La música peruana vuelve a brillar en tierras extranjeras, esta vez de la mano de Madeleine Gutiérrez, hija menor del recordado cantante Abelardo Gutiérrez, más conocido como Tongo. Con solo 25 años, la joven mezzosoprano ha logrado abrirse paso en el competitivo mundo del canto lírico europeo y recientemente fue seleccionada para participar en el prestigioso ciclo Les Veus del Monestir 2026, que se llevará a cabo en Barcelona, España.
El anuncio se dio tras una audición realizada el pasado 17 de septiembre en el Monasterio de Pedralbes, un espacio cultural emblemático que acoge a jóvenes talentos de todo el mundo y que en cada edición se convierte en punto de encuentro para los amantes de la lírica.
La participación de Madeleine no solo significó superar una exigente prueba vocal, sino también obtener el reconocimiento que muchos intérpretes buscan durante años de carrera.
Visiblemente emocionada, Madeleine compartió la noticia en su cuenta de Instagram con un mensaje que refleja tanto orgullo como gratitud por este paso clave en su camino profesional.
“¡He ganado mi primer concurso en Europa! Me siento muy feliz y orgullosa de ir dando paso a paso, abriéndome camino con mucho esfuerzo y tenacidad”, escribió la artista, acompañando sus palabras con una fotografía que refleja su entusiasmo. Sus seguidores no tardaron en aplaudir el logro, reconociéndola como una digna representante del talento peruano en escenarios internacionales.
El Monasterio de Pedralbes, fundado en el siglo XIV y hoy convertido en un importante centro cultural, alberga año tras año una programación lírica de primer nivel. Haber sido elegida para presentarse allí no solo es un triunfo personal para la joven mezzosoprano, sino también una confirmación de que su talento y disciplina están conquistando espacios de gran prestigio.
“Será un honor ofrecer un recital dentro del ciclo, en un espacio tan histórico y lleno de arte, compartiendo la música con un público que celebra el patrimonio y la lírica”, manifestó Madeleine, dejando en claro la emoción que le genera este compromiso artístico.
Aunque su apellido está ligado a la música popular peruana gracias al carisma y legado de su padre Tongo, Madeleine ha decidido forjar un camino distinto. Su voz de mezzosoprano le ha permitido abordar repertorios complejos, desde arias de ópera hasta piezas contemporáneas, demostrando versatilidad y solidez interpretativa.
Su formación, marcada por años de estudio y dedicación, ha sido la base para poder competir en escenarios internacionales donde la exigencia técnica y artística es máxima.
La victoria en las audiciones del ciclo Les Veus del Monestir 2026 marca un antes y un después en su carrera. Se trata de su primer gran logro en Europa, una puerta que le permitirá seguir conectando con redes de músicos, gestores culturales y directores que pueden impulsar aún más su proyección internacional. No es casualidad que su talento haya sido reconocido en un espacio que, a lo largo de los años, ha visto pasar a cantantes que luego consolidaron trayectorias notables en la lírica mundial.
Más allá del concurso, lo que resalta en la historia de Madeleine es el componente humano que transmite a través de su relato. La joven no oculta las dificultades que implica abrirse paso en un mundo competitivo y lejos de su país natal.
Sus palabras en redes sociales reflejan la perseverancia que heredó, quizás en parte, de su padre, quien también enfrentó múltiples desafíos en su carrera artística. Pero esta vez, el escenario es otro: la música clásica, un terreno donde Madeleine se siente segura y decidida a dejar su propia huella.