EL CAIRO.- Israel y Hamas acordaron el miércoles la primera fase del plan de paz de Donald Trump, que busca poner fin a dos años de guerra en Gaza. La propuesta, negociada indirectamente en Egipto con la mediación de Qatar, Estados Unidos y Turquía, prevé un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes israelíes y el canje de prisioneros palestinos, además de una retirada parcial de las tropas israelíes.
Israel afirmó este jueves que “todas las partes” firmaron “la versión final de la primera fase” del plan de Trump para Gaza, y que el acuerdo cuenta ya con la aprobación formal de los mediadores. La vocera del gobierno israelí informó que se celebrará una reunión de gabinete de seguridad a las 17 (11 de la Argentina) para su ratificación, seguida de una segunda sesión plenaria una hora después.
“En las 24 horas siguientes a la reunión de gabinete, entrará en vigor un alto el fuego en Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se retirarán a la línea amarilla, como se indica en los mapas del plan de Trump. Transcurridas 24 horas, comenzará el período de 72 horas, durante el cual todos nuestros rehenes serán liberados y devueltos a Israel”, añadió.
El anuncio del pacto, oficializado por Donald Trump, se produjo un día después del segundo aniversario del ataque del grupo terrorista Hamas contra Israel que desató la devastadora ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza. “Todos los rehenes serán liberados pronto e Israel retirará sus tropas a una línea acordada, como los primeros pasos hacia una paz fuerte, duradera y eterna”, escribió Trump en su red social Truth Social.
¿Qué incluye el acuerdo?
Según fuentes de Hamas, la primera fase del plan contempla la liberación de los 20 rehenes israelíes vivos a cambio de unos 2000 prisioneros palestinos, incluidos 250 condenados a cadena perpetua y 1700 detenidos tras el 7 de octubre de 2023. Sin embargo, el acuerdo implica la liberación de los 48 rehenes todavía cautivos en Gaza, vivos y muertos.
El intercambio debería realizarse dentro de las 72 horas posteriores a la aprobación formal del acuerdo por parte del gobierno israelí, prevista para este jueves. En paralelo, Israel retirará parte de sus tropas hasta la llamada “línea amarilla” dentro de Gaza, un repliegue parcial acordado con Washington.
El texto también prevé la entrada de ayuda humanitaria, con al menos 400 camiones diarios durante los primeros cinco días del alto el fuego, y el regreso inmediato de los desplazados desde el sur hacia la Ciudad de Gaza y el norte.
Trump anunció que viajará a la zona en los próximos días para participar de la firma oficial del acuerdo, y no descartó dirigirse al Parlamento israelí, tras una invitación del primer ministro Benjamin Netanyahu.
¿Qué se desconoce todavía?
Pese a la euforia inicial, los puntos más sensibles del acuerdo permanecen sin definir. No hay un calendario detallado sobre el fin total de la ocupación israelí ni claridad sobre quién administrará Gaza una vez que cese la guerra, algo que quedaría pendiente para una segunda fase del acuerdo.
El plan de 20 puntos de Trump prevé para Gaza “una administración transitoria encabezada por un comité palestino tecnocrático y apolítico, con supervisión de un nuevo organismo internacional, la Junta de la Paz, presidida por Donald Trump” y no se descarta que la Autoridad Palestina asuma eventualmente un papel en la gobernanza del enclave, pero solo después de someterse a una “reforma profunda”.
Netanyahu, en tanto, descartó que Hamas vuelva a ejercer poder en Gaza, mientras que el grupo terrorista insiste en que solo aceptará ceder el control a un gobierno tecnócrata palestino respaldado por países árabes y musulmanes, y rechaza la participación de Tony Blair o actores extranjeros en la administración local.
Otro elemento en discusión es el mecanismo de retirada israelí: Hamas exige un cronograma claro vinculado a la liberación de rehenes y garantías de una retirada completa de las fuerzas israelíes. El grupo palestino pidió a Trump y a los países garantes -entre ellos Qatar y Egipto- que se aseguren que Israel cumpla plenamente con lo acordado y que no utilice la tregua como una maniobra temporal.
¿Qué ocurrirá después?
Si el gobierno israelí aprueba el acuerdo, la retirada militar deberá comenzar en menos de 24 horas, según un funcionario de la Casa Blanca. Una vez completado ese paso, comenzará el conteo de las 72 horas para la liberación de los rehenes.
Trump señaló que la Casa Blanca confía en que las primeras liberaciones se concreten el lunes o martes. Según el plan, los primeros intercambios incluirán la liberación simultánea de prisioneros palestinos e israelíes.
En paralelo, las negociaciones para la segunda fase del plan de Trump comenzarían de inmediato, y prevén la creación de un “Consejo de Paz” internacional, liderado por el propio Trump e integrado por el ex primer ministro británico Tony Blair, para supervisar la reconstrucción y la transición política en Gaza.
¿Cuáles son los riesgos del pacto?
El éxito del plan representaría el mayor logro diplomático de Trump desde su regreso a la Casa Blanca, pero su implementación enfrenta riesgos significativos.
Hamas se niega a discutir el desarme, una exigencia central de Israel. Y dentro de Gaza, aunque la ofensiva israelí se ha reducido a pedido de Washington, los bombardeos continúan.
Además, los países árabes que apoyan el plan insisten en que debe conducir a la independencia de un Estado palestino, algo que Netanyahu ha prometido que nunca permitirá.
Por último, la lista de prisioneros palestinos cuya liberación exige Hamas incluye nombres de alto perfil como Marwan al-Barghouti -integrante del movimiento Fatah- y Ahmed Saadat -jefe del Frente Popular para la Liberación de Palestina-, ambos condenados a cadena perpetua, lo que podría generar tensiones internas en Israel y complicar la aprobación política del pacto.
De todas maneras, este jueves, una vocera del gobierno israelí afirmó que el prominente preso palestino Marwan Barghuti no formará parte del canje entre Israel y Hamas para la liberación de los rehenes. “Lo que les puedo decir en este momento en que no será parte de esta liberación”, declaró la vocera Shosh Bedrosian, en respuesta a una pregunta sobre Barghuti.
Los cálculos políticos detrás del acuerdo
Tanto Israel como Hamas parecen decididos a responder positivamente al plan de Trump, pero sus motivaciones políticas son distintas.
Para Netanyahu, aceptar el acuerdo podría ser una forma de mantenerse alineado con Washington, su principal aliado, sin alienar a sus socios ultranacionalistas, que rechazan cualquier concesión a los palestinos.
Hamas, por su parte, busca ganar tiempo y legitimidad política, mostrando flexibilidad ante los mediadores árabes —especialmente Qatar y Egipto— y trasladando la presión hacia Netanyahu. “Hamas ha dado un paso muy inteligente al decir ‘sí y’, o ‘sí, pero’. Con ese enfoque, básicamente devolvieron la pelota a Netanyahu y a los países árabes”, explicó Amjad Iraqi, analista del International Crisis Group.
Agencias AFP, AP y Reuters