El entorno digital ofrece a los niños oportunidades extraordinarias. Según el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, el acceso significativo a las tecnologías digitales puede ser fundamental para fortalecer el ejercicio de sus derechos. Hoy, millones de chicos usan internet para aprender, jugar, conectarse y expresarse de formas que generaciones anteriores apenas podían imaginar. De todas formas, los entornos digitales también exponen a ciertos riesgos. Por eso es clave que los Estados puedan adoptar medidas concretas para proteger a los niños frente a los riesgos digitales, como la ciberagresión, la explotación y el abuso sexual en línea. Esto implica investigar los delitos, sancionar a los responsables y brindar apoyo y reparación a las víctimas. La protección en los entornos digitales debe ser parte integral de las políticas nacionales de protección de la infancia.
Las familias y los educadores también tienen un rol clave. Es fundamental fomentar el diálogo, la educación en herramientas digitales y el acompañamiento activo en el uso de las tecnologías. Además, los niños deben ser escuchados y participar en la construcción de un entorno digital más seguro. Es fundamental que cada niño esté protegido contra todas las formas de violencia y explotación, incluidas aquellas que se manifiestan en el entorno digital. Para avanzar hacia este objetivo, resulta prioritario la protección frente al abuso y la explotación sexual facilitados por tecnologías digitales; la prevención del acoso, la intimidación y otras formas de violencia en línea; y la mitigación del impacto del contenido dañino disponible en internet.
Para eso se requiere de una acción coordinada entre los gobiernos, el sector judicial, las empresas tecnológicas, los educadores, las familias y la sociedad en su conjunto. Más aún considerando el carácter transfronterizo de muchos de estos riesgos. Como parte de esa respuesta, se llevó adelante en la Legislatura porteña el Congreso “Abordaje de los riesgos en entornos digitales para niñas, niños y adolescentes”, organizado por Unicef y el Observatorio de cibercrimen y evidencia digital en investigaciones criminales de la Universidad Austral, con el apoyo del Ministerio de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.
El diálogo es clave para la prevención frente a los riesgos, como pueden ser las apuestas en línea, el contacto con desconocidos o el acceso a contenidos inapropiados. La encuesta Kids Online Argentina, publicada por Unicef este año, reveló que uno de cada tres niños y adolescentes afirmó haberse encontrado cara a cara con alguien que conoció por internet. De estos, un 3% señaló que se trataba de una persona adulta. La exposición a riesgos digitales interpela no solo a las políticas públicas, sino también a los modelos de crianza, los medios de comunicación y las empresas del sector. A medida que el desarrollo tecnológico se acelera, también debe hacerlo nuestra capacidad de proteger a quienes más lo necesitan. Actuemos ahora para que el mundo digital sea un espacio seguro, inclusivo y enriquecedor para todos los niños. La tecnología, más que nunca, debe ser una aliada de sus derechos.
Especialista en Protección de Derechos y Acceso a la Justicia de Unicef Argentina