Una noche de celebración terminó en tragedia en el Callao. Durante la madrugada de este domingo 19 de octubre, el cantante Johan Mora, líder de la agrupación “La Timbera Orquesta”, y su bailarina Ariana Cañola fueron asesinados a balazos luego de culminar una presentación en la zona de Sarita Colonia. De acuerdo con las primeras versiones policiales, los artistas fueron atacados por sujetos desconocidos que abrieron fuego contra ellos sin mediar palabra, provocando su muerte en el acto.
El hecho ocurrió cerca de las 2:30 a. m. en un local del asentamiento humano Francisco Bolognesi, donde la orquesta animaba un quinceañero presuntamente organizado por la hija del propietario del establecimiento. La celebración, que debía ser una noche de alegría, se convirtió en escenario de horror tras el ataque. Los asistentes entraron en pánico, mientras que las autoridades llegaron al lugar minutos después para iniciar las diligencias correspondientes.
Ataque mortal en Sarita Colonia: lo que se sabe del crimen
Según fuentes de la Policía Nacional del Perú (PNP), una de las principales hipótesis apunta a que el atentado podría estar vinculado a un caso de extorsión, aunque no se descartan otras líneas de investigación. Los peritos de criminalística llegaron al punto para recolectar casquillos de bala y revisar cámaras de seguridad de la zona, en busca de identificar a los responsables.
El fallecido cantante fue identificado como Johan Sebastián Mora Castro, de 28 años, y la bailarina como Ariana Alexa Cañola Barriga, de 19. Ambos eran parte activa de La Timbera Orquesta, agrupación salsera que hace solo unos días celebró su tercer aniversario con un mensaje de agradecimiento “por la salud y la unión de la familia”. La noticia de su muerte ha conmocionado a colegas y seguidores de la escena salsera limeña.
En redes sociales, artistas y agrupaciones locales expresaron su pesar. La Máquina Timbera, orquesta colega, escribió en su cuenta de Facebook: “Descansa en paz, Johan, una de las nuevas generaciones de la música. Dios te tenga en la gloria. Solo hacemos música, y eso no le hace daño a nadie”.
La hermana del cantante también redactó en sus redes sociales un sentido mensaje de despedida: “Aún no puedo creer que te hayas ido, hermano. Todo se siente vacío sin ti. Tu partida deja un silencio inmenso, pero también un amor que nunca se apagará. Gracias por haber sido parte de mi vida, por tus risas, tus consejos y tu cariño. Te llevo conmigo siempre”.
Usuarios también difundieron videos recientes de la pareja artística interpretando temas populares como “Y tú te vas”, destacando el talento y carisma del cantante. Mientras tanto, agentes de la Depincri Callao y representantes del Ministerio Público continúan con las investigaciones para esclarecer las causas del ataque armado que enluta nuevamente al mundo de la salsa peruana.
En la industria musical peruana, el miedo a perder la vida es “parte del trabajo”
Los ataques contra agrupaciones musicales se han convertido en una preocupante constante dentro del panorama artístico nacional. En los últimos meses, bandas reconocidas como Agua Marina, Armonía 10 y Hermanos Guerrero han sido blanco de atentados armados y amenazas vinculadas a redes de extorsión, que buscan intimidar o exigir pagos a cambio de protección.
Uno de los casos más recientes ocurrió durante un concierto de Agua Marina en el Círculo Militar de Chorrillos, donde una balacera interrumpió la presentación del grupo y dejó cinco personas heridas. El ataque, que generó pánico entre cientos de asistentes, habría sido ejecutado por extorsionadores tras la negativa de la orquesta a pagar un monto exigido.
Situaciones similares han afectado a otras agrupaciones: en marzo de este año, Paul Flores, cantante de Armonía 10, fue asesinado por sicarios, mientras que la vocalista Thalía Manrique Castillo, de los Hermanos Guerrero, perdió la vida en circunstancias similares a fines de 2024.
El clima de inseguridad ha obligado a varias bandas a reducir sus presentaciones públicas o a reforzar la seguridad en sus eventos, con algunos artistas llegando a usar chalecos antibalas en el escenario. Representantes del sector han pedido la intervención del Estado ante el aumento de la violencia, advirtiendo que los ataques ya no distinguen fechas ni lugares.