Una nueva encuesta nacional reveló un contraste llamativo: la mayoría de los votantes estadounidenses desea ver a más mujeres en cargos públicos, pero persiste la resistencia a elegir a una mujer para la presidencia. El estudio, realizado por Breakthrough Campaigns en colaboración con el Instituto de Mujeres y Política (WPI, por sus siglas en inglés) de la American University, muestra que cuatro de cada diez ciudadanos conocen a alguien que no votaría por una candidata para la Casa Blanca.
Encuesta en EE.UU.: apoyo a más mujeres, pero resistencia a una presidenta
El sondeo, realizado entre el 3 y el 6 de septiembre de 2025 a 801 votantes registrados, retrata una sociedad que valora la representación femenina, pero aún impone barreras. Aunque el 83% de los consultados considera importante elegir a más mujeres y el 82% apoyaría a una candidata presidencial calificada, ese porcentaje desciende entre los menores de 50 años, donde apenas el 75% de las mujeres y el 80% de los hombres se muestran dispuestos a respaldar a una mujer en el máximo cargo.
“Esta encuesta revela una poderosa paradoja”, explicó Viva de Vicq, de Breakthrough Campaigns. “Los votantes confían en las mujeres en los temas más importantes y desean ver más mujeres en cargos públicos. Sin embargo, al preguntarles sobre la presidencia, resurge el sesgo y las expectativas limitadas”, agregó.
Los prejuicios y estereotipos que frenan a las mujeres en la política estadounidense
El estudio identifica varios obstáculos que limitan la proyección política femenina. La “cultura del club de viejos amigos” aparece como la barrera más citada por las mujeres, seguida del trato mediático negativo y la duda sobre su propia capacidad.
Además, el doble estándar se mantiene firme: los votantes esperan que una presidenta sea al mismo tiempo “dura” y “agradable”, un equilibrio que no se exige a los hombres. Más de la mitad de los encuestados cree que ambas cualidades son esenciales, aunque el 26% prioriza la dureza y el 19% la simpatía.
Las percepciones también reflejan un sesgo persistente. Los votantes confían más en los hombres para manejar temas de seguridad nacional, conflictos internacionales y decisiones difíciles, mientras que las mujeres obtienen mayor respaldo en asuntos como igualdad de género, aborto y cuidado infantil.
Cómo imaginan los estadounidenses a la primera presidenta de EE.UU.
El perfil de la primera mujer presidenta de Estados Unidos aparece definido con rigidez. La mayoría de los votantes la imagina casada (81%), menor de 65 años (81%) y madre (79%), con amplia experiencia en cargos electivos (73%). También destacan dos cualidades como indispensables: liderazgo fuerte (49%) y carácter moral sólido (40%).
Este retrato limitado coincide con lo que los investigadores denominan el “doble vínculo”: una exigencia constante de fortaleza y empatía que restringe el margen de acción de las candidatas.
“Los votantes valoran la perspectiva que aportan las mujeres y desean ver más mujeres en cargos públicos. Sin embargo, en lo que respecta a la presidencia, los estereotipos y los dobles estándares aún tienen una gran influencia”, señaló Betsy Fischer Martin, directora ejecutiva del Instituto de Mujeres y Política.
El efecto Kamala Harris y la influencia de la cultura política en EE.UU.
La encuesta también analizó el impacto de la candidatura de Kamala Harris, quien perdió la elección presidencial de 2024 frente a Donald Trump. Los votantes se encuentran divididos: los republicanos y los independientes sostienen que su campaña dificultó el camino para otras mujeres, mientras que los demócratas creen que amplió la conversación sobre liderazgo femenino.
Otro punto llamativo es la influencia de los podcasts de “cultura bro”. Casi la mitad de los votantes menores de 50 años afirmó escuchar este tipo de programas y cuatro de cada cinco consideró que influyeron en los resultados electorales de 2024, lo que consolida estereotipos sobre el papel de las mujeres en política.
Pesimismo económico y caída del compromiso político femenino
El panorama político muestra además un descenso en la participación femenina. En comparación con 2024, el compromiso político de las mujeres cayó 13 puntos, y la baja es más marcada entre las mayores de 50 años. A esto se suma un aumento del pesimismo económico, especialmente en ese grupo etario, donde más de la mitad considera que su situación financiera empeoró en los últimos dos años.
Pese a este escenario, el 83% de los votantes mantiene la convicción de que las instituciones que promueven la participación femenina, como el Instituto de Mujeres y Política, son vitales para la democracia.