El gobernador de Florida, Ron DeSantis, celebró una nueva distinción para el sistema educativo estatal, aunque el anuncio llegó acompañado de una fuerte crítica hacia las universidades que contratan trabajadores extranjeros con visas H-1B. Durante un acto en la Universidad del Sur de Florida, afirmó que su administración inició un plan para eliminar millones de dólares destinados a programas de diversidad y para frenar lo que denominó “abuso de visas” dentro de las instituciones de educación superior.
Florida encabeza la educación superior en Estados Unidos
DeSantis destacó en su cuenta de X que Florida se consolidó como el estado número uno en educación universitaria gracias a su voluntad de “desafiar el statu quo”. En su mensaje, aseguró que su equipo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Florida (Florida DOGE, por sus siglas en inglés) trabajó para eliminar o redirigir decenas de millones de dólares en proyectos vinculados a iniciativas de diversidad, equidad e inclusión, conocidas como DEI.
El gobernador señaló que su gestión no tolerará programas que, según él, privilegian a ciertos grupos raciales o de género sobre otros, ni prácticas de contratación que dejen de lado a ciudadanos estadounidenses.
“Ya sea por subvenciones inspiradas en DEI que favorecen a una raza o género, o por departamentos de recursos humanos que contratan trabajadores extranjeros con visas H-1B mientras rechazan a floridanos calificados, no toleraremos la discriminación contra los ciudadanos estadounidenses en nuestro sistema universitario”, publicó DeSantis.
El mandatario utilizó el reconocimiento educativo como plataforma para insistir en su discurso de “priorizar a los estadounidenses”. En ese sentido, afirmó que Florida “está poniendo a los ciudadanos de Estados Unidos primero” y que las instituciones financiadas por los contribuyentes deben servir al mercado laboral nacional antes que a intereses foráneos.
Ron DeSantis endurece su postura contra las visas H-1B en universidades de Florida
En otro posteo en X, DeSantis lanzó un mensaje aún más contundente. Sostuvo que las universidades de todo el país norteamericano están “importando trabajadores extranjeros” mediante el programa H-1B, en lugar de contratar a estadounidenses capacitados y disponibles.
De acuerdo con el comunicado oficial difundido por su oficina, la medida implica un seguimiento estricto a las contrataciones realizadas en las instituciones públicas del estado. DeSantis argumentó que, pese a que las visas H-1B se crearon para cubrir empleos especializados, muchas instituciones las utilizan para puestos que podrían ser ocupados por graduados locales.
La nota del gobierno de Florida explicó que las universidades están exentas del límite federal de emisión de estos permisos, lo que les permite contratar personal extranjero durante todo el año. Por eso, la nueva directiva busca “garantizar que las instituciones públicas den prioridad a los graduados estadounidenses y que los fondos estatales sirvan al desarrollo de la fuerza laboral nacional, no a la importación de mano de obra barata”.
Según el comunicado, los cargos más frecuentemente cubiertos con trabajadores extranjeros son los de especialistas en informática, analistas de datos, profesores y diseñadores. Para DeSantis, esos puestos deben ser ocupados por los miles de graduados que egresan cada año de las universidades floridanas.
“Si alguna institución realmente tiene dificultades para encontrar ciudadanos estadounidenses para cubrir sus vacantes, debería revisar sus programas académicos para entender por qué no puede producir graduados aptos para esos empleos”, advirtió el gobernador.
La reducción de fondos para proyectos de diversidad en Florida
Además del endurecimiento contra las visas H-1B, el gobierno estatal anunció la cancelación o reorientación de más de US$33 millones destinados a proyectos relacionados con políticas de diversidad. El gobernador presentó esta medida como una estrategia para “eliminar el despilfarro y la ideología woke” del sistema universitario.
En su comunicado, se detalló que el DOGE de Florida trabajó junto a su contraparte federal, el Sistema Universitario Estatal y socios institucionales para identificar y anular subvenciones que consideró contrarias a la legislación. Varios proyectos fueron cancelados por no cumplir, según el estado, con las normas vigentes en materia de igualdad. Entre ellos se encontraban:
- US$1,5 millones para el programa “Challenging Anti-Black Racism in Civil and Environmental Engineering Curriculum”, centrado en justicia ambiental y diversidad en la ingeniería civil.
- US$1,3 millones para “Mobilizing Physics Teachers to Promote Inclusive and Communal Classroom Cultures Through Everyday Actions”, una iniciativa que promovía la equidad en la enseñanza de la física y la inclusión de mujeres y minorías raciales.
A su vez, el gobierno informó que otras subvenciones fueron modificadas para ajustarse a los nuevos criterios estatales. Entre los casos mencionados, se destacaron:
- Un fondo de US$1,5 millones que originalmente buscaba fomentar la participación de “estudiantes históricamente marginados” en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), que ahora se orientará a estudiantes de bajos recursos, sin considerar raza o etnia.
- Una beca de US$700 mil de la Fundación Nacional de Ciencias que antes beneficiaba exclusivamente a estudiantes afroamericanos o hispanos y que ahora incluirá a todos los alumnos, sin distinción de origen o antecedentes.

