Algunas historias logran emocionar por el amor y la entrega que transmiten, y la de esta familia es un claro ejemplo. Claudio Cocimano, un platense de 35 años, se volvió referente de relatos atravesados por la constancia y la empatía, al transformar su casa en un espacio pensado especialmente para cuidar a sus perros rescatados. Uno de los casos que más lo conmovió recientemente fue el de Cielo, una perra que sobrevivía en la calle, sin poder ver a causa de una enfermedad y con un futuro incierto, hasta que él apareció en su camino y le ofreció un refugio cargado de paciencia y afecto que le abrió la puerta a una nueva vida.
El objetivo de Claudio siempre fue claro: ofrecerles un lugar a perros rescatados y actuar como hogar de tránsito, brindándoles refugio temporal hasta que encuentren una familia definitiva. A través de su cuenta de Instagram (@labachimanada), donde reúne más de 730 mil seguidores, comparte sus rescates y acompaña la búsqueda de un sitio permanente para cada animal. En esta oportunidad, la historia de Cielo captó especialmente la atención, ya que, como se pudo ver en un video viral, Claudio la encontró comiendo en la calle, y su reacción al tomarla fue compleja, puesto que estaba muy condicionada por malas experiencias con las personas.
Tal como se ve en las imágenes, Cielo llegó a la “Bachimanada” en una situación realmente desfavorable. Sus ojos, color azul intenso, mostraban a simple vista los efectos de la erlichia, una enfermedad transmitida por la picadura de garrapatas infectadas que afecta la sangre y puede provocar anemia, fiebre, pérdida de peso y, en los casos más avanzados, complicaciones neurológicas y oculares. En su caso, ya estaba muy avanzada y le había generado ceguera, además de un estado de debilidad general y desnutrición. Este cuadro hacía que sus posibilidades de sobrevivir en la calle fueran muy bajas sin la intervención y los cuidados adecuados.
El complejo rescate
El rescate de Cielo no fue inmediato ni sencillo, ya que cada paso estuvo lleno de desafíos y sorpresas. En diálogo con LA NACION, Claudio recordó cómo fue el primer encuentro: “Con mi novia nos miramos y dijimos ‘no podemos seguir de largo’. Cuando frené, la vi a Cielo comiendo del basural y no sabía cómo acercarme”. La perra estaba muy asustada y condicionada por experiencias anteriores, lo que hacía que cualquier intento de acercamiento fuera complicado.
La historia dio un giro cuando apareció un vecino que conocía a Cielo: “Me dijo que era de la zona y nos pidió que nos la llevemos si podíamos porque ahí la quemaban con agua caliente”. Conmovidos por la dura situación de la perra, Claudio y su pareja, Tatiana, con quien comparte la misma pasión por ayudar, no dudaron en intentar rescatarla, aunque en ese primer encuentro no tuvieron éxito, ya que la perra estaba tan asustada que resultaba imposible acercarse.
El milagro ocurrió tres meses después: volvieron a encontrar a Cielo en la calle y, una vez más, decidieron acercarse para intentar rescatarla. Entre gestos de confianza, paciencia y mucha coordinación, finalmente lograron sacarla de la calle, y con esto marcaron el inicio de una historia que transformó por completo la vida de la perra.
Una segunda oportunidad para Cielo
Más allá de la complejidad de la situación, la pareja no lo dudó ni un instante y decidieron recibir a Cielo en su hogar. Allí le brindaron todos los cuidados necesarios y crearon un entorno seguro y lleno de cariño para que pudiera iniciar su proceso de recuperación y adaptarse a su nueva vida.
Los primeros días y semanas estuvieron llenos de desafíos, con cuidados específicos y mucha dedicación. Cada avance, por pequeño que fuera, representaba un paso importante hacia la adaptación de Cielo a su nuevo entorno. Durante este proceso, su evolución fue acompañada de cerca por Claudio y Tatiana, quienes ajustaron cada cuidado a sus necesidades. “Para mí un momento mágico fue cuando ella recibió su primera caricia y se dejó. Obviamente, yo tenía que hacerme notar que estaba llegando a través de ruidos y todo, porque ella no veía, pero ya sentía mi olor y sabía que acá nadie la iba a castigar”, reveló.
Hoy, Cielo muestra señales de adaptación y confianza en su nuevo hogar. Su carácter y sus gestos reflejan cómo la atención constante y el cariño pueden transformar la vida de un animal que pasó por situaciones extremas. “La resiliencia que tuvo y el amor que tiene ahora… es muy juguetona, muy amorosa, quiere caricias todo el día. Cambió su actitud totalmente: de querer morder a querer amar”, expresó Claudio, con mucha emoción.
“Cielo me deja en lo personal una enseñanza de ternura, de que por más que la vida te castigue, el amor siempre debe ganar, y es lo que ella me transmite”, aseguró. Además, adelantó que en algún momento planean buscarle un hogar definitivo donde pueda quedarse para siempre, aunque eso será una vez que finalice su tratamiento.
Más allá de la recuperación de Cielo, lo que Claudio hace con cada rescate deja en claro la importancia de la dedicación, la paciencia y el respeto hacia los animales. Para él, cada historia es un recordatorio de que el amor y el cuidado pueden transformar la vida de quienes sufrieron abandono y maltrato, y que un hogar responsable puede significar un nuevo comienzo. “Ellos me enseñan a creer en el amor verdadero, de que no hay tiempo para odiar. Es como que tienen menos tiempo que los humanos y en ese poco tiempo tratan de amar lo más posible, con ese corazón enorme que tienen”, sentenció.
Las reacciones de los usuarios a la emotiva historia
Como era de esperarse, la historia de Cielo no pasó desapercibida en las redes sociales, y los usuarios dejaron todo tipo de reacciones. Entre comentarios de sorpresa, admiración y ternura, muchos destacaron la dedicación de Claudio y Tatiana, mientras que otros compartieron mensajes de apoyo y esperanza para que más animales en situaciones similares puedan recibir una segunda oportunidad.
“Por estas historias creo que ustedes son seres celestiales. Tienen magia y logran cambiar el mundo de estas garritas”; “¡Qué hermoso milagro y amor y constancia que dan»”;“¡Ufa no quiero llorar!» y “Que dios les devuelva 10000 veces el bien que le hicieron a este ángel sin voz. Gracias por llegar a tiempo”, fueron solo algunas de las reacciones más destacadas.