
El impacto de la liberación de 30 mil ejemplares de especies nativas en el Lago de Pátzcuaro se extiende más allá de lo ambiental, pues busca beneficiar directamente a las comunidades de la ribera, donde la pesca, el turismo y la gastronomía constituyen el eje de la economía local.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Agricultura), en coordinación con el Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables (IMIPAS) y el Gobierno del Estado de Michoacán, esta medida contempla liberar a 20 mil juveniles de acúmara (Algansea lacustris) y 10 mil crías de pescado blanco (Chirostoma estor) en este cuerpo de agua.
La liberación de estas especies se realizó con la colaboración del Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera (CRIAP) Pátzcuaro del IMIPAS y la Comisión de Pesca del Estado de Michoacán (Compesca), individuos y representantes de 24 comunidades, así como autoridades municipales de Pátzcuaro, Tzintzuntzan y Quiroga y sectores académicos.
En total, 800 pescadoras y pescadores, junto con sus familias, se verán directamente favorecidos a través de una mayor disponibilidad de recursos, fundamental para la seguridad y soberanía alimentaria regional, señaló a través de un comunicado la secretaría AGRICULTURA.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cataloga a la acúmara como en peligro crítico y al pescado blanco como una especie en peligro de extinción, lo que refuerza la urgencia de estas acciones enfocadas en la preservación y recuperación de la biodiversidad local.
“Es importante destacar que estas especies fueron producidas mediante técnicas de acuacultura, una actividad que resulta esencial para garantizar el abasto de alimentos a la población de la ribera del lago de Pátzcuaro”, conforme Agricultura al destacar los avances del CRIAP-Pátzcuaro, que ha conseguido completar el ciclo de vida de ambas especies de forma controlada, permitiendo así una generación sostenida de crías año con año.
Los especialistas han trabajado en transferir tecnología para la reproducción de pescado blanco, promoviendo el aprovechamiento sustentable de los recursos acuícolas e incrementando las capacidades de las comunidades locales para la reintroducción y manejo de estas especies.
Además de fortalecer la economía, este esfuerzo conjunto contribuye a la protección del patrimonio biocultural de los pueblos originarios vinculados históricamente al lago y a sus recursos.
La acción emprendida busca, simultáneamente, fortalecer la seguridad alimentaria, garantizar la soberanía alimentaria en la región y salvaguardar el legado biocultural de la zona lacustre, factores cruciales para el desarrollo social y económico de Michoacán.