El suelo cedió bajo las mansiones de Rancho Palos Verdes y una vez más encendió las alarmas en la costa sur de Los Ángeles. Una parte del acantilado, de entre 90 y 120 metros de altura, colapsó días atrás y arrastró consigo patios traseros hacia el océano. Ahora, los propietarios temen perder no solo sus casas, sino también inversiones millonarias.
El nuevo derrumbe en Rancho Palos Verdes
La ciudad de Rancho Palos Verdes informó que el desprendimiento ocurrió alrededor de las 20.20 hs del sábado 27 de septiembre en la zona de Marguerite Drive, un sector rodeado de mansiones multimillonarias. El acantilado se desplomó entre 15 y 18 metros hacia el mar, lo que dejó un paisaje de bloques de tierra caída sobre la costa.
Un geólogo revisó el lugar y determinó que el movimiento de tierra se encontraba estable hasta la noche del domingo, aunque continuará bajo observación. “El acantilado se asienta”, señaló la ciudad, que instó al público a evitar la zona mientras se realizan los controles, según un comunicado oficial.
Las autoridades locales confirmaron que no hubo heridos ni daños estructurales dentro de las viviendas, aunque cuatro casas sufrieron la pérdida parcial de sus jardines. Los dueños comenzaron a organizar la limpieza y las medidas de seguridad inmediatas.
Una costa millonaria bajo amenaza
Las propiedades afectadas por el deslizamiento de tierra forman parte de un exclusivo vecindario que históricamente enfrentó problemas de erosión. Cada residencia cuenta con amplios patios traseros que miran al océano Pacífico, un privilegio que ahora se transformó en riesgo.
Imágenes captadas por Telemundo mostraron la magnitud del derrumbe: franjas enteras de césped quedaron cortadas de manera abrupta, con tierra caída sobre la playa. Varias casas aparecieron con cintas de seguridad en sus límites, mientras técnicos municipales evaluaban la estabilidad del terreno.
Portuguese Bend: una amenaza histórica
Este derrumbe no fue un hecho aislado. La región costera de Rancho Palos Verdes convive desde hace décadas con el fenómeno de la tierra inestable. Portuguese Bend, a solo seis kilómetros al sureste del episodio reciente, concentra el mayor antecedente.
Ese sector, ubicado entre el faro de Point Vicente y San Pedro, forma parte del llamado Complejo de Deslizamientos de Tierra de Portuguese Bend. Allí, el terreno comenzó a moverse en 1956 y nunca se detuvo. Desde entonces, los residentes vieron cómo calles completas desaparecían, viviendas quedaban atrapadas y los planes de nuevas construcciones se frustraban por el peligro latente.
De las 170 casas que existían en la zona en 1956, apenas quedan en pie 30. Las lluvias intensas de los últimos dos años aceleraron aún más la actividad del suelo, con deslizamientos que multiplicaron los daños.
Las autoridades de Rancho Palos Verdes aclararon que el episodio del fin de semana ocurrió fuera de los límites del Complejo de Deslizamientos de Portuguese Bend. Sin embargo, el temor en la comunidad persiste, ya que la erosión afecta a toda la franja costera y pone en duda la estabilidad de terrenos valorados en millones de dólares.
Mientras los especialistas evalúan la estabilidad del acantilado, los dueños se enfrentan a la incertidumbre de no saber si el colapso del sábado puede ser un anticipo de deslizamientos más graves.