Muchas personas notan con el tiempo que su heladera acumula agua en la parte inferior. A simple vista puede parecer normal, pero en realidad es una señal clara de que algo no está funcionando como debería. Lo más probable es que el orificio de drenaje, un pequeño conducto ubicado en el interior del freezer, esté obstruido. Este elemento cumple un papel clave, ya que permite que el exceso de humedad se elimine de forma automática y evita acumulaciones, malos olores y problemas de rendimiento.
Según el portal Enseñame de Ciencia, este orificio se ubica generalmente en la parte inferior, recorre la parte trasera de la heladera y actúa como un canal de evacuación. Cuando se genera humedad dentro, ya sea por alimentos recién guardados, cambios de temperatura o apertura frecuente de la puerta, el agua se dirige a través de ese pequeño agujero hacia un recipiente ubicado en la parte posterior del electrodoméstico. Allí se acumula temporalmente y luego se evapora por efecto del calor del motor, sin necesidad de que el usuario vacíe nada manualmente.
Con el paso del tiempo, este drenaje puede bloquearse por la acumulación de restos de comida, moco gelatinoso producto de la humedad, trozos de plástico o pequeños residuos. Cuando esto ocurre, el agua no tiene salida y se acumula en la base del refrigerador. Además de generar un olor desagradable, esta obstrucción puede provocar que se forme hielo en zonas no deseadas, lo que disminuye la eficiencia del motor y obliga a consumir más energía.
Para evitarlo, los especialistas recomiendan hacer limpiezas periódicas. Existen varios métodos caseros que resultan muy efectivos. Uno de los más simples consiste en usar un cepillo especial, que se compra en casas de plomería, o un hisopo de algodón para retirar restos superficiales. Otra alternativa es utilizar una jeringa o bombilla de goma con agua tibia. Al aplicar un poco de presión, el hielo interno se derrite y los residuos se desprenden, lo que despeja el conducto. También se puede desconectar la heladera por completo y dejarla secar entre seis y diez horas. Luego, con un alambre fino, se empujan los restos hasta liberar el orificio y finalmente se enjuaga con agua tibia.
¿Cada cuanto es importante limpiar este conducto de la heladera?
La frecuencia de este mantenimiento depende del tipo de heladera. En los modelos con escarcha, se aconseja una limpieza profunda cada tres a seis meses, especialmente si se observa acumulación de hielo. En los sistemas no frost, basta con una limpieza mensual para retirar envases rotos, líquidos derramados o restos de comida que puedan obstaculizar la ventilación.
Otro sector importante del electrodoméstico que debe ser limpiado al menos dos veces al año es la parte trasera, conocida como condensador térmico. Si el mismo está lleno de polvo, puede enfriar menos. Por lo que siempre con la heladera apagada puede pasarse un paño húmedo o cepillo.
Además, es importante revisar regularmente el estado de los sellos de la puerta. Si están gastados o no cierran bien, el freezer pierde frío y genera humedad extra, lo que acelera la formación de escarcha y la obstrucción del drenaje.