Joan Kennedy. Última integrante de una dinastía marcada por la tragedia, tuvo un matrimonio infeliz y luchó contra sus adicciones

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El miércoles 8 de octubre murió Joan Kennedy, a los 89 años, mientras dormía en su casa de Boston, y con su muerte se termina una era: la primera mujer de Edward “Ted” Kennedy –hermano de John F. Kennedy y senador de Estados Unidos durante casi cinco décadas– era la última sobreviviente de un tiempo marcado por el poder y la influencia de los Kennedy, el clan que dominó la política del país durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX y lo más parecido a una familia real que conoció América. Su sobrina, la periodista Maria Shriver, hija de una de las hermanas de JFK y ex primera dama de California por su matrimonio con Arnold Schwarzenegger, compartió su tristeza por redes sociales y la definió como “pianista consumada y un alma hermosa”. Y The New York Times la describió como “una mujer reservada, que pasó gran parte de su vida luchando contra el alcoholismo, envuelta en las tragedias y tempestades que azotaron a la familia Kennedy”.

En 1964, Joan con sus hijos Ted Junior y Kara, que le hacen dibujitos a su padre, quien se recupera de un accidente aéreo en New England Baptist HospitalJunto a su concuñada, Jackie Kennedy, en 1976, viendo un torneo de tenis en Nueva York

UNA CHICA TÍMIDA

Virginia Joan Bennett se cruzó con quien sería su marido en 1957, porque era compañera de estudios de Jean Ann, hermana de Ted, en el Manhattanville College. Después de un año de relación, se comprometieron y, aun con muchas dudas, terminaron casándose. Ella tenía 22 años y se mostraba tímida. Él, de 26, acababa de graduarse en Derecho en la Universidad de Harvard y era el menor de la familia, que en ese entonces ya se perfilaba como una verdadera potencia política, siempre dirigida por el patriarca, Joseph Patrick Kennedy. Fue justamente el padre de Ted quien más presionó para que la boda se concretara: dar la imagen de familia perfecta, con hijos ejemplares, bien casados y defensores de los valores tradicionales era parte importante de su estrategia política.

John F. Kennedy toma la palabra en la boda de su hermano Ted con Joan, celebrada el 29 de noviembre de 1958 en Nueva York

Cuando llevaban cuatro años de matrimonio, en 1962, Ted ganó sus primeras elecciones para ocupar una banca en el Senado. Después vendrían los asesinatos de los heramanos del político, John F. Kennedy, presidente de Estados Unidos, en noviembre de 1963, y Robert F. Kennedy, senador y candidato presidencial, en junio de 1968, y empezaría el propio infierno personal de Joan: infidelidades, adicción al alcohol, tragedias y escándalos.

Un buzo trabaja para levantar el auto del senador Kennedy, que diez horas antes se había hundido en el lago que rodea la isla de Chappaquiddick, en Massachusetts. En el accidente, el 19 de julio de 1969, murió Mary Jo Kopechne, señalada como supuesta amante de Ted

UN INFIERNO PRIVADO

Había nacido el 2 de septiembre de 1936 en Nueva York, hija de una madre aficionada a la costura y de un padre que trabajaba en publicidad. Buena alumna, discreta y con cierta sensibilidad artística, que canalizó estudiando piano, no estaba preparada para un rol pasivo al lado de su todopoderoso marido, como guardiana del mito. Etiquetada por la prensa de la época como “la más bella de las esposas Kennedy”, Joan –a quien no le interesaba la política ni la vida pública– vivía bajo la constante presión de pertenecer a una saga que exigía perfección pública, aunque acostumbraba barrer su basura debajo de la alfombra. Tranquila y reservada, no siempre encajó con el estilo de la familia Kennedy, y una vez le contó a la revista People cómo Jackie Kennedy le había aconsejado que buscara consuelo en su piano, tal como ella hacía con la pintura.

El 22 de julio, Joan y su marido llegan a la iglesia de San Vicente, en Pymouth, Pensilvania, para la misa en memoria de Mary Jo

Después de veintidós años de infelicidad, su matrimonio se terminó a fines de los setenta (aunque estaban separados desde mucho tiempo antes, se divorciaron en 1983). Juntos habían tenido tres hijos, Kara, que superó un cáncer de pulmón en 2002 y murió de un infarto en 2011, Ted Jr., quien a los 12 años fue diagnosticado con osteosarcoma, un tipo de cáncer de huesos que llevó a que tuvieran que amputarle parte de la pierna (es abogado y fue senador, igual que su padre, y sigue formando parte del ecosistema político de Estados Unidos), y Patrick (que fue congresista por Rhode Island).

Edward y Joan Kennedy vuelan desde Boston a Miami, donde los esperan sus dos hijos, Kara y Ted Junior. La familia se prepara para unos días de descanso en su casa de Palm Beach, en diciembre de 1964Juntos y sonrientes tras el triunfo de Ted sobre Edward J. McCormack en las primarias para la candidatura demócrata al senado por Massachusetts. Era septiembre de 1962Joan en Nueva York, circa 1979

EL PEOR MOMENTO

Tras los asesinatos de JFK y “Bobbie”, Ted pasó a ser considerado candidato a la presidencia. Y mientras las autoridades del partido demócrata consideraban sus opciones, en julio de 1969 el más chico de los Kennedy tuvo su propio escándalo, que a él le costó la presidencia y a Joan, su bienestar y su salud. Mientras el senador conducía su coche por la isla de Chappaquiddick, en Massachusetts, el vehículo cayó de un puente y se hundió en el agua. Ted viajaba con su amante, Mary Jo Kopechne, una joven ex secretaria de su hermano Robert que murió ahogada. Aunque Kennedy se declaró culpable (él pudo salir del coche), tardó casi diez horas en reportar el accidente, del que nunca hubo una investigación exhaustiva. Su mujer, Joan, que estaba embarazada y en reposo tras haber sufrido dos abortos espontáneos, lo acompañó al funeral de Mary Jo y al tribunal para dar su versión de los hechos. A los pocos días perdió su embarazo. “Fue entonces cuando me convertí en una auténtica alcohólica”, le explicó varios años más tarde a Laurence Leamer para el libro sobre las mujeres Kennedy. Ya divorciada de Ted –al que siguió acompañando en sus campañas políticas– se animó a hablar de su lucha contra las adicciones, y admitió que empezó a beber en exceso para superar las numerosas desgracias y desafíos de su vida. “A veces bebía para sentirme más desinhibida, para relajarme en las fiestas”, dijo. “Otras veces bebía para bloquear la infelicidad, para ahogar mis penas”. Con el tiempo, Joan adoptó el programa de doce pasos de Alcohólicos Anónimos y se convirtió en una promotora de iniciativas para la protección de la salud mental.

El clan en pleno en la ceremonia en la que se anunció la creación de la Biblioteca y Museo John F. Kennedy, en diciembre de 1977. De izquierda a derecha, Jackie, sus hijos, Caroline y John Junior, Jean Ann Smith, la matriarca de la familia, Rose, el senador Ted Kennedy y su mujer, Joan, y Joseph P. KennedyEl 9 de agosto de 1990, Joan y Ted en la boda de su hija Kara con Michael Allen

Diez años después de haberse divorciado, Ted se casó con Victoria Reggie, con quien estuvo hasta su muerte a causa de un tumor cerebral, el 25 de agosto de 2009. Joan nunca volvió a casarse.

Junto a su hijo Patrick durante el funeral de su ex marido, Edward “Ted” Kennedy, en agosto de 2009Una de sus últimas apariciones públicas: Joan con su hijo Ted Junior en mayo de 2017

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