El consumo diario de vitamina A como suplemento alimenticio genera debate entre expertos en salud y nutrición. Aunque este nutriente es esencial para procesos biológicos como la visión, la función inmune y el desarrollo celular, multiples especialistas advierten sobre los riesgos asociados a su ingesta excesiva sin control médico.
Según informó Reuters, la vitamina A, especialmente en su forma preformada (retinol), puede causar toxicidad hepática y otros efectos adversos si se consume por encima de las recomendaciones establecidas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) coinciden en que las necesidades diarias de vitamina A suelen cubrirse a través de una dieta balanceada que incluya productos como pescado, lácteos, huevo, zanahoria y verduras de hoja verde. La suplementación rutinaria solo resulta necesaria en poblaciones con déficit documentado o condiciones médicas específicas diagnosticadas por profesionales.
La Mayo Clinic destacó que la hipervitaminosis A aguda puede causar síntomas como náuseas, dolor de cabeza y visión borrosa, mientras que un exceso crónico puede llevar a daño óseo, caída de cabello y alteraciones hepáticas.
De acuerdo con datos citados por The Lancet, la dosis diaria recomendada de vitamina A para adultos oscila entre 700 y 900 microgramos (mcg) y el límite máximo tolerable es de 3.000 mcg, cifra que suele superarse fácilmente mediante suplementos de alto contenido.
La vigilancia médica resulta clave antes de iniciar cualquier régimen de suplementación. Especialistas consultados por Reuters subrayaron que el exceso de vitamina A acumulado en el hígado puede tener consecuencias graves y difícilmente reversibles.
La mejor estrategia para asegurar niveles óptimos de esta vitamina es mantener una dieta variada y consultar a un profesional de la salud ante la sospecha de deficiencia.
Qué alimentos contienen Vitamina A naturalmente
- Hígado de res
- Zanahorias
- Batata (camote)
- Espinaca
- Kale (col rizada)
- Brócoli
- Melón cantalupo
- Mango
- Pimiento rojo
- Leche entera
- Queso
- Huevo (especialmente la yema)
- Mantequilla
- Aceite de hígado de bacalao
- Calabaza