Se fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Se fue el ministro del Interior, Lisandro Catalán. Se fue la vice de Salud, Cecilia Loccisano. Todos del mismo riñón. Cayeron como las piezas del dominó, pero una quedó: Daniel Scioli.
Hábil para la política, el experimentado dirigente peronista que ahora es libertario sigue al frente de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, más allá de que Francos, quien lo trajo al Gobierno, salió eyectado de la Casa Rosada para este segundo tramo de gestión del presidente Javier Milei. Al contrario de Catalán y Loccisano, no hizo el gesto a su padrino de seguirle el rumbo tras la partida.
Por estas horas, las dudas sobre su futuro en Balcarce 50 están a la orden del día, pero el todavía funcionario sigue de viajes de gestión. Su intención es quedarse. Este martes por la mañana, estaba en vuelo a Dubai, Emiratos Árabes, para la asamblea anual de la ONU Turismo. Desde allá, Scioli resistirá a los cambios que trajo el poselecciones y que ya se llevó a figuras clave de la estructura oficialista.
De la renuncia de Francos, el viernes por la noche, se enteró cuando volvía de Chile, donde fue a acompañar a la delegación argentina que representó al país en los Juegos Parapanamericanos Juveniles 2025.

“No habló con nadie todavía”, dijeron cerca de Scioli cuando el entonces jefe de Gabinete y su número dos, Catalán, dejaron sus despachos con renuncias que mandaron a través de X y mientras el expresidente Mauricio Macri cenaba con Milei y su hermana en Olivos.
“Javier Milei lo banca”, afirmaron a LA NACION este martes dos altas fuentes de Balcarce 50. “Tiene buena relación con el Presidente, que está conforme con su trabajo”, acotó una de ellas.
Por el momento, quienes estuvieron en contacto con el secretario de Turismo dijeron que nadie le pidió la renuncia. En su área, el subsecretario de Ambiente, Fernando Jorge Brom, también había sido convocado por Francos y continúa en funciones.
El cambio de piezas derivó en que ahora la cartera de Scioli quede en manos de Diego Santilli, el nuevo ministro del Interior con el que estuvo en las antípodas cuando uno era de Unión por la Patria y el otro, de Pro. Ya del mismo lado, Scioli apeló a la diplomacia y le mandó un mensaje para felicitarlo.
Esta tarde está previsto que Santilli se junte con Karina Milei, la más influyente del Gobierno, y parte de su equipo para terminar de pulir el elenco oficial que lo acompañará en su nueva etapa como ministro nacional. El devenir de Scioli podría definirse en esas conversaciones.
Nombrado en los albores de la gestión libertaria, en enero de 2024, basta ver la foto de su llegada al Gobierno para entender por qué se multiplicaron las preguntas sobre si se queda o se va. Quien abrió el pasaje de Scioli al mundo libertario fue el propio Francos, en una foto que los dos compartieron con Milei.
Después, el exgobernador transformó su tradicional frase “con fe y esperanza” a “con fe y esperanza, La Libertad Avanza”. Renegó sí de no poder hacer una gestión con muchos flashes por la importancia menor que el Presidente y el equipo económico le dan a su sector, sobre todo en medio del ajuste.
No obstante, y pese a casi ser el candidato que el expresidente Alberto Fernández había elegido para sucederlo, se abroqueló con LLA al punto de que el domingo de las elecciones consiguió el pase para ingresar al búnker del Hotel Libertador y celebró la “marea violeta” nacional contra sus excompañeros de espacio de hasta hace dos años.
Esa noche se lo vio -siempre sonriente- en las primeras filas del público junto al resto del Gabinete.

