Con la siembra de maíz y soja en marcha, para el campo vienen hacia adelante meses decisivos. Entre noviembre y marzo se jugará el resultado de la campaña de esos cultivos, la que más aporta a la economía nacional. Después de un comienzo con muchas lluvias y zonas anegadas en el este, los modelos climáticos muestran señales de cambio: el Pacífico ecuatorial se está enfriando y eso podría dar lugar a condiciones típicas de La Niña, un fenómeno que suele traer menos lluvias y más calor en gran parte del país.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en su informe trimestral para noviembre, diciembre y enero, proyectó precipitaciones normales o inferiores a las normales en una amplia franja del país que abarca Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, La Pampa, Buenos Aires y el oeste de Patagonia. En paralelo, prevé lluvias superiores a lo normal en el NOA y valores inferiores a la media en el Litoral.
Respecto a las temperaturas, el SMN señaló que se esperan temperaturas normales o superiores a las normales en el centro y el norte del país, con mayor probabilidad de registros altos sobre la región pampeana y el Litoral.
El meteorólogo Leonardo De Benedictis planteó como un interrogante la posibilidad de que La Niña comience a activarse en noviembre a partir de lo que muestran los modelos internacionales. Según explicó, el modelo CFS de Estados Unidos mantiene la señal de un enfriamiento consolidado del Pacífico ecuatorial, con un patrón de lluvias que podría empezar a modificarse durante este mes.
El especialista indicó que los mapas muestran una mayor circulación de humedad para el oeste, con “un aumento en el nivel de precipitaciones para el NOA y Cuyo, una situación típica de circulación La Niña”. Añadió que hasta ahora el patrón de lluvias ponderó mucho los niveles de agua sobre la parte este, en la zona pampeana y el Litoral, “pero ahora lo que se está viendo es justamente ese cambio de patrón que podría empezar a consolidarse en noviembre”.
De Benedictis remarcó que el proceso aún está en etapa de desarrollo. “Por ahora lo que se está viendo es eso, que se vaya volcando hacia esa situación”, explicó y aclaró que “esta primera semana de noviembre va a ser lluviosa también para el este, con lo cual hablar de un evento La Niña no sería compatible”.

En tanto, Eduardo Sierra, agroclimatólogo, sostuvo que la fase de La Niña ya está en marcha y que sus efectos podrían extenderse durante lo que resta de la primavera y el verano. “Empezó la campaña con una perspectiva de un Niño y, de hecho, se comportó como tal. Pero eso cambió, y en este momento más bien está instalada una Niña”, dijo.
Sierra recordó que el comienzo de la campaña estuvo marcado por tormentas intensas, como las de Bahía Blanca, y por las inundaciones en la cuenca del Salado, fenómenos característicos de un año Niño. Sin embargo, subrayó que esa tendencia se revirtió en octubre, cuando los indicadores oceánicos comenzaron a mostrar un enfriamiento del Pacífico ecuatorial. “En octubre ya entramos en la Niña, y los australianos —que conocen bastante— dicen que vamos a seguir así durante noviembre y diciembre y recién en enero estaríamos saliendo. Con lo cual puede darse toda una temporada seca y calurosa”, indicó.
Ingreso de dólares: en octubre se derrumbó un 84% la liquidación de divisas de la agroexportación
Según el especialista, ese cambio podría alterar el desarrollo de los cultivos de verano. “En diciembre ya empieza a instalarse un clima playero, caluroso, más caluroso que seco, porque el calor consume mucha humedad”, señaló. Para Sierra, el exceso térmico es uno de los principales factores de preocupación, ya que puede generar un período de estrés hídrico que afecte los rindes. “No quiero dar una señal de desastre, pero puede haber un período de estrés que te baje los rendimientos”, aclaró.
El experto destacó, no obstante, que la situación actual es distinta a la de campañas anteriores, porque los suelos todavía conservan buenas reservas de humedad. “Ahora hay buenas reservas de agua. Por eso digo: no quiero dar una señal de desastre, pero hay factores de riesgo”, insistió.

El informe del SMN confirmó la tendencia de mayor probabilidad de calor y menores precipitaciones en la franja central del país, aunque remarcó que el pronóstico se refiere a condiciones promedio y no excluye variaciones puntuales. “No se descarta la ocurrencia de eventos localmente intensos sobre el centro y el noreste del país a comienzos del período”, aclaró el organismo.
Los especialistas coincidieron en que noviembre será un mes clave para determinar si se consolida o no el patrón de La Niña. “Si esto se empieza a consolidar a medida que van avanzando las semanas, sí estaríamos entrando en un patrón de La Niña”, explicó De Benedictis.
