Se escapó de Senegal en busca de un futuro. Llegó a la Argentina guiado por el nombre de Messi y una camiseta de Boca que le dio un amigo en Dakar. Se hizo boxeador por amor a Muhammad Ali y con el objetivo de cambiar las lineales costumbres de su nación. La historia de Touba Niang puede seducir a los sensibles que creen en los mandatos del destino. Y aunque todavía falta bastante para saber si habrá un final feliz, lo que importa es lo que va pasando, esas páginas que se están escribiendo en cada una de sus presentaciones mientras apuntala su sueño de campeón.
Con una personalidad que desborda carisma, Bamba, como se lo llama por profesar la religión musulmana, en honor al califa Ahmadou Bamba, es la nueva atracción del boxeo argentino sin ser argentino. Convoca multitudes en cada uno de sus combates y brinda verdaderas batallas sobre el ring. Como pasó este sábado, en el Casino Buenos Aires de Puerto Madero, donde le ganó por KOT en el 2°round al probador santafesino Sergio Donaire y sumó el octavo triunfo de su carrera apoyado por un numeroso grupo de senegaleses que transformaron el recinto en un pequeño enclave del país africano.
Desde lo boxístico, la presentación de Touba no dejó mucho para analizar. Primero, por el nivel de oposición de Donaire, un boxeador acostumbrado a pelear dos categorías más chicas que welter y con un récord de 7 triunfos y 9 derrotas; después, por lo rápido y fácil que concretó el KO, descargando una certera combinación de golpes que derribaron dos veces a su rival y obligó al árbitro a parar las acciones. “Quiero ser campeón mundial, pero mi objetivo es lograr el KO más rápido de la historia del boxeo. El próximo combate voy por eso”, expresó eufórico Bamba, sobre el entarimado del Casino.
Este presente feliz y próspero de Touba dista mucho de aquel momento en que a los 15 años tomó la decisión abandonar a mamá Mbene y a su papá Cheikh Niang y escapar de la pobreza y la violencia de Watef, en las afueras de Dakar. También del periplo que pasó viajando como polizón durante tres meses hasta poder reencontrarse con su hermano mayor Abdou, quien ya vivía en Argentina. “Los primeros meses en argentina no fueron fáciles. Varias veces me secuestraron mercadería, me llevaron preso por ser negro, pero nunca me enojé”, cuenta Touba, que en 2023, por primera vez desde que está en Argentina, pudo regresar a Senegal y se reencontró con sus padres y parte de sus 33 hermanos.
En su corta vida de 24 años, Niang es un trotamundos que encontró la felicidad en Quilmes, con el cariño y el respeto que en otros lugares no tuvo. Allí comenzó a vender lentes y cinturones en la calle y allí ahora puso su propio local en la galería Colón, donde vende ropa y zapatillas. Su amor por el boxeo comenzó en 2021, de la mano de Javier Segovia, en el Club Porvenir de Quilmes. Actualmente se entrena en el Gimnasio Horizonte, en Claypole, bajo las órdenes de Daniel Salguero.
Los buenos resultados y el crecimiento mediático convirtieron a Touba Niang en unos de los boxeadores más populares y codiciados del boxeo argentino. Su presencia asegura venta de entradas, mucho color y un buen número de rating televisivo. De hecho, no es ninguna casualidad que cinco de las seis peleas que lleva en el año, fueran veladas televisadas.
Sin embargo, aquellos que se aprovechan de su magnetismo son los mismos que alguna vez le pusieron trabas y buscaron censurarlo por no responder a sus intereses comerciales. De hecho, hace poco denunció en el programa radial Planeta Boxing Radio que alguien ligado al canal TyC Sports y al tradicional ciclo Boxeo de Primera amenazó con no transmitir su combate si subía al ring con indumentaria de la marca Corti. Fiel a los que confiaron en él desde que se inició en el boxeo, desoyó la orden y visibilizó el apriete sin temor a represalias.
Este sábado volvió a ganar a su manera, exponiendo virtudes y falencias, y mientras sueña ser el segundo senegalés en convertirse campeón mundial (el primero fue Battling Siki, en 1922), reclamó por los mejores pesos welter de país: Marcelo “Rateka” Sánchez, campeón argentino, Lucas Argañaraz, monarca sudamericano, Jonathan Eniz y el promocionado riojano José Sansón Rosa. “Argentina es mi segundo país y me gustaría nacionalizarme para ganar título argentino y sudamericano”, asegura Touba Niang, la nueva sensación importada del boxeo nacional.