Investigadores de la ETH de Zúrich han podido medir, por primera vez, cómo ha cambiado la cantidad de carbono orgánico disuelto en el mar a lo largo del tiempo geológico.
Los resultados revelan que nuestras explicaciones sobre el surgimiento de las edades de hielo y las formas de vida complejas son incompletas.
Los geocientíficos a menudo se enfrentan a enormes desafíos al investigar la historia de la Tierra: muchos eventos significativos ocurrieron hace tanto tiempo que existe poca evidencia directa disponible. En consecuencia, los investigadores a menudo tienen que basarse en pistas indirectas o en modelos informáticos.
Sin embargo, el equipo dirigido por el profesor de la ETH, Jordan Hemingway, ha descubierto un testigo natural único de este período: diminutas piedras de óxido de hierro con forma de huevo que permiten medir directamente las reservas de carbono en el océano primigenio.
Vistas desde fuera, parecen granos de arena, pero en cuanto a su formación, estos llamados ooides son más bien como bolas de nieve rodantes: crecen por capas a medida que las olas las empujan por el fondo marino. En el proceso, las moléculas de carbono orgánico se adhieren a ellas y forman parte de la estructura cristalina.
Al examinar estas impurezas, el equipo de Hemingway logró rastrear el suministro de carbono orgánico en el mar hasta en 1.650 millones de años.
CONTENDIO DE CARBONO MUY INFERIOR AL ESTIMADO
«Nuestros resultados contradicen todas las suposiciones previas», resume en un comunicado Hemingway. Según las mediciones realizadas por los investigadores de la ETH, entre 1000 y 541 millones de años atrás, el océano no contenía más, sino entre un 90 % y un 99 % menos de carbono orgánico disuelto que en la actualidad. Fue solo después de la segunda catástrofe de oxígeno que los valores aumentaron al nivel actual de 660.000 millones de toneladas de carbono.
Estos hallazgos refutan las explicaciones comunes sobre los importantes eventos geoquímicos y biológicos de aquella época y arrojan nueva luz sobre la historia de la Tierra.
«Necesitamos nuevas explicaciones sobre la relación entre las edades de hielo, la vida compleja y el aumento del oxígeno», afirma el autor principal, Nir Galili. Este científico explica la enorme reducción de las reservas de carbono con la aparición de organismos más grandes en esa época: los organismos unicelulares y los primeros pluricelulares se hundieron más rápido tras su muerte, lo que aumentó las precipitaciones marinas.
Sin embargo, las partículas de carbono no se reciclaron en las capas más profundas del océano debido a la escasez de oxígeno. Se asentaron en el fondo marino, provocando una drástica disminución de la reserva de carbono orgánico disuelto. Solo cuando el oxígeno se acumuló en las profundidades marinas, la reserva de carbono recuperó su volumen actual.
Aunque los períodos estudiados son muy antiguos, los hallazgos de la investigación son significativos para el futuro. Cambian nuestra perspectiva sobre cómo se ha desarrollado la vida en la Tierra y posiblemente también en los exoplanetas, según los autores.
Al mismo tiempo, afirman que ayudan a comprender cómo responde la Tierra a las perturbaciones, y los humanos somos una de ellas: el calentamiento y la contaminación de los océanos causados por las actividades humanas están provocando actualmente una disminución de los niveles de oxígeno marino. Por lo tanto, no se puede descartar que los eventos descritos se repitan en un futuro lejano.