudad de los Muertos. Optó por un sofisticado conjunto de dos piezas que combinaba elegancia y significado. Eligió un pantalón blanco de corte recto acompañado de una blazer tipo sahariana en tono beige, una prenda ligera y con carácter, firmada por la diseñadora egipcia Dina Shaker. Fiel a su estilo de comunicar a través de la moda, la reina quiso rendir un sutil homenaje al talento local eligiendo una marca con raíces en El Cairo.
Lo llevó junto a los ‘babies’ de Sézane en color blanco y unos pendientes largos de una joyería egipcia llamada Mishka y que emplea a mujeres.
El blanco volvió a ser el color protagonista durante la noche, cuando Felipe y Letizia visitaron el templo de Hatshepsut, en el Valle de los Reyes. Letizia apostó por un estilismo impecable que combinaba comodidad, elegancia y un sutil guiño cultural. Escogió un traje blanco de dos piezas firmado por Mango, una elección accesible pero cargada de estilo. El conjunto, confeccionado en un tejido ligero ideal para las temperaturas cálidas de la noche, estaba compuesto por una blazer recta y un pantalón largo de corte acampanado. Debajo de la americana, lució un top lencero a tono.
Como calzado, eligió unas alpargatas de cuña doradas, cómodas y elegantes, perfectamente combinadas con su bolso de mano metalizado de la firma Magrit. Completó el look con unos pendientes dorados sencillos, elegantes y discretos.
Pero más allá del aspecto estético, el estilismo escondía un guiño simbólico: la combinación de blanco y dorado no fue casual. Estas tonalidades eran especialmente apreciadas en el antiguo Egipto. El blanco evocaba la pureza y lo sagrado, mientras que el dorado estaba vinculado al poder solar de los faraones y a la inmortalidad.
La última parada de Felipe y Letizia ha sido en Luxor, donde el matrimonio paseó entre las tumbas de los antiguos faraones. El blanco volvía a ser el color escogido por la reina, que rescató de su vestidor un conjunto blanco que estrenó en 2019 en apoyo al deporte femenino.
El look, compuesto por pantalón y camisa con bolsillos laterales y cinturón, destaca por su estilo sencillo y funcional. Lo combinó con pendientes dorados minimalistas, sandalias de esparto en beige y un bolso de la firma española Ansa Per Ansa.