CÓRDOBA.- Hace casi un año cenaba con Javier Milei. El Presidente lo homenajeó junto a Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca) y Hugo Passalacqua (Misiones) por haber blindado el veto a la ley de financiamiento universitario, este lunes por la tarde el salteño Gustavo Sáenz reclama en la puerta de la Casa Rosada por la obra pública frenada.
Antes de que Milei cante en la presentación de su libro en el Movistar Arena, acompañado de unos gauchos y con poncho salteño al hombro y mate en mano, Sáenz cantó en la Plaza de Mayo para atrae la atención de la gente. No pudo instalar la carpa, como pretendía, pero sí llevó su planteo. “Ya basta de estar con las manos extendidas”, insistió y precisó que las obras que reclama se firmaron en junio del 2024 y se ratificaron en marzo pero no hay avances.
Cuando el jefe de Gabinete Guillermo Francos vio en la pantalla de noticias a Sáenz salió de la Rosada y se le acercó. “Con Gustavo siempre es un show”, sostuvo el funcionario mientras lo abrazaba.
El salteño, quien se definió como “un hombre de diálogo”, sostuvo que ya habló con todos y que lo seguirá haciendo, pero se mostró cansado de que en los últimos días todo gire alrededor de si José Luis Espert se baja o no, quién va en su lugar o si se reimprimen las boletas. “Hay otra Argentina que está esperando que haya gestión, que se arreglen las rutas que están destrozadas. Son rutas de la muerte. Estamos todo el día consumiendo los problemas de Buenos Aires y la Argentina no empieza y termina en Buenos Aires”, afirmó al canal de noticias TN.
Sáenz admitió que las obras “no se las negó este Gobierno. Todos los gobiernos, desde que nació la Patria le negaron al norte las obras de infraestructura”. Enfatizó que tiene “la autoridad moral para reclamar. Di la cara, ayudé para que haya superávit fiscal. Pero no me gustan que me mientan, porque no me mienten a mí, le mienten a los salteños. No quiero comer milanesas con Milei, quiero que se hagan las obras”.
Sáenz recibió al ministro del Interior Lisandro Catalán en Salta a poco de que el funcionario hubiera asumido el cargo, pero sigue esperando por las obras. “Son los gerentes de la torpeza política. No por él, sino por muchos de los que nos mintieron. Nos van pateando y nos van corriendo el arco, todos los días hay que llamar para ver si pagan o no el certificado, si se van o no las empresas”.
El mandatario ratificó la queja de todos los gobernadores acerca de los problemas de gestión y dejó en claro que “no son de algunas áreas, sino de todas las áreas. No sabés con quién tenés que hablar, si está la autorización necesaria o no”.