Un grupo internacional de investigadores de Francia, Bélgica y Papúa Nueva Guinea logró reconstruir la historia evolutiva del plátano y rastrear sus orígenes hasta hace más de 7000 años en la región del sudeste asiático y Oceanía. El equipo analizó 68 muestras de especies silvestres y 154 variedades cultivadas para entender cómo los cruces genéticos dieron origen al fruto que se conoce en la actualidad.
Así eran los plátanos hace más de 7000 años
Según un estudio publicado en Frontiers, durante el paso de los plátanos silvestres a los cultivados se seleccionaron principalmente dos características: la partenocarpia, que permite producir frutos sin necesidad de polinización, y la esterilidad, que garantiza que sean comestibles y sin semillas. “Fue domesticado a partir de Musa acuminata, una especie silvestre perteneciente a las monocotiledóneas, hace más de 7000 años, seguramente en Nueva Guinea”, detallaron los investigadores.
Este tipo de fruto era muy diferente al que se consume en la actualidad. Su pulpa resultaba difícil de comer y estaba llena de semillas negras. En aquella época, según indicaron los expertos, se aprovechaban sobre todo otras partes de la planta, como las flores, los tubérculos subterráneos y la fibra del tronco, utilizada para fabricar cuerdas y tejidos.
El principal antepasado silvestre del plátano actual es Musa acuminata, una especie que apareció hace 10 millones de años en la zona norte de Indo-Birmania. Los científicos detallaron que intervinieron otros parientes silvestres ya identificados y que, según estudios de 2020, también participaron especies aún no determinadas que aportaron al genoma del plátano moderno.
“Estaban muy lejos de los plátanos que vemos hoy”, señaló Julie Sardos, científica de la Alliance of Bioversity International y una de las autoras del artículo.
La investigación reveló los antepasados silvestres y los primeros cultivos de plátano
Por medio del análisis de decenas de muestras de especies silvestres y variedades cultivadas, los investigadores lograron obtener ciertas conclusiones. En primer lugar, los primeros plátanos fueron domesticados en la actual Nueva Guinea. Además, identificaron que la “banskia”, una subespecie de Musa acuminata, pudo ser una de las primeras en cultivarse y habría contribuido al desarrollo de distintas variedades.
El estudio también reveló la existencia de tres linajes genéticos hasta ahora desconocidos. “Se detectaron tres reservas genéticas indefinidas. Es decir, en cuya muestra no se encuentran individuos no mezclados procedentes de las poblaciones de origen”, detalló la investigación.
Las especies aún no fueron identificadas. “Nuestra convicción personal es que aún viven en algún lugar de la naturaleza, ya sea mal descrito por la ciencia o no descritos, en cuyo caso es probable que estén amenazados”, explicó Sardos. Los análisis sugieren que uno de esos antepasados habría provenido de la región entre el Golfo de Tailandia y el oeste del mar de China Meridional, otro del norte de Borneo y Filipinas, y un tercero de la isla de Nueva Guinea.
De los plátanos silvestres a los frutos modernos: cómo se domesticó y expandió la fruta
De acuerdo con el análisis, los antepasados silvestres del plátano moderno eran variedades diploides que producían especies duras, con poca pulpa y llenos de semillas pequeñas y negras. Fue gracias a las “hibridaciones entre distintas subespecies y variedades” que se obtuvieron los frutos actuales: dulces, sin semillas y aptos para el consumo. “La domesticación y diversificación resultan de procesos mucho más complejos de lo esperado para un cultivo clonal”, afirmaron los expertos.
Su expansión fuera de Asia comenzó hacia el siglo X, cuando llegaron a Europa, y más tarde, en el XVI, los marineros portugueses y exploradores españoles los introdujeron en América.