RÍO DE JANEIRO.- La cabeza con el cabello teñido de rojo estaba separada completamente del cuerpo. Los habitantes la encontraron en una zona de densa vegetación cerca de una favela de Rio, casi 24 horas después de la operación más letal en la historia de Brasil.
“Degollaron a mi hijo, le cortaron el cuello, colgaron (la cabeza) en un árbol como un trofeo”, cuenta a la agencia AFP Raquel Tomas, madre de Iago Ravel, de 19 años, y acusó de su muerte a las fuerzas de seguridad. “Ejecutaron a mi hijo sin derecho a defensa. Fue asesinado”, dice con la voz temblorosa de tristeza y cólera.
Al menos 119 personas, entre ellas 115 sospechosos y cuatro policías, murieron el martes en la mayor operación policial en Río de Janeiro destinada a actuar contra el Comando Vermelho, principal grupo criminal de la ciudad. El gobernador Claudio Castro aseguró que los muertos son criminales y que cualquier error sería “residual”.
Mientras esperaba junto al padre del chico y otros familiares en el exterior de la morgue este miércoles para reconocer los restos de Iago, la mujer de 34 años cuenta que pasó toda la madrugada recorriendo hospitales y comisarías buscando a su hijo.
Finalmente lo vieron entre decenas de cuerpos alineados en una plaza del complejo de favelas de Penha, recuperados por los vecinos la mañana del miércoles. “Él solo tenía 19 años, era un muchacho de buena familia. Y no tuvo derecho a una segunda oportunidad», cuenta la madre.
Su tía, la manicurista Beatriz Nolasco, dijo que lo vio en un video que circula en las redes sociales. En las imágenes se observa el cuerpo decapitado de un joven, con la cabeza sobre un árbol. Vestía ropa de camuflaje y tenía el cabello teñido de rojo. No presentaba otras lesiones.
El padre de Iago, Alex Rosado da Costa, acusa a los agentes del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), la unidad de élite de la policía, de haber ejecutado a su hijo. “Le arrancaron la cabeza. Por lo que me han dicho, no tiene heridas de bala en el cuerpo”, afirma.
Un periodista de la AFP vio ese cuerpo decapitado.
Raquel describe lo que vivió en las últimas horas como puro “terror”. “No fue solo con mi hijo, fue una masacre”, cuenta sobre la violencia policial.
Fuera de la morgue, Ana Beatriz Adorno, de 24 años, buscaba a su vez a su marido, de 29. “No sabemos dónde está. No hay cuerpo, no hay información, no hay nada”, dijo. Con ella, dos mujeres más buscaban también a sus esposos.
Cruentos enfrentamientos
El martes, las favelas de Penha y Alemao fueron escenario de cruentos enfrentamientos entre 2500 policías fuertemente armados y sospechosos que lanzaron drones con bombas e hicieron barricadas. Durante la operación se produjeron intensos intercambios de disparos, lo que obligó a buscar refugio en varias ocasiones a periodistas sobre el lugar, constató un fotógrafo de la AFP.
Más tarde se documentó una escena impactante: una fila de 26 o 27 personas arrestadas, todas sin camisa y descalzas, colocadas en el suelo con las cabezas gachas.
Observadores señalan que esta operación fue diferente a otras similares en Río, con escenas descritas como extremadamente brutales.
La operación policial contra los “narcoterroristas” fue considerada “un éxito” por el gobernador Castro, aliado del expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro.
El operativo, planificado durante 60 días, incluyó un cerco construido por el BOPE en la zona boscosa de las favelas, utilizada como vía de escape por los delincuentes. Con 113 detenidos y 118 armas incautadas, el operativo se considera el mayor golpe en la historia del Comando Vermelho.
Numerosas ONG criticaron la violencia de la operación, mientras que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se dijo “horrorizada” y exigió “investigaciones rápidas”.
Agencia AFP y diario O Globo/GDA
