
Julie Neis, una mujer originaria de Michigan (Estados Unidos), ha dado un giro inesperado a su vida al mudarse a Uzès, un pequeño y pintoresco municipio del sur de Francia. Lo sorprendente de su historia no es solo el cambio de país o de estilo de vida, sino la fuente de inspiración que la llevó a tomar la decisión: ChatGPT, el programa de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI, al que acudió en busca de orientación cuando su salud física y mental empezó a deteriorarse a causa del estrés laboral.
Según informó CNN, Neis llevaba años trabajando en el sector tecnológico tras haber regresado de París, ciudad en la que vivió durante un lustro en su juventud. Aunque su carrera le proporcionaba estabilidad económica, el ritmo frenético y la presión constante comenzaron a pasarle factura. “Creo que mi sistema nervioso simplemente se colapsó”, confesó. Las crisis de ansiedad y los dolores físicos se convirtieron en una constante, hasta el punto de sentirse —en sus propias palabras— “como una sombra” de sí misma.
Un consejo poco convencional
Cansada de la rutina y de una vida centrada en el trabajo, Neis decidió regresar a Francia, país por el que había sentido una fuerte conexión desde niña. Sin embargo, no sabía en qué zona establecerse. Fue entonces cuando recurrió a ChatGPT, al que le proporcionó información sobre sus valores personales y lo que buscaba en su nueva etapa: un ritmo de vida más pausado, contacto humano y una comunidad internacional en la que pudiera integrarse con facilidad.
“Sé que suena una locura dejar que una inteligencia artificial tome una decisión tan importante sobre tu vida”, admitió. “Pero me liberó del agobio que sentía”. A partir de esas indicaciones, el programa le sugirió Uzès, una localidad de unos 8.500 habitantes en el departamento de Gard, conocida por su arquitectura medieval, sus mercados tradicionales y su ambiente tranquilo.

Neis llegó allí en marzo de 2023 y, según relata, fue amor a primera vista. El encanto del casco antiguo, las callejuelas empedradas y la amabilidad de los vecinos le hicieron sentir que había encontrado su lugar. “Sinceramente, parece mágico”, aseguró. “Todavía me cuesta creer que vivo aquí”.
Vida cotidiana en Uzès
La estadounidense ha encontrado una nueva rutina lejos del estrés tecnológico. Cada mañana se detiene a tomar un café en la Place aux Herbes, la plaza central del pueblo, rodeada de soportales y terrazas, antes de pasear por el mercado o explorar las calles históricas. Disfruta de la cercanía de todo —“se puede cruzar el centro en pocos minutos”— y de la sensación de comunidad que le ofrece el entorno.
Pese a sus temores iniciales de sentirse sola, ha logrado tejer una red de amistades gracias a su canal de YouTube, donde documenta su vida en el sur de Francia. A través de este medio, ha conocido a otros expatriados y curiosos que comparten su interés por el estilo de vida francés. “Aquí la gente no te pregunta inmediatamente a qué te dedicas”, comentó, una diferencia cultural que valora profundamente tras años en un entorno profesional competitivo.
No obstante, no todo ha sido sencillo. Neis reconoce que los precios han subido notablemente en Francia, mientras que los salarios son más bajos que en Estados Unidos. Además, echa en falta ciertas comodidades americanas, como los supermercados abiertos los domingos o la disponibilidad de algunos productos importados. Para conseguir salsa de soja, por ejemplo, debe desplazarse hasta ciudades más grandes como Aviñón, algo que describe como “una excursión de todo el día”.
Aun así, el balance es positivo. Su salud ha mejorado y su estado de ánimo ha cambiado por completo. “Me siento de nuevo completamente yo misma”, declaró. “Es un alivio enorme, porque llegué a pensar que nunca volvería a sentirme normal”.
Ahora contempla permanecer en Uzès a largo plazo y no descarta comprar una vivienda allí, aunque reconoce que los precios inmobiliarios han aumentado considerablemente. Regresa a Estados Unidos una o dos veces al año, normalmente en Navidad, pero no se plantea volver de manera permanente. “Siento que este es el lugar donde debo estar —ya sea por ahora, por unos años o tal vez para siempre—”, afirmó.