La ex procuradora general de la Nación Alejandra Gils Carbó reapareció como la abogada designada por el empresario kirchnerista Gerardo Ferreyra, de Electroingeniería, para que lo defienda en el caso de los cuadernos de las coimas.
La aparición de Gils Carbó, aceptando su designación como abogada, se produjo este miércoles al atardecer, al filo del comienzo del juicio oral y público que tendrá lugar mañana desde las 9.30 por Zoom, dijeron fuentes judiciales a LA NACION.
Gils Carbó fue la procuradora general de la Nación desde agosto de 2012 a propuesta de Cristina Kirchner hasta finales de 2017, cuando renunció en medio de una oleada de críticas del gobierno de Mauricio Macri.

Desde entonces Eduardo Casal, procurador adjunto más antiguo, es el procurador general de la Nación interino.
Especialista en derecho comercial y en quiebras, Gils Carbó fue fiscal ante la Cámara Comercial. Entre los juicios más resonantes en los que intervino estuvo la causa Papel Prensa y el concurso de la Sociedad Comercial del Plata.
Como procuradora general de la Nación recibió críticas por su actuación motivada por razones políticas a la hora de trasladar fiscales, o designarlos de manera interina para manejar causas sensibles. Recibió denuncias, pero en todas fue sobreseída.
Siempre negó que sus decisiones tuvieran una motivación política por sus simpatías por el kirchnerismo. Ahora reapareció públicamente como abogada de Gerardo Ferreyra, el dueño de la empresa Electroingeniería. Se trata de un empresario kirchnerista que integró en los años setenta el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP).
Ferreyra pasó nueve años preso durante la última dictadura en Córdoba y regresó luego a la cárcel durante seis meses por la causa de los cuadernos de las coimas. A pesar de que fue tentado para que declarara como “arrepentido” y pudiera salir excarcelado, siempre se negó a hablar y soportó el encierro hasta que fue excarcelado.
La detención
Ferreyra fue detenido por orden del fallecido juez Claudio Bonadio el 1 de agosto de 2018 y liberado el 4 de febrero de 2019 por indicación de la Cámara Federal. Como vicepresidente de la empresa, intervino en múltiples entregas de dinero a funcionarios, actuando en la mayoría de los casos como coautor junto a Osvaldo Antenor Acosta y Jorge Neira.
Los pagos se realizaron a Roberto Baratta o a Daniel Muñoz. Las sumas de dinero entregadas por Ferreyra, o bajo su indicación, son de las más altas en la causa, superando los cientos de miles y, en varios hechos, los millones de dólares, para garantizar que los funcionarios actuaran en beneficio de electroingeniería o Vialco SA.

Ferreyra figura en la causa con pagos de 4.500.000 USD (21/07/2010), 2.500.000 USD (23/07/2010), 4.500.000 U$S (30/07/2010), cerca de 4.000.000 USD (07/10/2010). Otros pagos asociados rondaron los 850.000 USD , 3.000.000 USD, 3.500.000 USD, 380.000 USD y 800.000 USD en distintas fechas, y dos hechos por cerca de 250.000 USD en 2015.
Claudio Uberti relató una entrega anterior (2006) de “10 palos en Euros” de Ferreyra a Néstor Kirchner. La entrega fue en el estacionamiento de la confitería Selquet, de Núñez, supuestamente según la acusación fiscal, y Ferreyra habría sacado de su auto, un Fiat Mondeo la plata. Uberti llevó esta valija a Néstor Kirchner a la quinta de Olivos.
En una de las causas, su empresa Vialco SA fue imputada por pagos a Ernesto Clarens por un total de $2.670.000 pesos. Ferreyra también se ocupó de hacer llegar bolsos de más de diez kilos con dinero al departamento de Uruguay y Juncal, uno de los lugares más utilizados por la asociación para acopiar dinero, dice la acusación del fiscal Carlos Stornelli.
Ferreyra presentó un descargo escrito donde negó los pagos y su participación en la asociación ilícita, las pruebas y los requerimientos de elevación a juicio que le recriminan múltiples hechos de cohecho activo.
Su directivo, Jorge Guillermo Neira, reconoció haber efectuado pagos por orden de Ferreyra. Explicó que Gerardo Ferreyra le avisaba a él que pasarían a buscar una carpeta con dinero, indicándole el horario y el lugar.

Neira asistía al lugar y se encontraba con Baratta, quien era quien retiraba la plata. Neira no hablaba con Baratta. Detalló que en tres o cuatro ocasiones, Ferreyra le acercó una carpeta con dinero que estaba cerrada con cinta adhesiva.
En una sola ocasión, Ferreyra le acercó un bolso tipo mochila cerrada, cuyo contenido no verificó, pero que tenía un volumen más grande que el de las carpetas, y también se lo entregó al señor Baratta.
Neira reconoció que Ferreyra le dijo que lo que había entregado “era dinero”. También afirmó que no le constaba que fueran dólares los que llevó, sino que le decían que eran pesos, por instrucción de Ferreyra. Ratificó que las entregas que realizó fueron en las oficinas de la calle Lavalle N° 462 y 25 de Mayo N° 489 (ambas sedes de la compañía), y que jamás se trasladó con esas sumas de dinero a ningún domicilio que no fueran esos dos de la compañía.
Primero Neira negó los hechos a decir que eran “falsos, incoherentes y delirantes” y afirmó. “Jamás entregué dinero a ninguna persona”. Sin embargo, al ampliar su descargo, ratificó lo que declaró como arrepentido sobre las entregas que realizó y mencionó las cuatro entregas de sumas millonarias en dólares.
