
La segunda jornada del histórico juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha vivido este martes su momento más tenso y humano con la intervención final de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Visiblemente afectado, González Amador ha tomado la palabra tras su interrogatorio y ha lanzado una frase que ha helado la sala: “O me voy de España o me suicido”.
El empresario, acusado en su día de fraude fiscal y objeto de una amplia filtración sobre su caso, ha afirmado ante el Tribunal Supremo que la actuación de García Ortiz lo ha “matado públicamente”. “Me ha destrozado por completo. Pasé a ser el delincuente confeso del reino de España”, ha lamentado.
González Amador ha repasado una a una las acusaciones sobre las supuestas obras ilegales en su vivienda, recordando que la Justicia ya le absolvió en esa causa. Con la voz entrecortada, ha insistido en el “daño personal y familiar” sufrido. Ante su dramática declaración, el presidente del tribunal, Andrés Martínez Arrieta, le ha respondido con serenidad: “No le recomiendo ninguna de las dos cosas, y en todo caso, que hable con su abogado”.
La filtración del expediente y el inicio del calvario
Durante su intervención, González Amador relató cómo conoció por la prensa que la Fiscalía había presentado una denuncia contra él por fraude fiscal. “Fue un periodista de Eldiario.es quien me lo dijo por teléfono. Yo no tenía conocimiento de nada. Nadie me había informado”, explicó ante el tribunal.
El empresario recordó que, cuando su expediente pasó a la Fiscalía al superar la cantidad establecida para un posible delito fiscal, sus asesores legales le plantearon dos opciones: conformarse o pleitear. “Les dije que era la pareja de la presidenta de Madrid y que no quería nada que pudiera perjudicarle a ella. Me aconsejaron conformarme”, declaró.
Según su testimonio, confió en que su identidad no trascendería. “Alberto González es un nombre normal y corriente”, le dijeron sus abogados para tranquilizarle. Sin embargo, todo cambió el 11 de marzo, cuando la portera de su edificio le avisó de la presencia de un periodista. A partir de ese momento, asegura, comenzó su “pesadilla”.
González Amador afirmó que no participó en ningún correo electrónico relacionado con la negociación con la Fiscalía. “Jamás participé en ningún correo”, dijo en relación al mensaje en el que su abogado habría reconocido la comisión de dos delitos fiscales para alcanzar un acuerdo de conformidad. “Jamás pensé que un correo de mi abogado se fuera a filtrar. Hemos entrado en otra dimensión. Tenemos un problema bastante grande”, le dijo entonces su letrado, según su propio relato.
El empresario sostiene que su vida cambió radicalmente a partir de la publicación de la nota de prensa de la Fiscalía General. “En el momento en que el fiscal general del Estado dice que soy un delincuente confeso, estoy muerto. Yo no había declarado aún ante ninguna señoría”, afirmó. “Todo lo que rige mi vida tiene que ver ya con eso. Si me compro un coche, es que soy un delincuente confeso”, lamentó.
“Me han pulverizado por toda España”
En su declaración, González Amador explicó que, tras la filtración, el banco le cortó la línea de financiación y se accedió incluso a su historial clínico. “Me han arrastrado y pulverizado por toda España. Llevo gastado más del doble de 140.000 euros en abogados”, se quejó. También dijo haber reprochado a su abogado Carlos Neira la estrategia seguida: “Le pedí discreción y obtuve todo lo contrario”.
El empresario aseguró que nunca ha acompañado a Díaz Ayuso en actos oficiales ni ha tenido exposición pública. “Jamás he ido a eventos con ella. Ni siquiera a bodas privadas de sus compañeros”, subrayó, tratando de desvincular su vida personal del impacto mediático del caso.
Durante su testimonio, también reconoció haber autorizado a Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Ayuso, a difundir el correo en el que el fiscal Julián Salto aseguraba que no habría problema en alcanzar un pacto. “Le dije: haz lo que consideres”, declaró.
González Amador se presentó como víctima de una “maquinaria política y mediática” que, según él, se activó tras conocerse su relación con la presidenta madrileña. “Creo que soy el ariete político contrario. A mí es al que me han destrozado la vida”, afirmó.
