El tradicionalismo gaucho argentino, en el límite de la región pampeana, tiene en Villa Mercedes (San Luis) un fuerte arraigo, especialmente durante las fiestas patrias. La imagen que acompaña estas líneas fue tomada el 9 de julio pasado en la avenida Bartolomé Mitre, donde Don Luciano Matías Sapino y Don Valentín Alberto Torres portaban la imagen de la Virgen de Luján. Ambos pertenecen al Centro Tradicionalista Fortín Mercedino, Gauchos de Liborio Luna, fundado en 1997 por el trovador Walter Sapino, entonces de 12 años. El término “fortín” alude a un espacio de defensa y difusión de los valores criollos.
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Aunque Villa Mercedes se encuentra en la pampa seca, la calidad de sus pastos permitió el desarrollo de actividades rurales similares a las del resto de la llanura pampeana. En esos campos se forjó el gaucho tal como lo conocemos, y su legado aún perdura en los paisanos y en los centros tradicionalistas que lo evocan mediante desfiles y celebraciones multitudinarias.
A mediados del siglo XX, las agrupaciones gauchas no existían formalmente en San Luis. Se recuerda que hacia 1954 la provincia fue convocada a enviar una delegación de paisanos para representarla en una gran fiesta gaucha en Buenos Aires. La elección recayó en Villa Mercedes: 25 jinetes fueron trasladados con sus caballos en tren y alojados en la Rural de Palermo durante quince días, con todos los gastos cubiertos. Aquella celebración, de alcance nacional, otorgó el primer premio a la delegación bonaerense y el segundo a la de San Luis. Entre aquellos paisanos se destacaron Luis Abeldaño, “La Sombra”, Fernando Cuadrado —cuya vida inspiró la novela Don Fernando— y Sinecio Sosa, considerado el patriarca del tradicionalismo puntano.
Las jineteadas, tal como se conocen hoy, no eran comunes en la región. En las décadas de 1940 y 1950 el hipódromo local organizaba, de manera excepcional, espectáculos ecuestres. Más adelante, un tal Gastaldi impulsó las primeras jineteadas regulares, mientras que el tropillero Julio García dejó su huella con “La Mercedina”, presente durante años en el festival nacional e internacional de la localidad cordobesa de Jesús María .
Hasta bien entrado el siglo XX, el atuendo criollo era reservado para domadores o quienes lo habían sido. Con el tiempo, esta costumbre cambió y comenzaron a surgir centros tradicionalistas que desfilaban en las fiestas patrias. Sin embargo, hubo momentos de declive, como cuando desfiló un solo paisano. En las décadas del ‘70 y ‘80, irrumpieron los Gauchos de Jorba, con figuras como Don Walter Moyeta y Don Héctor Casale, este último retratado en el libro Los Gauchos de Aldo Sessa y el comodoro Juan José Güiraldes, fundador de la Confederación Gaucha Argentina.
En Villa Mercedes también se encuentra el Museo Nativista Héctor Aubert, fundado por quien le da nombre, famoso por sus carruajes tirados por caballos que aportaban colorido a los desfiles patrios.
El resto de la provincia de San Luis cuenta con numerosos centros tradicionalistas, como ocurre en todo el país. Existe un hilo conductor entre el gaucho antiguo y los pocos que aún lo representan, diseminados por la geografía nacional. Muchos son considerados “leyendas vivas”, como los llamaba el comodoro Güiraldes. Si el tradicionalismo respeta esta verdad, nunca será un factor negativo para el auténtico gaucho de ayer y de hoy.
