La Audiencia Nacional (AN) ha absuelto al exetarra Asier Mardones por falta de pruebas después del juicio en el que la Fiscalía, que reclamaba para él 156 años de cárcel, le acusaba de un atentado frustrado con coche bomba que la banda terrorista intentó cometer en Bilbao en 2002 contra agentes de la Ertzaintza.
Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, «no hay una prueba directa, o un indicio sólido, que venga refrendado de otros indicios, que permita afirmar sin género alguno de dudas que Asier Mardones hubiera participado en los hechos».
Mardones admitió ante el tribunal que perteneció «en su momento» a ETA y al ‘comando Ezkaurre’ al que se atribuyen los hechos, pero negó haber participado en el atentado y se desmarcó también del robo de la furgoneta en la que estaba el explosivo, que la Ertzaintza consiguió desactivar con inhibidores.
Durante su declaración, el acusado dijo que no recibió indicaciones para ese atentado y que el comando no tenía material explosivo, en concreto dinamita, para llevarlo a cabo, aunque sí reconoció que tenían algunas armas.
Mardones denunció haber sufrido presiones para incriminarse cuando la Policía le tomó declaración al ser detenido años después, a lo que los magistrados responden en la sentencia que no consideran probado que «haya sido víctima de malos tratos en el transcurso de la detención».
LA VERSIÓN DE LA FISCALÍA
El fiscal aseguró en el juicio que había «prueba abrumadora» y «está acreditadísimo que la autoría del atentado le corresponde a Asier Mardones», para el que pedía 156 años de prisión por los presuntos delitos de asesinato con finalidad terrorista en grado de tentativa, tenencia ilícita de explosivos, robo con intimidación y detención ilegal.
En su escrito de acusación, recogido por Europa Press, señalaba que Mardones y otros dos integrantes del ‘comando Ezkaurre’ robaron el 31 de agosto de 2002 una furgoneta, colocaron en su zona de carga un artefacto explosivo y la aparcaron en la calle Zamakola.
Para el fiscal, Mardones fue el que activó el mando a distancia del artefacto y el objetivo era «hacerla explosionar al paso de una patrulla de la Ertzaintza, con la finalidad de causar la muerte de los seis ocupantes de la misma».
Agentes de la Guardia Civil que investigaron al comando declararon que llegaron a la conclusión de que Mardones participó en el atentado al analizar declaraciones policiales previas, varias sentencias sobre ETA y documentación intervenida a la banda terrorista en Francia.
«Asier asume que le están entregando 40 kilos de explosivos y que esos explosivos se utilizan en el atentado objeto de juicio y en otro atentado», afirmó uno de ellos como testigo.
El acusado se sentó en solitario en el banquillo porque uno de los miembros del comando falleció en otro atentado contra otra patrulla en septiembre de 2003, y por el que Mardones fue condenado a 74 años de cárcel, mientras que el tercer integrante fue procesado pero posteriormente se le archivó la causa por prescripción.