Con su habitual calidez que conquista corazones, los príncipes de Gales, William y Kate, protagonizaron una jornada inolvidable en Armagh, conocido como el “condado de las huertas”, durante su visita a la galardonada granja familiar Long Meadow Cider. La pareja real llegó a esta finca gestionada por la familia McKeever desde 1968, donde se produce sidra artesanal, jugo de manzana y vinagre de manzana con métodos tradicionales y un enfoque sostenible, y se sumergieron en la vida rural con naturalidad y mucho humor. Uno de los momentos más entrañables fue cuando William y Kate se pusieron los delantales para preparar pan de papa y manzana, una receta típica de la región.


Entre risas y bromas, el príncipe intentó dar forma a su masa, mientras Kate, con destreza, lograba una figura circular perfecta. “Intentá que sea circular”, le dijo a su marido. “¿Cómo puede parecer esto un círculo cuando claramente es un rectángulo? Esto es un ‘circulo rectangular’”, bromeó William, quien provocó carcajadas entre los presentes. La princesa, siempre cercana, contó que suele usar vinagre de manzana en sus ensaladas, mientras que William reconoció su preferencia por la sidra seca. Ambos se mostraron encantados al probar el vinagre recién prensado. La visita también incluyó la recolección de manzanas, en la que Kate demostró su agilidad llenando su canasta con rapidez, mientras animaba a William a no dejar caer las frutas. “¡No las vayas a tirar, William!”, le dijo. El príncipe, maravillado por el entorno, comentó: “Los árboles parecen sacados de Harry Potter”. La pareja también exploró el proceso de producción de la sidra, desde el prensado hasta el embotellado, y mostró interés por las prácticas sostenibles de la granja. Kate recordó haber intentado hacer algo similar en casa junto a sus hijos con una prensa manual: “Fue divertido… aunque un desastre”, reveló entre risas.



