A lo largo de los años, la limpieza dental se ha convertido en uno de los principales focos de la rutina diaria, principalmente cuando se realiza después del desayuno o antes de salir a cualquier lugar.
Sin embargo, las prisas hacen que ciertos detalles pasen por alto, como por ejemplo beber café y cepillarse los dientes poco después. Aunque esta práctica parece ser inofensiva y cotidiana, tiene grandes impactos en la salud bucodental.
De acuerdo con Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas de España, esta bebida se caracteriza por ser ácida y pigmentante, lo que favorece con la aparición de manchas y el aumento del mal aliento.
“Si se cepillan los dientes inmediatamente después de tomarlo, el esmalte, que puede haberse debilitado temporalmente por el pH ácido, puede sufrir un desgaste mayor debido a la fricción del cepillado”, puntualizó el profesional.
A raíz de esto, Castro recomienda ingerir la bebida con normalidad, pero esperar entre 20 y 30 minutos para lavarse los dientes. Según el experto, durante este periodo de tiempo la saliva actúa de tal forma que logra neutralizar los ácidos y restablece el pH bucal.
“Como medida intermedia, se puede enjuagar la boca con agua o masticar chicle sin azúcar tras el café, lo cual ayuda a acelerar la neutralización del pH y a proteger el esmalte”, señaló el profesional, como alternativa a las situaciones en las que las personas deben apresurarse para salir.
¿Cómo cepillarse los dientes de forma correcta?
El presidente del Consejo General de Dentistas de España indica que hay otros ingredientes del desayuno que pueden afectar el esmalte dental, como los jugos y las frutas cítricas, debido a que sus componentes aumentan la sensibilidad de los dientes.
Para evitar que la erosión se complique y aparezcan caries, lo más recomendable es cepillarse tan pronto se despierta en la mañana, ya que de esta forma protege la boca del contacto con los alimentos.
Castro también asegura que una de las claves para mantener una higiene bucodental adecuada es lavarse los dientes al menos dos veces al día, especialmente después de las comidas principales.
En ese sentido, es importante dedicar mínimo dos minutos al cepillado, debido a que hay que asegurarse de limpiar todas las superficies: externas, internas y masticatorias, sin olvidar la lengua.