El acoso no es ninguna tontería. En casos extremos conduce al suicidio de la víctima y esto es lo que le ha pasado a un directivo de los supermercados Carrefour en Francia. Tras la presión recibida por parte de la compañía, decidió quitarse la vida. “Las razones de mi acto son únicamente profesionales. El sufrimiento es insostenible cada día”. Estas palabras se leían en una carta que dejó apoyada en un coche y que ahora son clave en el proceso judicial que enfrenta a la dirección de Carrefour Quetigny ante el tribunal correccional de Dijon.
Philippe Delubac tenía 48 años cuando decidió matarse. Tras tres décadas de trabajo en el grupo y dos años como responsable del sector cajas en la sucursal de Quetigny, se suicidó el 1 de marzo de 2021 en el mismo estacionamiento del establecimiento.
La figura de Philippe Delubac ha sido descrita por sus colegas como la de un empleado ejemplar, reconocido por su dedicación y meticulosidad. Su compañera, Laëtitia Devaux, relató ante el tribunal que la vida familiar giraba en torno a la empresa. “En casa, comíamos y dormíamos Carrefour”, según sus palabras recogidas por France Bleu. La presión se intensificó a comienzos de 2021, cuando la dirección le encomendó la implementación del plan “NPS Caisse”, un proyecto piloto que, de ser aprobado por la dirección nacional, se replicaría en otras tiendas de la región, posicionando a Quetigny como modelo.
El directivo de Carrefour trabajaba más de 70 horas
A partir de ese momento, Delubac comenzó a trabajar más de 70 horas semanales, sin recibir recursos adicionales. Rehusaba delegar tareas para no sobrecargar a su equipo, asumiendo él mismo labores que excedían sus funciones directivas, como limpiar con un cepillo de dientes las alfombrillas y cables de las cajas. Una compañera llegó a afirmar que la situación se había convertido en “la psicosis de las cajas”.
Durante la audiencia, Laëtitia Devaux detalló que la presión de la empresa era constante, con mensajes que llegaban incluso durante las vacaciones a través de WhatsApp. Explicó que, para evitar aumentar la carga de trabajo de sus subordinados, Delubac realizaba tareas de limpieza extremas, llegando a retirar orina de roedores bajo las cajas. “Lamento que haya dedicado su vida a esta empresa”, expresó ante el tribunal, según el citado medio.
El antiguo director de Carrefour Quetigny, Grégory Roche, de 55 años, compareció ante la corte y sostuvo que mantenía una “excelente relación” con Delubac. Según sus declaraciones, ambos compartían café cada mañana y conversaban abiertamente, pero “jamás me comunicó sus dificultades ni su malestar, nunca”. La abogada defensora, Marie Burguburu, subrayó en su alegato que en ningún momento de la instrucción ni en los múltiples testimonios se mencionó la palabra “acosador” o “acoso” en relación con Roche.
El tribunal examinó el diario personal del empleado
El tribunal examinó el diario personal que Delubac llevaba en su ordenador, donde documentó la presión creciente, la falta de refuerzos y las amenazas de traslado si los resultados no eran satisfactorios. La abogada de la parte civil, Célia Dumas, afirmó que la lectura de ese diario revela su angustia diaria, pero nunca la intención de la dirección de intervenir. Al concluir su intervención, sostuvo: “Es la empresa Carrefour la que apretó el gatillo”.
Tras varias horas de audiencia, la fiscal solicitó la absolución, argumentando la ausencia de pruebas directas y la falta de matices en algunos testimonios. “Nos enfrentamos también a un hombre vulnerable que no quería mostrar ni admitir que no se encontraba bien. En muchas de las situaciones descritas en este proceso, no hay testigos directos, por eso solicito la absolución, por falta de pruebas”, declaró la fiscal.
La reacción de Laëtitia Devaux ante la petición de absolución fue abandonar la sala de audiencias de forma abrupta. El tribunal correccional de Dijon ha fijado la fecha de su veredicto para el 25 de noviembre.