Resistencia, Chaco (enviada especial). Tras más de dos años de espera, este viernes finalmente Mercedes Valois Flores y Gloria Romero, abuela y madre de Cecilia Strzyzowski, ingresaron al Centro de Estudios Judiciales de Resistencia para declarar en el juicio por jurados contra el clan Sena.
Ambas mujeres llegaron a la sede judicial de Juan B. Justo 42 pasadas las 15, luego de un cuarto intermedio de dos horas dispuesto tras los alegatos de apertura de las partes. Lo hicieron en compañía de su hermana menor, Ángela Strzyzowski, y escoltadas por su custodia personal, la misma que las asiste desde hace más de dos años, tras haber denunciado amenazas por parte de los Sena. “Dijeron que si les daban perpetua, se iban a encargar de mi otra hija”, confió Gloria a Infobae antes de viajar al juicio.
Antes de ingresar, Gloria debió ser asistida por personal médico por un “pico de presión”. Cuando logró recomponerse, ella y su madre posaron con una foto de Cecilia entre las manos. “Espero Justicia por mi nieta y que no haya nunca más una Cecilia”, dijo Mercedes, minutos después al prestar declaración frente al jurado.
La mujer ingresó a la sala a las 15.40. El inicio de su declaración se demoró porque pidió hacerlo sin la presencia de Emerenciano, César y Marcela Acuña. Para cumplir con ese pedido, las autoridades debieron acondicionar una habitación contigua donde alojar a los imputados. Finalmente, se resolvió retirar a los siete acusados de la sala.
Mercedes declaró durante una hora. En su relato, la mujer contó repasó la última vez que vio a su nieta con vida y el mal presentimiento que la joven tenía, de cara al supuesto viaje a Ushuaia que iba a realizar con César. “Me voy a morir en este viaje”, le habría dicho.
También dio detalles de la relación entre la joven y el hijo de los Sena. “Vivían conmigo. Él se casó confiado de que iba a ocupar un departamento con ella, pero la madre (Marcela) le dijo que no. Así que yo les ofrecí mi casa: ‘Techo y comida no les va a faltar’, le dije”. También aportó un dato —hasta ahora desconocido— acerca de la “noche bodas” de César y Cecilia que, vale recordar, solo estuvieron casados 4 días.
Según la mujer de 84 años, aquel 16 de septiembre de 2023 “Marcela le mandó un chofer a César para que regresara a dormir a la casa de Santa María al 1400″. El dato de la noche de bodas frustrada reavivó la idea de que Marcela Acuña habría mantenido el control sobre los movimientos de su hijo incluso después del casamiento, en una relación atravesada por la dependencia y el dominio familiar.
Hacia el final, destacó los mensajes que intercambiaron entre el 1° de junio de 2023 y el lunes 5 de junio, cuando dos hombres se presentaron su casa para decirle que a Cecilia “le habían hecho algo” y que “estaba desaparecida”. Asimismo, reconoció la alianza y la cruz de su nieta que fueron hallados e la valija calcinada y en el río Tragadero, respectivamente. “Ese anillo no se lo sacaba nunca”.
Gloria ingresó a la sala cerca de las 16.45. Lo hizo visiblemente nerviosa y con un rosario enroscado en la mano. “Estoy aquí por el asesinato de mi hija”, sostuvo. Su testimonio fue bastante similar al de su madre, pero hizo bastante más hincapié en la relación de Cecilia con la familia Sena, sobre todo con Marcela Acuña. “Sabía que mi hija la odiaba a la suegra porque le decía ‘vieja chota’”, dijo.
Sobre su relación con César, dijo que “no lo podía ni ver, de entrada me daba rechazo, no me gustaba la relación” y contó que, a la semana de casarse, “Marcela Acuña les pidió que se divorcien, hasta le ofreció plata que Cecilia no aceptó. Ella estaba triste, pero pasaron dos días y llegó con un ramo de flores de César”.
En su relato, la mujer hizo un esfuerzo por no quebrarse. En varias ocasiones debió ser contenida con pañuelos descartables y un vaso de agua. Una empleada del Centro de Estudios Judiciales se sentó a su lado, le tomó la mano y le acarició la espalda para acompañarla mientras declaraba.
Para las 17.25, cuando Gloria comenzó a hablar de cómo César usaba el WhatsApp de Cecilia, la abogada de Marcela Acuña objetó y empezó una deliberación entre los abogados y la jueza Dolly Fernández. En la misma, decidieron terminar con la audiencia del día, debido a que tanto los abogados como los jurados se encontraban cansados y la testigo no parecía estar en las mejores condiciones. Así las cosas, la declaración de Gloria Romero continuará el lunes 3 de noviembre.
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La cobertura mediática del juicio merece un párrafo aparte. A la prensa le prohibieron estar en el lugar: por orden de la magistrada, los periodistas debieron alojarse en una sala apartada, en el Superior Tribunal de Justicia, y escuchar el relato a través de una pantalla. Tampoco les permitieron ingresar con celulares, computadoras ni agua. Solamente libreta y lapicera.
